Juliana no podía darle largas a su relación y lo sabía, tenía que decirle la verdad a Javier. Se había enamorado de una mujer maravillosa que despertaba en ella sentimientos y emociones que no experimentó con nadie. Nunca creyó que fuera posible, pero tampoco dejaría pasar la oportunidad de ser feliz por miedo al qué dirán o a los prejuicios de los demás. La ojiazul se le instaló en el alma y contra eso nadie puede batallar, cuando el amor llega no le importa si le has invitado o no, simplemente se hace un espacio y se queda a vivir para siempre. Y justo eso ocurrió, la señora Carvajal y Gala aparecieron con todo para embobarla y hacerle ver que los sentimientos no conocen de edades ni de estatus sociales, esas vainas se la inventaron seres infelices que no soportaban ver como el resto encontraba la felicidad sin importarle nada más.
Así que aquel día prefirió ser honesta, lo lastimaría, pero era mejor que vivir engañado y creyéndose correspondido cuando la realidad resultaba muy distante de eso.
- Tenemos que hablar - dijo con voz seria mientras el joven frente a ella tomaba un sorbo de café.
- Eso siempre significa problemas – intentó hacer una broma, pero la cara de la pelinegra le hizo saber que aquella conversación no sería chistosa ni mucho menos. La había notado rara durante los últimos meses, sobre todo después de empezar a trabajar en la hacienda, pero hacía su mayor esfuerzo por mantener la relación a flote - ¿Hay alguien más? – fue lo primero que preguntó.
- Eso no es lo importante ahora Javier – respondió – Sabes que estamos mal desde hace un tiempo y que lo mejor para ambos es que lo dejemos hasta aquí.
- Entonces sí hay alguien más – insistió - ¿Desde cuándo? – mantenía la calma, a pesar de que sentía como su corazón se rompía en mil pedazos.
- No quiero hacerte daño, eres importante para mí, aunque ya no podamos tener una relación amorosa. Siempre te estaré agradecida por tu compañía y por lo felices que fuimos durante el tiempo que nos duró – la joven lucía apesadumbrada, lo conocía bien y reconocía que detrás de su autocontrol estaba el dolor y la tristeza.
- Juliana, ya lo hemos arreglado antes, podemos regresarnos a la ciudad y volver a empezar – hablaba con cierta esperanza – Parece que no fue buena idea alejarnos de nuestra vida, podemos...
- No tiene que ver con venirnos aquí o estar en la ciudad, se trata de nosotros que ya no funcionamos o tal vez nunca lo hicimos – lo interrumpió – Vemos la vida de formas distintas, cada uno cree cosas diferentes y nunca podremos coincidir en muchos aspectos y así está bien, pero no alcanza para ser una pareja o un complemento.
- Dime la verdad, por favor, ¿hay alguien más? – ella suspiró y, finalmente, asintió - ¿Quién es?
- No te lo diré, no es asunto tuyo – no quería ser una perra malvada, pero debía poner límites.
- Sí que lo es, me estás dejando por él – refutó un poco más alto de lo normal y con eso atrajo la atención de varias personas en la cafetería donde se encontraban.
- Te estoy dejando porque nuestra relación ya no se sostiene, porque cada uno va por su lado y porque tenemos derecho a buscar la felicidad real – respondió Juliana – Esto no tiene que ver con ella, tiene que ver con nosotros.
- ¿Ella? ¿Me estás dejando por una mujer? – preguntó con el rostro desencajado y sin entender bien qué pasaba.
- Sí, estoy enamorada de una mujer – era apenas la segunda vez que lo decía en voz alta y que bien se sintió hacerlo.

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Luna Encantada
ФанфикLa vida de una joven viuda, Valentina Carvajal, y su pequeña hija, Gala, cambia para siempre cuando reciben la llegada de Juliana Valdés, la nueva niñera.