Anteriormente en nuestra aventura...
Tras recuperar la conciencia y conocer a una nueva amiga llamada Chessi, nuestro furro amarillo se dirige a la siguiente ciudad acompañada de la peliazul.
¿Qué pasará en este nuevo lugar?
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Una hermosa mañana, perfecta para pasear con tranquilidad.
Pero no para nuestros héroes.
A lo lejos, se veía algo que algo se acercaba a gran velocidad, ¿Una manada de Tauros? ¿Un Shedinja?.
No, ¡No!, ¡NO!Aquello que se acerca, era Kendo, siendo perseguido aún por un pequeño Weedle, quien seguía con intenciones asesinas hacia su entrenador.
Cuando llegaron a la entrada de la ciudad, ambos se detuvieron, pues de tanto correr, habían perdido el aire.
Luego de unos segundos, y verse el uno al otro, decidieron hacer las paces debido al cansancio.
Segundos después, llegaron Chessi, con su Pikachu en brazos y a su lado, el Fennekin de Kendo, quien había decidido salir de su pokebola varios metros atrás.
Chessi: Vaya que ustedes 2 son muy enérgicos.
Tanto Pokémon como entrenador, voltearon a mirar a la peliazul, y soltaron una risa muy fuerte.
Kendo: Perdón perdón, pero me temo que de mi parte no hay nada de enérgico, y viendo la reacción de Weedle, diría que de su parte tampoco.
Tras ese pequeño comentario, la chica no pudo evitar soltar una pequeña risa, pues lo que dijo le parecía algo gracioso.
Kendo: Por cierto, ¿Dónde estamos?
La peliazul, revisó en el mapa de su pokedex, viendo detalladamente la ubicación.
Chessi: Acabamos de llegar a Ciudad Novarte.
Al oírla, Kendo volteó a revisar algo mejor el lugar.
Kendo: Así que aquí es donde se ubica el primer gimnasio, je, finalmente estoy aquí.
Chessi: Parece que tienes tu meta clara.
Kendo: Derrotar al líder de gimnasio y ganar mi primera medalla, esa es la meta.
El furro amarillo, mostraba una cálida sonrisa y una mirada llena de determinación, sin embargo, cuando dió el primer paso en dirección al gimnasio, fue interrumpido por un ruido proveniente de su estómago.
Y era claro, pues no tuvo la oportunidad de desayunar por perseguir a un amigo.
Ante aquel suceso, Chessi entendió la situación, llegando a la conclusión de que su reciente amigo no había comido.
Chessi: Sabes... Creo que tengo algo de hambre, ¿Por qué no vamos a comer a algún lugar?
El furro amarillo, al oír esas palabras, mostró una cara llena de felicidad.
Lo que no sabía era que Chessi lo había dicho para no avergonzarlo.Estando ambos de acuerdo, caminaron un poco hasta llegar a un pequeño restaurante con mesas fuera del local y una sombrilla que los protegería del sol.
Pidieron algo de comida para ellos y para sus Pokémons, los cuales salieron de sus pokebolas.Cuando salieron, el Pidgey de Kendo vió directamente a Weedle con una mirada de remordimiento, pues sabía que este era el causante de que casi cayera al suelo anteriormente.
Weedle solo se hizo el loco, evitando prestarle atención.
Fennekin por otro lado, se sentía algo decepcionada de sus compañeros de equipo, pues presentía que podrían pelear en cualquier momento.
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Un mundo de Poke-locuras
Fiction généraleEn algún universo alterno, Kendomurft, nuestro futuro amarillo favorito, en vez de ser un v-tuber que baila en un tubo, es un maestro Pokémon, o bueno, tratará de volverse uno. A través de su nueva aventura, conocerá personas, se enfrentará a advers...