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Steve miró a Tony con desaprobación y decidió volver a su habitación pensando en cómo poder ayudar a la pareja pero entendió que ese no era asunto suyo, no quería molestar a nadie en Asgard así que decidió volver a su habitación y dejar al inventor solo el resto de la noche.

Tony se molestó aún más por las palabras del capitán decidió volver a su habitación a intentar conciliar el sueño, se puso una cómoda pijama roja con bordes dorados que Loki había doblado perfectamente al empacar su ropa, también usó una suave bata y unas pantuflas pero lo único que podía pensar era Sigyn y Loki siempre juntos frente a él, sin separarse, así había sido toda su vida ¿Cómo podía esperar competir con algo así?

No podría jamás ganarse el corazón del Dios, al menos eso era lo que pensaba, por más que él intentaba relajarse pasó la noche dando vueltas intentando quitar ese pensamiento de su cabeza jugando con el hechizo del anillo que le regaló el dios pero fue completamente inútil. por su mente pasaban varios escenarios que le hacían pasar de sentimientos de culpa a celos enfermizos.

siguió así hasta la media noche, lidiando con sus pensamientos y sentimientos hasta que el fuerte vendaval azotó las ventanas de par en par, abriéndose para permitir el paso a la helada lluvia, Tony se levantó para cerrarlas y al momento sintió la helada lluvia golpeando su rostro.

Esta le causó escalofríos de inmediato y ante la posibilidad de haber enviado a dos personas a congelarse decidió salir en busca de Loki y su esposa.

Se puso unas botas y un pesado abrigo que estaba en el armario.

Al momento de pasar la puerta de su habitación pudo ver a Steve sentado en uno de los sillones del recibidor.

-iré contigo, sabía que no podrías dejarlos ahí.

-No fastidies capi, quédate ¿de acuerdo?

Steve ignoró al inventor y decidió seguirlo hasta donde quiera que se encontrara Loki. Al salir del palacio pudieron sentir el viento enfurecido y congelado golpear sus rostros con furia, tanto que se les dificultaba respirar.

Tony recordó como Loki describió el trato que se les daba a los esclavos, como estos a penas tenían lo necesario para aguantar las condiciones climáticas y laborales, como eran considerados inferiores a los animales de ganado.

Se apresuró a llegar lo más pronto que pudo hasta los establos, el camino fue algo difícil debido a la gran cantidad de lodo pero a pesar de ser enormes establos parecía que no había nadie ahí dentro mas que los animales, caminó por un rato mirando a los animales, algunos comenzaron a alterarse por la presencia de Tony.

Después de un paseo ahí dentro encontró a Sigyn acurrucada con un enorme caballo de ocho patas, estaba cubierta por su abrigo, su capa y las respectivas de su esposo pero no había seña de Loki. Cerca de ellos había un montón de cenizas lo que indicaba que habían tenido por lo menos una fogata dentro de ese lugar.

Estaba tan frío que Tony podía ver su propio aliento incluso dentro de los establos donde todos los animales dormían.

Tony decidió salir de la manera más cautelosa que pudo para no perturbar el sueño de Sigyn ya que sabía que debían estar agotados, cuando se decidió a dar la vuelta pudo sentir algo puntiagudo y filoso contra su espalda, apenas tocándola, pero esa sensación punzante hizo que Tony se paralizara.

Luego escuchó a Loki murmurar con una voz sorpresivamente autoritaria y firme a pesar de lo exhausto que estaba, Tony no pudo comprender lo que dijo pero decidió levantar sus manos y girar lentamente para encontrarse frente a frente con su esclavo.

Loki estaba tan agotado a causa de permanecer siempre vigilante para cuidar de su esposa que no pudo notar que era Tony quien irrumpió en los establos hasta que este se giró para encararlo, inmediatamente entregó su daga a su amo y se arrodilló pidiendo perdón con una voz ronca y un tono de voz muy bajo pero a la vez suplicante por temor a que su amenaza tuviera como consecuencia algún castigo.

un regalo para TonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora