El Soñador | Riley Grace y Los Sueños Vivientes #1 ✅

07. Elegir a Riley Grace no es un buen plan, es un pésimo plan

Los sueños no mueren, la gente se rinde.

—Tyler Perry.

—Esperen, ¿Leche y Galletas? Genial, andando, ya me está dando algo de hambre.

Ambos me vieron con caras de «No es el momento» que me hizo desviar la mirada a otro lado.

—Vale, nada más decía yo —murmuré.

Craysor soltó un suspiro meneando la cabeza.

—Debemos llegar antes que Cazador a Leche y Galletas —vuelve a decir.

Amaria asiente de acuerdo.

—Si llegamos antes, Riley podrá dormir con tranquilidad y le será más fácil de recordar.

—¿Están seguro de eso? —pregunté, viendo de uno a otro con curiosidad.

Ambos comparten una mirada segura seguido de un asentimiento.

—Muy seguros —afirmaron al mismo tiempo.

—Y este lugar... ¿Es tan importante?

—En parte —responde Amaria—. Riley, te lo hemos dicho, los sueños mortales son más complejos de lo que ustedes creen, son más que simples ilusiones que ustedes creen que "es creada por su cerebro". Es mucho más que eso.

—Las tierras de Leche y Galletas es la región donde puedes soñar sin tener pesadillas, es un lugar con magia propia, por lo que tener malos sueños ahí es casi imposible —agregó Craysor—. Si Cazador lleva la oscuridad de las Ruinas de Leng es porque sabe que nuestro objetivo es ese lugar.

—Vale —dije, asintiendo—, sí tenemos que llegar antes. ¿Tienen un plan?

—Eh... —balbucearon juntos.

Dejé caer los hombros con un suspiro y les di una mirada cansina, agregándole también una ceja arqueada.

—No tienen un plan, ¿Verdad?

Amaria se rascó la nariz, luego hizo una mueca desviando los ojos al suelo.

—Bueno, quizá... ¿Tú seas el plan?

—¿Qué?¿Cómo que yo soy el plan?

Era un patético plan.

—Eres El Soñador, Riley, el elegido por Mune. Contigo podemos ganar la batalla contra Cazador.

—Pero no tengo poderes, ¡Ni siquiera siento algo especial!

—Si recuerdas tus poderes, te ayudaremos a cómo utilizarlos, pero ya no tenemos más tiempo.

Solté un resoplido, lo que hace que mis mejillas se inflen, me puse a pensar o recordar alguna vez en donde haya sentido algún cosquilleo que diera señales de que sí tengo supuestos poderes mágicos. Nada venía a mi cabeza. No recordaba algún momento de mi vida donde algo que haya soñado se haya hecho realidad.

—Vale, lo resolveremos —dije no queriendo admitir que no se me ocurría nada.

Ya la situación es bastante fea, su mundo estaba a nada de ser consumido por las pesadillas, los sueños mortales también corrían peligro, no quería ser yo quien arrojara más basura al cesto repleto.