Capitulo 3

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Pequeños reflejos de luz entrababan por la ventana, alumbrándome el rostro me desperté, algo desorientada observo que Alam no está a mi lado, restregando algo los ojos me levanto de la cama, ingreso a la ducha, después de una gratificante ducha de...

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Pequeños reflejos de luz entrababan por la ventana, alumbrándome el rostro me desperté, algo desorientada observo que Alam no está a mi lado, restregando algo los ojos me levanto de la cama, ingreso a la ducha, después de una gratificante ducha de agua caliente sobre mi cuerpo, salgo en albornoz, me cambio y bajo las escaleras, encaminando a la cocina, me encuentro a mi amigo.

-Buenos días, dormilona- me dice él

-Buenos días, más te vale que estés cocinando algo delicioso- le respondo risueña

-Claro que si espera en la mesa y ya llevo el desayuno- me limito asentir con la cabeza.

Me siento en sofá color beige, que está en el centro de la sala, mi apartamento se nota que fue decorado, profesionales, el apartamento es divino, piso de madera dos plantas de piso, tres habitaciones, cada una amplia con cama matrimonial con dos mesas de noches, un closet amplio, la cocina integral con mesones de mármol con estufa y horno empotrado, la sala consta de cinco sofás uno central y el resto personales, paredes de color rosa y blanco intercalada cada una de ellas.

-Evi, te estoy hablando, ya está lista la comida- me habla Alam me saca del mis pensamientos.

-Disculpa Alam, estaba algo distraída- encaminando a la encimera de uno de los taburetes, hay dos paltos con creps de fresas, con huevos revueltos y zumo de naranja.

-Buen provecho

-Se ve delicioso- le dije

Me dediqué a desayunar, y empezamos hablar de planes que queremos realizar en este tiempo que estaríamos aquí, hoy ya es el inicio de terapias la cuales me tengo que enfrentar, yo sola trabajar para superarme, superar mis miedos y mis demonios.

Salimos del apartamento y tomamos un taxi después de unos 30 minutos, llegamos a un edificio grande elegante, por cada piso múltiples de oficinas, bufets, asesorías contables, entre otros.

Llegamos a la recepción pregunté por él consultorio de la Dra. Alisson, me guiaron al piso 13, me despedí de Alam él se encargaría de algunos asuntos, me pidió que lo espera en el apartamento si no lograba llegar antes de que yo saliera de la consulta, y cualquier cosa que le mandará un texto.

Subí llegué al piso, caminé al consultorio que se encuentra con el nombre de la Dra. Alinsson Olton, entré y me registré con su secretaria, ahora me encontraba esperando en uno de los sillones de color café que se encontraban en la sala de espera junto con una mesa con revistas, la secretaria muy amablemente me ofrece té, acepto mientras espero mi hora de consulta, después de unos 15 minutos me anunciaron para que pasara con la psicóloga.

Al entrar me doy cuenta que el lugar es sencillo en decoración y acogedor, lo vez y produce algo de tranquilidad profunda, la habitación es color blanco con piso de madera, un sofá largo color vino tinto que es para los pacientes, también está el escritorio de la doctora, frente a ella dos sillas.

Me acerco a la doctora, no es mayor a 30 años es guapa, tez trigueña, delgada, alta con unos 1.75cm, cabello medio largo lacio color café, ojos cafés oscuros, se presenta estrechándome la mano.

-Soy la doctora Alisson Olton- le respondo estrechándole la mano

-Soy Eva Lozano, pero puede llamarme Evi o como gustes.

-Evi quisieras sentarte- me señala el mueble grande y ella se sentó en el pequeño

-Empecemos que quisieras compartir conmigo- empecé contándole como conocí a Roberth y como fue nuestra relación de enamorados, lo de la boda hasta el día que huí, así pasaron las 3 horas de la sección.

-Por hoy está bien Evi te espero el viernes.

-Bueno, hasta luego doctora aquí estaré.

Me despedí de ella y salí muy complacida de la psicóloga que había elegido mi padre, era una señora agradable me transmitía mucha confianza y paz, eso me gustaba mucho, salí del consultorio y me dirigí a mi departamento, enviándole un texto a Alam que salía para el lugar, subí las escaleras y como mi amigo no estaba lo más probable es que haya encontrado una distracción, me dirigí a la habitación a ver una película que me hizo reír mucho, (El oso Ted) no tengo idea que pasa por la mente de Seth MacFarlane el creador de un puto oso, alocado que tiene miedo a los truenos junto con su mejor amigo, es de las mejores comedias que eh visto, finalizando la película me percaté que hubo ruido en la entrada, menos mal llegó no sabría que me iba poner hacer si no llegaba pronto.

-Alam hasta que apareces, porque demoraste tanto- le digo haciendo cara de enfadada, pero un tono que no lo convence en nada.

-Oye, tranquila ya me tienes todito para ti- me respondió en tono burlón, alzando sus manos en forma de defensa

-Ni creas que haciéndote el chistoso, te perdonaré tan fácilmente- le digo cruzada de brazos- ¿seguramente estabas con alguna distracción no es así?- le respondo señalándolo con un dedo.

-Bueno cálmate, ninguna distracción, ni nada por él estilo solo tengo ojos por estos días solo para a ti, además tenía que pasar por una concesionaria así podremos movilizarnos en estos meses, y luego a un supermercado, para traer mercado y cosas para la casa necesarias, para estas semanas por eso fue la demora.

-Bueno digamos que te creo, ahora vamos a comer muero del hambre.

-Está bien vamos preparar algo, te parece?

-Sí, perfecto

-Entonces escoge el menú

-Sorpréndeme

Empezamos a reír y nos dirigimos a la cocina para preparar algo, mientras cocinábamos unas pastas con pollo y ensalada, cuando ya estuvo la comida, empezamos a devorar todo, me estoy dando cuenta que somos muy glotones.

Al terminar lavamos los platos y decidimos que saldríamos a recorrerlas calles un poco.

Caminamos mucho hasta llegar al muro de Julieta era un lugar que me gustaba mucho porque las historias de amor que se desarrollaban ahí eran muy románticas, luego de esto nos dimos un paseo en góndola para admirar sus canales, la bella noche ya se pronunciaban y con estrellas la luna iluminando y reflejando el agua siendo un momento hermoso.

Al terminar nuestro pequeña salida, volvimos a casa caminando eso era lo que más me gustada de Venecia que el transporte era en góndolas pero a mí me gustaba usarlas solo un momento para admirar y luego me encanta caminar para despejar mi mente Venecia, es como otro mundo uno mágico, te hace olvidar todo con lo que hay que cargar en nuestros hombros.

Llegamos al departamento vimos una películas por unas horas hasta que el sueño nos invadió y nos quedamos dormidos.

RENACER¿DESEO O AMOR? (+18)(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora