Capítulo 7

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Hace 23 años

El cabello se le movía un poco por el viento, pero no le incomodaba, al contrario, le agradecía al viento. Era una vista agradable. Las hojas que colgaban en los árboles parecían esmeraldas y los pequeños pájaros que saltaban de una rama a otra parecían salidos de un cuento de hadas. El día era tan hermoso que habría sido un desperdicio pasarlo dentro del salón de música, ambos habían estado de acuerdo y habían salido debajo de la sombra de un árbol.

— Esto no rima, ¿cierto?

Porchay negó con la cabeza y borró la palabra que había escrito antes. Kim solo lo miró y dejó que hiciera lo que él quisiera, era cierto que las palabras no rimaban y que se escuchaba un poco forzada la métrica. El viento sopló más fuerte que antes y Kim sostuvo las hojas por Chay, mientras miraba su cabello moverse con el viento, de una forma que le dejaba ver mejor sus ojos, su frente, su rostro por completo.

— Phi... — Chay dejó guitarra a un lado —. ¿Tú sabes qué está pasando con las familias y todo ese asunto?

— ¿Para qué quieres saber eso?

— Quiero saber dónde está mi hermano, por ejemplo — Chay se vio las manos.

Desde hacía un par de semanas Kim había notado que Porschay no tenía ni una pista de dónde estaba Porsche, no se hablaba con su hermano por días y luego quizá tenían una charla de un minuto en donde casi no le escuchaba nada a Porsche, solo le contestaba sus pregundas preocupadas. Kim sabía que no había nada qué esperar. Porchay era un callejón sin salida que no lo llevaría a ninguna parte. Aún sabiendo eso, no podía dejar de ir a la sala de música al menos dos veces por semana. "Siento lástima por él", se decía Kim, "quizá Porsche lo contacte pronto". 

— Tengo que irme — Kim se levantó del banco.

— Phi — Chay le tomó la mano a Kim y le rogó con la mirada —. ¿No te quedas hoy conmigo?

— Tengo responsabilidades que cumplir — mintió Kim.

— Solo por hoy, ¿mmm? No te voy a molestar, solo quiero que haya alguien más en la casa a parte de mí.

— Tienes a tu guardaespaldas, otro día te acompaño.

Kim no tenía intención de mantener su palabra. Ya se estaba desviando mucho de su plan original solo por estar allí. Pasar tanto tiempo a solas con Chay no podía ser bueno, menos si no estaba obteniendo resultados. Su papá iba a empezar a pensar mal de aquellas interacciones. Quizá debería retirarse y no volver a hablar con Chay.

Porchay no insistió. Kim viajó en el auto, uno de los hombres de su papá conducía. Sabía que todos esos hombres de su papá no solo lo protegían, Kim se protegía solo, ellos también lo vigilaban y le contaban sus movimientos al patriarca de la familia. Cada segundo que pasaba al lado de Chay sin un sólo resultado era una amenaza para el estatus que tenía en frente de los ojos de su padre. Kim fue directo a las habitaciones de su papá, quería conversar con él sobre lo poco que había logrado extraer de las conversaciones que había tenido Chay.

Korn estaba tomando un par de cosas de su armario y metiéndolas en una maleta sin mucho cuidado. Kim se tomó el trabajo de ordenar las cosas mientras su papá seguía poniendo ropa sobre la maleta abierta.

— ¿A dónde vas? — preguntó Kim, cuando la maleta estuvo lista.

— Hay un problema en la casa de campo.

Kim lo entendió. Ella. La mamá de Porchay y Porsche. Kim no estaba seguro de que Porsche supiera que ella estaba viva, pero lo que sí sabía con certeza es que Porchay creía que ella estaba muerta. La pobre señora tenía alguna clase de enfermedad mental y no reconocía ni a sus cuidadores. Kim en realidad suponía que no había diferencia entre tener una madre en ese estado y ser huérfano. 

Clue [KimChay] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora