El día continuaba, y las aventuras no paraban.
Nuestros héroes, tras la victoria de Kendo en el gimnasio pokémon, se encontraban saliendo de ciudad Novarte con dirección a la ruta 4.
Ambos jóvenes caminarían tranquilamente por el sendero que atravesaba la ruta, mirando a los lados en ocasiones para admirar el paisaje, pues aunque solo era un pequeño camino la vista que ofrecía era realmente hermosa.
El cielo azúl, las esponjosas y blancas nubes, y el césped tan verde hacían que aquella simple caminata se sintiera como un desfile de colores.
O al menos así se sentía hasta que un pequeño sonido proveniente del estómago del rubio lo interrumpiera.
Chessi: ¿Tienes hambre? Pero si desayunamos esta mañana.
Kendo: Parece ser que la batalla de gimnasio me dió apetito.
Chessi: O simplemente eres un goloso.
Una pequeña risa de vergüenza se hizo presente en el chico, quien sabía que en parte su amiga tenía razón.
Chessi: ¿Crees que con una manzana se te quite el hambre?
Kendo: Estoy seguro de que si.
Chessi: Bien, creo que hay una manzana en el árbol de allá, ¿Por qué no vamos y tomamos alguna?
El furro asintió, y junto a la chica, caminaron hacia aquel árbol que se encontraba a unos metros, pero al llegar, notaron que la manzana estaba demasiado alta para ambos.
Chessi: ¿Qué tal si sacas a alguno de tus Pokémon? Así podría alcanzarla fácilmente.
Kendo: Realmente quisiera que descansen un poco más, mi enfrentamiento contra Emi los dejó muy cansados y quizá merezcan un poco más de reposo.
Chessi: La enfermera del centro Pokémon dijo que estarían bien siempre y cuando no hagan mucho esfuerzo, ¿Te lo tomaste muy en serio?
Kendo: Después de ver cómo quedaron, a pesar de ganar, creo que me preocupo mucho por ellos.
Chessi: Eso es muy lindo y considerado de tu parte.
Ese comentario generaría un pequeño rubor de vergüenza en la mejilla del chico, quien solo apartó la mirada por unos segundos.
Kendo: ¿Qué hay de Pikachu? Quizá pueda ayudarnos.
Esto lo diría viendo al pequeño roedor eléctrico quien se encontraba a un lado de su entrenadora.
Chessi: B-bueno, Pikachu no tiene buena experiencia escalando cosas así que siempre nos evitamos ese problema.
Kendo: Ya veo, supongo no hay mucho que se pueda hacer.
El chico ya se habría dado la vuelta para irse, esperando la misma respuesta de su amiga.
Kendo: Creo que puedo soportar hasta la siguiente ciudad, ¿Nos vamos?
Cuando volteó a ver, no sé esperaba encontrar a su amiga escalando con dificultad aquel árbol frente a ellos.
Kendo: ¡O-oye! ¡¿Qué hacés?! ¡Te vas a lastimar!
Chessi: No te quiero dejar con hambre, goloso.
La chica continuaría escalando, apoyandose de unas ramas, Kendo mientras se encontraría mirando al suelo, no pregunten por qué.
Cuando Chessi estaba por alcanzar la manzana, unos ojos la observaron desde dentro de algún montón de hojas del árbol, esto la asustó demasiado e hizo que se resbalara.
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Un mundo de Poke-locuras
General FictionEn algún universo alterno, Kendomurft, nuestro futuro amarillo favorito, en vez de ser un v-tuber que baila en un tubo, es un maestro Pokémon, o bueno, tratará de volverse uno. A través de su nueva aventura, conocerá personas, se enfrentará a advers...