Tweek - Décima parte

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Sábado 16:30

Rara vez el café de Tweek se enfriaba, pero aquel sábado no le apetecía comer ni dormir, por lo que su bebida que fue servida hacia dos horas, a penas había sido sorbida. Mirar una serie le costaba demasiado esfuerzo, y los llantos por la noche se volvieron más intensos. Observaba por la ventana de la cafetería de sus padres, esperando a que la noche llegase para dormir.
Los padres de Tweek aunque acostumbrados a su ansiedad, les preocupo en demasía la lentitud de su hijo cuando trabajaba por lo que le permitieron descansar ese día.
El dulzor de la medialuna le sabía a aire y el café a amargor desagradable. El rostro de Craig aparecía en las personas que caminaban por la calle, a veces era su espalda y otras su cabello en cada hombre que aparecía en su vista.
Releía mensajes antiguos que se me mandaban cuando aún eran pareja. Las palabras de amor hace un año, y los audios de él hablando con los auriculares

"Ya estoy en el cine con los chicos, amor, te mando un mensaje cuando salga."- Dijo alguna vez, mientras Tolkien y Clyde de fondo hacían bromas sobre la cursilería y lo domado que se encontraba Craig.

"Estoy ahora mismo en la casa de campo de mi papá, estoy viendo las luciérnagas, no sé si las puedes escuchar. Desearía que estuvieras aquí" - Decía en otro mensaje.

"Llegué a casa recién, voy a renunciar a ese trabajo, ya se que dure un día pero te juro que no soporto a ese jefe. Solo quiero llegar a casa y dormir contigo".

"Feliz navidad amor, te quiero mucho, en un rato voy a tu casa y llevaré tu regalo"

Tweek deseaba hundirse en la voz de Craig, y a la vez sabia que si se cruzaba con él, lo golpearía. A pesar de que lo detestaba, disfruto haber estado enamorado.

-¿Hijo estás ocupado ahora? - Le preguntó dulce su madre.
-No mamá, ¿por qué?
-Necesito que vayas a comprar algunas cosas que faltan en la cafetería.- Tweek con algo de culpa acepto al instante, debido a su tristeza estaba dejando de ayudar a personas que valían la pena, su familia. No quería aprovecharse de ello. Guardo la lista que su madre le preparo y con unas ropas livianas salió de la cafetería. Al sentir la oscuridad del frío, se dió cuenta que ya estaba anocheciendo. Nuevamente perdió la noción del tiempo. Introdujo la goma de los auriculares en sus oídos y escucho la música mientras caminaba hacia el supermercado.

La música de tonos graves le era cómodo, quizá por su estado de ánimo. Deslizaba su esencia con las letras, cómo si aquella canción hubiera Sido dedicada solamente para él.

Tweek a veces fantaseaba en qué se hundía en el mundo de la canción que le escuchaba. Soñando con situaciones que nunca iba a vivir, pero que sin embargo, le gustaba imaginar. Pensó al caminar en que quizás debería ir a terapia. Había querido ir desde hace tiempo y Craig le apoyaba en ir en el pasado, pero en los últimos meses que estuvieron juntos, cuando discutían le comentaba que el que vaya a terapia era pagar para que alguien sufra tener un paciente insoportable.

-¿Cómo pude volver con él?- Reflexionó - A veces pienso, que una de las razones por las que mi ansiedad empeoró es por su culpa- Pensó y decidió negar eso, se detesto por si quiera considerarlo, aunque le haya Sido infiel, Craig había estado con él en sus peores momentos.- Es posible que solo se haya cansado. Siempre me decía que me amaría sin importarle eso, pero eso no lo puede controlar- El dolor en su garganta presionó sobre su respiración. El supermercado estaba a cinco metros de él, pero temió en qué si llegaba sufriría un infarto, por lo que se sentó en una de las escaleras de una puerta en la calle, y tapándose con la bufanda marrón que llevaba gimoteo avergonzado. Estaba cansado de llorar, pero no podía soportar la angustia, y mucho menos que se sintiese eterna en cada llanto.

Unos pasos se detuvieron frente a sus pies. -Probablemente es alguien que viva aqui y quiera entrar- Pensó. No quería levantar la mirada, esperaba que la tierra se lo tragase y nunca más nadie sepa de él. Deseaba que el hombre se compadezca de su patetismo y cruce al frente suyo sin decirle una palabra.
-¿Tweek?- Al escuchar aquella voz, la tristeza se volvió miedo que quiso reprimir en sus ojos al levantar la mirada. Experimento la incapacidad de respirar por unos minutos, su aliento se cortó en dolor y sus brazos en el temblor. Era Craig con una bolsa del supermercado que llevaba dos latas de cerveza dentro de ella.

(Tweek x Craig) - La nieve y el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora