MELODY CROWY
—Señor Landon, necesitábamos su ayuda. Ha surgido un grave problema allí abajo.
Nadie dice absolutamente nada, el silencio ya no me incomoda tanto en este sitio pero ver a Denise en esa forma me produce miles de taquicardias. Aprieto los labios, me está mirando con odio, como si la culpa fuese mía.
—Ahora mismo voy.
Se escuchan coches afuera, más de lo habitual, también voces de comando y mucho ajetreo. Me levanto de golpe, espero que sea los guardaespaldas de mi padre o la policía, las dos cosas valen ahora mismo. Una mano frena mi paso, Melba está aterrorizada.
—No vayas a ninguna parte.
Me zafo de su agarre, la lleva clara si piensa que no saldré para saber lo que está pasando. Denise se interpone en mi camino, apesta a sangre nueva y a sudor, da mucho asco.
—¿No escuchas las ordenes de tus superiores?
—¿Mis superiores?
Mi pregunta incrédula no le hace mucha gracia, su ceño fruncido me lo indica. Analizo su chaqueta, hay un bulto en ella y estoy segura que tiene un arma allí. Sus brazos me rodean inmovilizándome, me dirige otra a vez a la silla donde estaba sentada antes y busca algo en la encimera.
—Dónde están las cuerdas.
Aprieto la mandíbula, no quiero que me manche de sangre y ni sentir su hedor tan de cerca. Melba está mirándome deseando que no haga nada, pero ella me conoce, tengo la misma mentalidad que su pobre hijo cuando nos sentimos atrapados. Me muevo con brusquedad libreándome un poco de los brazos brutos de Denise, un milagro ser pequeñita.
—¿¡A dónde te crees que vas?!
—Dejadme de una vez.
Recibe un codazo por mi parte, específicamente en el bulto y la pistola cae al suelo. La cojo lo más rápido que puedo para apuntarle directamente a la cara sin ningún tipo de temblor en mis manos.
—Saldré afuera y vosotros os quedareis aquí, no dudaré en disparar como os vea perseguirme.
—Pero hija...
—¡Deja de llamarme así, joder! Si piensas que mis pensamientos sobre ti han cambiado por todo este tiempo aquí dentro, estás equivocada. Eres una pésima madre, siempre lo serás y nunca fui nada tuyo desde aquel accidente. ¿Lo entiendes?
Reprime las ganas de llorar, sus ojos están a punto de explotar. Camino hacia atrás lentamente vigilándoles, no estoy bromeando cuando digo que soy capaz de matarlos. La puerta trasera sigue abierta asi que salgo enseguida a la calle, lo primero que recibo es una gran oleada de brisa fría. La tormenta se acerca.
— Malcón, baja el arma, no queremos hacerle daño.
Volteo sobre mis talones para ver el panorama de afuera, Malcón está ahí con una herida demasiado fea en la frente. Su risa me pone de los nervios pero no dudo en apuntarlo, siento que soy la única que puede acabar con él a pesar de ser la más débil de todos.
Disparo y le he dado, no en la zona que quería pero lo he hecho. Cojea por unos segundos pero se mantiene en pie, es demasiado fuerte el muy capullo. Si yo hubiese recibido un disparo en la pierna me hubiese caído y empezado a llorar.
—Que puntería de mierda tienes, hermanita.
Vale, tengo que ir con cuidado. Me acerco lentamente repasando las miles de frases hirientes que no puedo decirle porque tiene una sensibilidad bastante frágil al parecer. Respiro demasiado rápido, voy a perder los nervios.
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𝙶𝚄𝙰𝚁𝙳𝙰𝙴𝚂𝙿𝙰𝙻𝙳𝙰𝚂 | 𝙱𝙰𝙽𝙶 𝙲𝙷𝙰𝙽
Novela JuvenilLa sensación de sentirte protegido, no siempre es agradable y mucho menos si tu padre quiere mantener el control de tu vida a pesar de dejarte de lado. Melody lleva prácticamente toda su existencia sola, sin la necesidad de depender de los demás ni...