13. Entre mi cuello y mi trasero, no sé quién se a llevado más golpes

13 4 0
                                    

Los sueños son excursiones al limbo de las cosas, son un desahogo de la prisión humana.

-Henri Amiel

Podría usar varias palabras para describir ese río.

Colorido.

Brillante.

¿Eléctrico?

Con una corriente aterradoramente fuerte.

Y qué no parece exactamente a un río.

En cuanto lo tres salimos de nuestra pequeña embarcación y nos acercamos más a la orilla, pude darme cuenta de esas cinco características particulares.

En vez de parecer un río de agua extensa hacia el horizonte, es más como arroyo que viene de la montaña, pero claro, no con una corriente suave como la de un pequeño caudal, ¡No! La corriente choca contra las rocas que se pueden ver desde la orilla, generando grandes salpicaduras de agua. Si no fuera por eso, sería un buen lugar para darse un baño.

Otro par de cosas extrañas: el agua no es transparente, o marrón sucio en todo caso, es más de un verde azulado que parece brillar a la luz. Claro que he notado que Oníria no es normal, ya ser un mundo mágico de los sueños no es como que algo muy común. Cada cosa que aquí habita es de llamativos colores: plantas, animales, montañas y hasta el agua. Nada tiene un color opaco o minimamente normal, claro que no.

Y no solo que su agua es verde azulada con grandes dosis de brillantina, de cada choque del agua con las rocas sobresalientes parece crear una descarga eléctrica.

Más a lo lejos del arroyo puedo ver un extenso valle entre las montañas rocosas y con formas rarísimas. El agua sigue su cauce más abajo, creí que vería seguir su corriente hasta el valle, pero nunca lo encontré.

Amaria se acercó con paso lento hasta la orilla, algunas gotas de agua le salpicaron en las botas, su pelo seguía tan desordenado y aún tenía la línea de saliva seca junto a la boca.

-Sí o sí tiene que funcionar -la escuché decir, el ruido del agua es el sonido más fuerte que nos rodea, eso y el trinar de los pájaros a lo lejos.

Me acerqué también, manteniendo cierta distancia. No quería resbalar, caer en el agua con esa corriente y morir ahogado, sería ridículo morir así teniendo en cuenta todo lo que he pasado esta noche.

-Vaya, echarse un chapuzón aquí a de ser imposible -miré de reojo a Amaria, ella no apartó la vista del agua.

Se ve solo un poco más recompuesta que hace un rato, su piel sonrosada a vuelto a su esa tonalidad que para ella debe de ser normal, pero que a mí me sigue dando pinta de una fea quemadura solar, su ropa tiene algunas roturas que pasan desapercibidas en comparación a las de Craysor.

Físicamente ella se ve mejor, pero hay algo... no sé si se deba a mis poderes o alguna cosa extraña del más allá, pero presentía algo diferente en ella. Cómo un sentimiento parecido al decaimiento.

-Y bien... -dije, mordiendome la lengua para no meterme en asuntos que no me incumben-, ¿Cómo debo hacer para recuperar mis recuerdos? ¿Debo beber igual que en el río Lácteo?

-Tienes que saltar.

Me giré confuso para ver a Craysor, su rostro está serio, como siempre. No hay atisbo de sonrisa ni de lo que dijo segundo antes haya sido una broma.

El Soñador | Riley Grace y Los Sueños Vivientes #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora