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Capítulo 6: ¿Qué dijo qué?

MELODY CROWY

—¿Eres más team Jacob que team Edward ? Dios mío, ojala te laven el cerebro.

Escuchar su risa me genera tranquilidad. Nunca se me ha dado bien hacer amigos, siempre pensé que conectar con una persona conllevaba tiempo pero con Jeongin es diferente. Congeniamos muy bien, diría que es un chico peculiar y lleno de curiosidades que lo hacen interesante.

—Mi hermana mayor dice lo mismo.- Arruga su nariz.— No es culpa mía, Jacob tiene sus virtudes también.

—Sí sí.- Bromeo y recibo un mirada acusadora al respecto.— Oye, ¿por casualidad te gustan las fiestas?

—Nunca he ido a una, diría que tampoco es un ambiente que me guste mucho. ¿Por qué?

—Este viernes hay un festival de pop-rock en Shark beach. Iré con amigos, por si querías venir.- Propongo entrelazando mis dedos.

Realmente quiero que vaya. Como he dicho antes, Jeongin está entrando poquito a poquito y sin esfuerzo a mi vida, me gustaría conocerlo en un ámbito totalmente diferente y ver como se comporta con mis demás amistades.

—Mmmm, está bien, me lo pensaré.- Un leve rubor se instala en sus cachetes.—¿Me das tu número? Para avisarte.

Sonrío ladeadamente, es demasiado tierno. Le tiendo mi móvil para que anote su contacto y lo analizo detalladamente. Es un chico guapo, alto y me encanta su pelo negro lleno de rulitos, es muy gentil, servicial y gracioso. Encantador sería la palabra que lo define.

—Aquí tienes.

—Te escribiré cuando llegue a casa.- Guardo mi teléfono en el bolsillo de mi sudadera.

Llegamos a la parada de autobuses, observo el panel digital con los horarios correspondientes y suelto un suspiro, aún quedan cuarenta y cinco minutos. Toca esperar sola, no es algo que me molesta pero teniendo en cuenta que tengo poca batería en mi móvil, sé que escuchar música no es una buena opción.

¿Dónde está Christopher? No lo he visto en todo el día. Eso de ser amigos se le quedó muy corto.

—Ahí viene.- Susurra viendo el autobús parando en en el semáforo en rojo.—¿Quieres qué espere contigo? No me gusta la idea de qué estés sola.

—Tranquilo, estaré bien. Es mejor que cojas el bus ahora, no quiero que llegues tarde a casa.

—¿Seguro? - Pregunta indeciso y asiento con la cabeza.— Avísame cuando llegues a casa, ¿vale?

—Claro.- Veo como sube al bus y me despido con la mano.—Maldito idiota.- Musita viendo qué no está el coche de Christopher por ningún lado.

Me siento en el banco esperando y respiro hondo, tengo que tranquilizarme aunque sea imposible. No son buenas fechas para mí. A veces, solo a veces, pensaba que la vida solo me quería consiente para sobrellevar la cantidad de baches que me pone a lo largo del día. Normalmente, solía esquivarlos e ignorarlos cómo si conmigo no fuese la cosa, pero habían momentos dónde me percataba de todos y los analizaba buscando la respuesta de cada uno de ellos.

Se acercaban días importantes, cada mes se repite la misma historia y a pesar de que no me acordaba de nada, por la dichosa amnesia, vagos recuerdos se proyectan en mi memoria en cada momento.