★𝐌𝐢𝐬 𝐨𝐣𝐨𝐬 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐡𝐚𝐛í𝐚𝐧 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐚𝐦𝐨𝐫, 𝐚𝐬í 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐦𝐢𝐫𝐚𝐧 𝐚 𝐭𝐢
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Berk, tierra de los vikingos, un lugar impregnado de mitos y leyendas, dos jóvenes destinos se entrelazaron...
—¡Chimuelo!— grito Hipo corriendo a donde estaban los dos dragones
La Furia Luminosa emprendió vuelo, recibiendo un flechazo, cayendo fuertemente al suelo
Chimuelo corrió hacia ella, a pesar de los gritos suplicantes de Hipo, Chimuelo solo tenía cabeza para aquella Furia Luminosa, el Furia Nocturna estaba a punto de atacar al responsable del ataque
—¡NO!— exclamó Hipo, Chimuelo había sido atacado de la misma manera que la Furia Luminosa
—Y ahora, nuestro juego a llegado a su fin— vanaglorio Grimmel
Todos los dragones de Berk estaban dispuestos a atacar a Grimmel
—Detenlos alfa, no hay razón para que ella muera también— ordenó Grimmel apuntando con un arma a la Furia Luminosa
Chimuelo no lo dudo ni un solo segundo, soltó un rugido, todos los dragones de detuvieron, quedando sin opción
Amelia junto a Billy lanzaron varias aureolas en dirección a Grimmel, lastimandolo a su paso
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—No te sientas mal niño, lo intentaste al menos, pero... no eres nada sin tu dragón — vociferó Grimmel alejándose de aquel lugar
—Sareth— susurró Amelia mirando como su dragón se iba junto a Grimmel, ahora todos los dragones estaban en manos de Grimmel
—Es hora de que el número dos, se convirtiera en en uno— indicó Patán con una sonrisa
—El te escuchara— murmuró Valka mirando a la pelirroja, ignorando por completo a Patán
Amelia con duda se acercó a Hipo, la chica sabía que el no quería saber nada de nadie en esos momentos
—No digas nada— pidió Hipo
—No iba a decir nada— aclaró Amelia
—Si no los hubiera arrastrado hasta haya, el no me hubiera traído de vuelva y el no lo hubiera seguido— vocalizo el azabache con enojo
—Sip— respondió la pelirroja
—Ahg, me siento tan inservible como lo era antes de conocer a Chimuelo— continuó
—Si, lo puedo ver— confirmó la jinete
Hipo la miro con algo de molestia, no dijo nada, se quedó callado por unos segundos
—¿Te vas a quedar ahí a decir que si a todo lo que digo?— preguntó Hipo
—Bueno, es cierto, volviste donde empezaste— artículo la chica— Pero yo fui la primera en creer en ti, a pesar de no estar de acuerdo en un principio... y te he visto dudar si eres digno o no desde entonces— continuó la pelirroja
