𝑫𝑬𝑺𝑫𝑬 𝑸𝑼𝑬 𝑻𝑬 𝑪𝑶𝑵𝑶𝑪Í

|||- 𝑼𝒏𝒂 𝒈𝒓𝒂𝒏 𝒔𝒐𝒓𝒑𝒓𝒆𝒔𝒂-|||

Todo era muy raro, Hipo cada vez se adentraba más y más al bosque, hasta que la pelirroja vio como llegó a un lugar adentrado del bosque

Mientras el murmuraba cosas que la chica no alcanzaba a entender, vio como el se agachaba viendo su canasta y fue ahí donde se subio arriba de una roca que estaba enfrente de él, sosteniendo una hacha para parecer más "intimidante"

Y cuando finalmente el se levando se asusto al ver que la pelirroja estaba ahí

—Ayy dios...que que...¿Qué estas haciendo aquí?— preguntó asustado

—Quiero saber que ocurre— exigió mientras bajaba de la roca— Nadie se vuelve tan bueno como tu, en especial "tu"— recalco lo ultimo— Dilo ya— amenazó la chica

—Ehh...yo yo— Hipo tartamudeaba muy nervioso

—¿Entrenas con alguien más?— volvió a interrogarlo

—¿Entrenando yo?...nunca— respondió Hipo asustado

—Más vale que no sea por esto— habló tomando su chaleco con fuerza

—Se se que esto se ve muy mal pero mira— justo cuando el le estaba explicando lo que estaba pasandola joven vio algo que se movia, así que para salir de duda decidio acercarme más

—Ehhh si si es cierto es cierto es cierto si ya no voy a mentir...fabrico ropa, así que ya lo sabes que lo sepan todos...llévame de vuelta adelante te sigo— decía Hipo mientras tomaba a la chica por los hombros

En ese instante la chica tomo su mano haciendo que le tronaran los dedos

—Auu...¿Porqué me lastimas?— pregunto adolorido

—Esto es por las mentiras— reprocho la chica mientras el estaba en el suelo— Y esto...por todo lo demás— finalizo dejando caer el mango de su hacha en su estómago

En ese momento escucho un ruido extraño, pero su sorpresa fue aún más grande cuando vio algo que jamás creyó ver

—Furia nocturna— murmuro Amelia con asombro, después vio como aquel dragón corría hacia ellos, el instinto de la chicafue empujar a Hipo para atacar al dragón

—¡Hipo corre!— grito la chica, y cuando estaba apunto de atacarlo, ocurrió algo que la dejo sin palabras, Hipo la agarro evitando que ataque al Furia nocturna, y después vio como le hablaba a esa bestia y lo tranquilizaba

—Lo asustaste— reprocho molesto el azabache

—¿Yo lo asuste a el? ¿Qué?— exclamó exaltada

—Ahh Amelia, Chimuelo...Chimuelo Amelia— decía Hipo nervioso

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Eso fue suficiente para que la chica se fuera de aquel lugar confundida, hasta que sintió como la agarraban por los hombre enviándolas en el aire