Hechizo De Amor ✧ KookTae

01:0 || Mestizo

JungKook dió una fuerte pisada en el piso, que hizo que todas las piedras se elevaran hasta la altura de su hombro. Con un movimiento de mano adjunto todas en cuestión de segundos, haciendo una roca gigante. Tomó impulso y con fuerza la aventó hacia aquel muro a unos metros.

En cuanto la roca impacto contra aquel muro, este se derrumbó. Quedando polvo.

Todos los presentes aplaudieron conformes, algunos incluso maravillados.

JungKook sonrió con suficiencia, mientras su lobo mantenía su mentón en alto en señal de orgullo.

─ Sin duda perfecto, eso es lo que espero de mi hijo. ─ Su padre se acercó a él, con esa postura autoritaria que poseía.

─ Muchas gracias padre, me gusta complacer tus deseos. ─ JungKook se inclino un poco, su padre alfa asintió.

─ Y cómo siempre, nunca me decepcionas. Es lo que se espera del príncipe del reino y mago pura sangre como tú.

Poco a poco, todos los presentes estuvieron marchando, habían quedado conformes con una pequeña demostración de quién sería su futuro líder.

─ Padre, ¿podríamos hablar?

─ Claro hijo, dime.

JungKook suspiró, reuniendo el valor para aquello que diría.

─ Todavía no pienso en matrimonio padre, ni en criar cachorros, déjalo tiempo al tiempo, todavía soy joven y espero al Omega puro ideal.

Ethan suspiro pesadamente, su hijo siempre sabía cómo endulzar su oído.

— Está bien, siempre y cuando eso no tarde mucho hijo.

JungKook asintió, caminando al lado de su padre. De repente, HoSeok se acercó a ellos, haciendo una reverencia ante ambos alfas.

— Alteza. — Saludó, mirando a JungKook. — Joven JungKook, tengo la información que me pidió.

El alfa asintio, mientras su padre frunció el ceño confundido.

— ¿Qué información JungKook?

— Mhm, no mucho padre, asuntos míos.

Ethan entrecerró sus ojos, asintiendo lentamente.

— Está bien, ve con cuidado.

JungKook asintió, dándose la vuelta, alzando la voz para algunos guardias.

— Preparen dos caballos, en media hora marcho junto a HoSeok.

Los betas guardias asintieron, marchándose. El pelinegro volteo a ver al castaño, quien se puso firme ante la mirada del principe.

— ¿Por dónde está? HoSeok.

— Está a las afueras del pueblo, en una cabaña simple y rústica. Cerca del campo de fresas.

JungKook alzó las cejas de manera curiosa.

— ¿Así que el campo de fresas eh? — Sonrió de lado.

Esto iba a ser divertido.

— Señor, los caballos están listos.

— Gracias.

Alfa y beta se dirigieron hacia la entrada, en dónde ya los caballos los esperaban.

[ . . . ]

Por otra parte, en la cabaña ya localizada, un pelirrojo hacia malabares con sus cosas.

— Oh, esto aquí, que después lo pierdo de vista.