12. Nota mental: nunca molestar a la niña estufa ni al endiablado de las armas

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Todos tenemos sueños. Pero para hacer los sueños realidad se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo.

Jesse Owens.

Podríamos haber corrido, como lo hemos estado haciendo casi, por no decir toda la noche. Craysor pudo haber lanzado una de esas ilusiones suyas, Amaria quizá un hechizo. Yo... sí, yo pude haber corrido como nunca antes en mi vida lo había hecho.

Espera, no, ya he corrido así, por lo que sería la segunda vez que lo haga.

Si es que hubiera tenido la iniciativa de hacerlo.

Mi estupor era bastante, ni digamos mi miedo. Caray, no es una pasada estar frente a uno de los sujetos que te a querido matar desde el inicio de tu existencia, todo dentro de mí gritaba aterrado, incluso lo que no podía ni debía de gritar. Mi cerebro mandaba órdenes a mis piernas de que dieran media vuelta y huyeran como nunca.

El miedo que fluía por mis venas no les permitió seguir esa orden, capaz y eso haya sido lo que les pasó a Amaria y Craysor.

En cuanto Cazador dió la orden de que su linea de lagartos evolucionados viniera por nosotros, fue el momento que tuvimos la iniciativa de al fin hacer algo para salvar nuestro pellejo, pero él no nos mintió. Las criaturas eran rápidas y fuertes, ni siquiera pude descolgar a Kaiper cuando ya nos tenían atrapados a los tres.

Esto es... bueno, es triste y decepcionante. Luchamos hasta más no poder, recibí muchos golpes que seguramente dejarán hematomas por todo mi cuerpo para que al final de todo, el miedo nos paralizara en el peor momento de todos.

De cerca, los Trongs son incluso más feos y repugnantes, la escamosa piel azul verdosa da un asco horrible a simple vista, el aliento que emanan sus bocas llenas de afilados colmillos hiele a cochambre, el olor me recordó a la vez que accidentalmente terminé atrapado en el contenedor de basura de mi calle. Volver a tener ese olor presente me trae malos recuerdos de oscuridad y bolsas de basura con movimientos extraños.

Algo más que pude notar mientras intentaba con tontas pataletas liberarme, es que los músculos de sus brazos se encontraban tensos. Ve ha ya, por mi esfuerzo ni de coña es porque frente a esas criaturas feas yo no soy más que un escuálido adolescente de catorce años. Es más como si... estuvieran conteniendo su fuerza.

Un pensamiento que cruzó mi mente me asustó, si ni siquiera están usando su plena fuerza, ¿Qué pasaría con nosotros cuando Cazador dé la orden para que lo hagan?

—¡Déjanos ir, Cazador! —exige Amaria, dando las mismas patadas que yo, su cabello corto lavanda claro se desordena en cada sacudida, causando que también se le torciera la tiara.

Craysor sorprendentemente se mantiene tranquilo entre los brazos captores del trong, con los pies a unos centímetros del suelo y una expresión imposible.

—¿Por qué habría de hacerlo, maga de sueño? —cuestiona Cazador, acercándose a nosotros, su altura obligándome a alzar la cabeza—. Ustedes tres son precisamente lo que necesitaba —esa sonrisa maliciosa volvió a sus labios—. Nuestro querido Soñador —intenté darle una patada cuando se acercó a mí, pero no lo logré porque se apartó con rapidez—. Calmado, Riley Grace, no estamos siendo agresivos. Créeme, no me quieres ver agresivo.

El gris de sus ojos bajó dos tonos, tuve una sensación de miedo y oscuridad, las pulsaciones de mi corazón empezaron a aumentar ante la sensación de pánico. Entonces de la nada, Cazador vuelve a sonreír, el sentimiento de pánico desapareció en su mayoría, aún sentía como si me hubieran enterrado vivo y nadie lo supiera.

El Soñador | Riley Grace y Los Sueños Vivientes #1 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora