Prólogo

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Se dice que el bosque de Wisconsin es de temer puesto que un ente peligroso y sus "secuaces" habitan en él. La familia Elizabeth es conocida por su antepasada Joan Wytte, cuyo sobrenombre es El hada luchadora de Bodmin. Cuando los Wytte se asentaron en el norte de Estados Unidos hace varias generaciones anteriores, eligieron sabiamente el lugar; una parte muy especial y mágica de un bosque, en aquel entonces virgen, que no atrae precisamente la atención del resto de mortales, hecho que lo hacía, y lo sigue haciendo, un lugar ideal para que las brujas puedan indagar en una de las muchas maravillas que el mundo alberga.

《Querida Madre,

Espero que se encuentre bien y goze de buena salud. 

Me temo que soy la única que puede contactarle para que le llegue tal debastadora noticia. Samantha quedó petrificada debido al conjuro que involucra magia del caos. Su estatua no desprende nigún tipo de aura, mucho menos energía. 
Encenderé una vela por ella y desearé que el universo cuide de su curiosa alma y le dé otra oportunidad.

Así pues, resulta que Natral ha quedado custodiada solo bajo mi protección, espero estar a la altura de tal responsabilidad. Igualmente las runas y los hechizos de nuestros ancenstros siguen tan fuertes como desde el momento en el que se realizaron.

Me gustaría saber más sobre la investigación de la solución para Samantha. ¿Hubo algún avance prometedor?  

PD: Enviré una carta a la tía Cassandra, quien cuida noche y día a la abuela Terenthia, y a la tía Meredith, que se encuentra en Holbox. 

Con amor y muchos buenos deseos,

- Elizabeth Wytte》



Narra Elizabeth

Una vez terminada de escribir las cartas se las hice llegar a sus respectivas destinatarias. 
El lugar se siente vacío sin la presencia de Samantha... 

La situación no es buena.

A pesar de seguir con mi rutina diaria, una que fui construyendo y perfilando durante años, nada es igual. 

Ya empieza a surgir una angustia que me recorre y atormenta, derivándome a una sensación que indica el inicio de una desesperación imprudente.

Desde que tengo memoria he notado en los alrededores un ente que emana una peligrosa y autoritaria aura, pero que no ha sido capaz de entrar en terreno sacro.
Estoy considerando hacer un pacto con tal criatura. 

Mi deber es proteger este lugar, y mucho más ahora que mi hermana no tiene forma de defenderse. 

Quiere tener acceso a este lugar, a la magia y sus posibilidades, mas no puede sin que yo lo consienta. Sé con certeza que yo tengo algo que ofrecerle, pero, ¿acaso ese ente puede tener algo que me beneficie?

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