Daron me aceptó cinco copas. Yo solo me terminé dos y fingí que me bebía las siguientes, aprovechando su ebriedad. Aunque no bebí mucho en comparación con otros momentos de mi corta vida, sí que me sentí mareado y menos tenso que al inicio. E, igual que él, fui fácilmente consumido por el cansancio.
Luego de que asumiéramos que estaría a salvo sin importar mis acciones, me besó con torpeza y lentitud. Correspondí, aunque me obligué a hacerlo. Era la única forma de poder dormir bajo un techo que no fuera el de mi habitación.
Primero me rodeó por la espalda, sin separar nuestras bocas, manteniendo nuestros cuerpos unidos. Nos recostamos en el sofá, conmigo casi encima de él. Puso una de sus piernas entre las mías, me subió la camiseta para acariciarme con sus dedos y labios, calentó mi piel con sus tenues jadeos e incluso consiguió que nuestra cercanía empezara a excitarme.
Sin embargo, la ebriedad de Daron comenzó a interferir en sus propias intenciones. Tras unos minutos apasionados de que marcara mi cuello, saboreara mi lengua y murmurara mi nombre al oído, admitió entre risas bajas que quería que durmiéramos juntos ahí mismo, en su sala, abrazados como una pareja.
—¿Por qué quieres esto después de haberme pedido que te dejara en paz? —Me atreví a preguntarle, alzándome un poco y viéndolo a los ojos.
Noté su desconcierto y confusión por encima de su sueño. Empezó a negar con la cabeza, formulando una oración coherente. Deslizó una de las manos por mi espalda antes de entrelazar nuestros dedos, mirándome fijo. Titubeó un momento antes de escupir lo que, tal vez, más quise escuchar en el pasado.
—Te echo de menos, Al. —Se acercó a mi rostro, besó mi mejilla—. Perdón, ¿sí? Sabes que en el instituto no podemos...
Sus palabras sonaron como un calco de lo que Adam solía decirme todo el tiempo. Traté de no molestarme por eso, aunque mi interior ardiera de rencor. Daron no vio el profundo desagrado en mi rostro, pues se mantuvo con los ojos cerrados, sonriente. Si viera mis verdaderos sentimientos, ¿hasta qué punto le importaría?
Esa noche no tuvimos sexo por culpa de lo ebrio que estaba. En parte lo agradecí porque no me sentía en condiciones de hacerlo tras todo lo que me ocurrió en un solo día. Igual que él, pero sin tanto alcohol, estaba agotado.
Nos separamos únicamente para apagar las luces. Después volví a sus brazos en silencio, con la espalda apoyada en su pecho y la vista apuntando al resto de su hogar. Él me abrazó con sutileza, recargó la mitad de su cara en mi cuello y me deseó buenas noches, como si me mereciera algo bueno teniendo bajo la cama un cuerpo que necesitaba esconder.
Despertamos temprano, en la misma posición con la que cerramos los ojos. Me senté primero para que Daron pudiera incorporarse, ambos un poco adoloridos por la incómoda posición en la que nos obligamos a dormir.
Primero se pasó las manos por el rostro, soltó un suspiro cargado de cansancio y al final se detuvo en mí, con gestos ligeramente serios. Su resaca fue evidente y hasta graciosa, mala para comenzar su último día libre en la semana. Yo, en cambio, me sentía bien. No había tenido pesadillas ni ansiedad pese a lo que me esperaba en casa.
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El inestable mundo de Alroy [COMPLETA]
General FictionAlroy creyó que al involucrarse con su profesor podría evadir el pasado, pero los recuerdos siempre vuelven... en especial cuando son oscuros. * * * Alroy regresa al instituto tras un año de aislamient...