un regalo para Tony

36

-No voy a castigarte por lo que sea que hayas hecho, tengo que cuidarte y para poder hacerlo necesito saber como te lastimaste.

Loki sabía que era verdad, su amo se preocupaba por el e intentaba demostrárselo aunque ninguno de los dos se sintiera cómodo siendo afectuoso pero al estar muy familiarizado con los celos sabía que era mejor no decirle. Al menos no de forma directa. aunque las palabras de Tony le reconfortaron.

-Hice un trato con los hijos de Njord, ambos hicimos nuestra parte, no fue gran cosa. Todos los involucrados obtuvimos lo que queríamos de ese acuerdo.

Tony estaba a punto de preguntar nuevamente pero Loki estaba a la defensiva y no habría forma posible de hacer que le contara lo acontecido en los baños, al menos no hasta que el estuviera listo para hablar sobre el asunto, no quería forzarlo.

-Ve a acostarte un rato y descansa, voy a conseguir a alguien que te revise cuando estés más tranquilo.

Loki asintió y siguió la orden de su amo, tal vez no era lo mejor en ese momento pero realmente apreciaba que se le diera la oportunidad de dormir un poco. Estaba sumamente cansado y aún tenía que asimilar lo que había pasado ese día.

Al llegar a la habitación aprovechó ese momento a solas, se enjuagó la cara y se quitó la ropa, se dedicó a inspeccionar el daño que había sufrido su cuerpo frente a un espejo. tenía marcados los dientes de Frey en su hombro, las nalgas enrojecidas por los azotes y su brazo dolía terriblemente, pensó en que debía curar o al menos esconder esas heridas pero estaba agotado.

Si intentaba utilizar su magia para cubrir cualquier rastro de su acuerdo con Frey terminaría desmayándose antes de poder curarse por culpa de la marca.

se dispuso a entrar en la cama para descansar pero cada que comenzaba a quedarse dormido se ponía sumamente nervioso y alerta. Su mano dolía bastante así que decidió inmovilizarla por el momento, luego tendría tiempo de fingir una lesión para no tener que explicar el motivo de sus heridas.

Cada que intentaba quedarse dormido recordaba su encuentro con Frey, pero no solo el que tuvo con el en las tremas si no todos ellos, todas esas veces que le pagó al verdugo para poder usarlo a placer. Comenzó a ponerse sumamente ansioso, sentía dificultad para respirar, una sensación de hormigueo en todo su cuerpo y su corazón le latía tan fuerte y rápido que sentía como si fuera a salirse de su pecho.

Esto lo asustó bastante, se sentía a limite y no podía detener sus pensamientos que se distraían con cientos de escenarios distintos en los que había participado antes, solo en segundos recordó su tiempo encerrado, sentía enormes gotas de sudor frío recorrer su rostro para bajar por su pecho y espalda empapándolo. Su cuerpo estaba listo para salir huyendo pero, ¿de quién? se encontraba solo en su habitación y dentro de su propia cama.

Sus brazos y piernas dolían así que se quedó recostado intentando conciliar el sueño- pero cada vez que lo intentaba su mente generaba una situación similar, una que le causaba miedo y ganas de salir huyendo pero sin la capacidad de poder moverse del lugar donde se encontraba.

Pudo escuchar el chirrido de la puerta y esto hizo que se sentara sobre la cama, no esperaba que nadie volviera tan pronto, mucho menos que lo vieran tan agotado y roto como se encontraba. Unos pasos delicados se acercaban poco a poco hasta que pudo oír un ligero golpeteo en la puerta, prefirió no responder pensando que tal vez de esa forma lo dejarían en paz pero lo único que consiguió fue que la puerta se abriera.

-¿Te sientes bien?

Dijo su esposa mientras entraba a la habitación y se sentaba junto a el en la cama.

Loki se levantó dando su mejor sonrisa y mostrándose con un gran animo de un segundo a otro,

-Me siento bien, solo estoy cansado, ya sabes. tantas emociones juntas son difíciles de procesar para mi siendo tan visceral.