HWANG HYUNJIN
—¿Dispuesto a morir asfixiado, Malcón Crowy?
No se resiste, tampoco contesta y eso me pone de aún más mal humor. Mis brazos aún seguían al rededor de su cuello, su rostro se va tornando de color rojo por la falta de aire.
—Pobre iluso.- Murmulla como puede.
Siento el filo frío de un cuchillo atravesar mi pierna sin piedad, gruño por lo bajo resistiéndome, no puedo fallar. Esta es la mía.
—Ya basta.
Han Jisung aparece de repente, cómo si estuviese esperando su momento. Me esperaba lo peor cuando veo que tiene una sartén en la mano y la alza dispuesto a golpear a alguien, cierro los ojos enseguida imaginándome como tolerar el dolor pero no, Malcón Crowy cae inconsciente el suelo.
—¿Estás bien?
—¿Se puede saber que estás tramando?
Mi mano se aferra al cuello de su camiseta y lo acerco a mi, no me cae nada bien. Su respuesta tarda en venir ya que sus ojos se nublan por las lágrimas que se acumulan en ellos, frunzo el ceño al verlo de esta forma.
—¿Minho está bien?
—Cómo si te importara.
—¡Me importa porqué lo quiero!
Grita desesperado zafándose de mi agarre, se enjuaga sus ojos con las manos para tranquilizarse. Miro mi pierna, está soltando bastante sangre pero me da igual, solo quiero salir de aquí de una maldita vez.
—Créeme por favor, quiero ayudar y sacarnos de aquí.
No me fío, pero sé que si me traiciona podré matarlo sobre la marcha. Malcón sigue tirado en el suelo y le arrebato el cuchillo para guardarlo en mi chaqueta, no voy a permitir que tenga armas en esta lucha.
—Ven, sígueme. Vamos a cuidarte eso.
Emprende el camino y mira un par de veces hacia atrás para corroborar que estoy siguiéndole. Estoy cojeando, me da muchísima rabia estar herido y sentirme débil, Christopher tenía razón, tengo que ser de ayuda.
—Tengo que decirte que tu amigo está muerto.- Musita bajando la cabeza sintiéndose culpable.
—Supongo que estarás alegre.- Aprieto mi mandíbula. Imaginarme a Félix hallado en el suelo sin vida me eriza la piel, el pobre ni si quiera ha experimentado como es debido este trabajo pero ha dado su vida por nosotros.
—Claro que no, estoy harto de estoy, solo quiero que se acabe y no hayan más muertes.
—Ya.- Digo un tanto indiferente.— ¿Por qué me estás ayudando?
—Te lo explicaré cuando te cure esto.
Subimos a la siguiente planta, a la segunda en ascensor. Se mantiene serio, temblando por el nerviosismo aunque se mantiene estable, no sé qué esta pasando. Camina hasta una puerta y la abre mostrándome una enfermería llena de medicamentos.
—Siéntate ahí.- Señala camilla limpia. Hago caso dudando un poco, ¿porqué tiene una planta llena de camillas, otra con una enfermería?
—¿Esto es un psiquiátrico?
—No, aunque no está lejos de ser uno.
Coge unas cuantas gasas, agua oxigenada y esparadrapo para curarme. Limpia la herida con delicadeza, tiene mano para estas cosas.
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𝙶𝚄𝙰𝚁𝙳𝙰𝙴𝚂𝙿𝙰𝙻𝙳𝙰𝚂 | 𝙱𝙰𝙽𝙶 𝙲𝙷𝙰𝙽
Teen FictionLa sensación de sentirte protegido, no siempre es agradable y mucho menos si tu padre quiere mantener el control de tu vida a pesar de dejarte de lado. Melody lleva prácticamente toda su existencia sola, sin la necesidad de depender de los demás ni...