Juliana amaba la música desde que tuvo uso de razón, sin embargo, nunca se había planteado ser una estrella o algo parecido. Mas bien su deseo fue aprender todo cuanto pudiera para luego compartir ese conocimiento con los demás, que de alguna manera pudieran verla desde su perspectiva y sentir esas emociones y sensaciones que el ser humano puede experimentar solo a través de ella. Su madre le insistía en que podría sacar provecho de su talento y llegar muy lejos, pero ella iba por otros rumbos más "bohemios", los mismos que perdió cuando se vio sola y sin su gran amuleto de la suerte. La señora Valdés era todo para ella, su compañera, consejera, amiga, cómplice, la persona que mejor la conocía y en quien confiaba sus más íntimos secretos, así que al perderla su mundo se vino abajo, se acabaron los planes y los sueños para dar paso a vivir un día a la vez y enfrentar cada cosa conforme viniera. No pensar, no sentir, no recordar, esa era la mejor estrategia para lidiar con la pena de la soledad y la tristeza de saber que nunca más vería a la luz de sus ojos.
- Lo importante no es ser valiente siempre sino cuando es necesario – era lo que le repetía su madre constantemente y ella lo llevaba grabado en la mente y el corazón.
- Si estuvieras aquí seguro amarías a Gala y a Val tanto como yo, te llevarías muy bien con ellas, son tan dulces y divertidas que me hacen recordar nuestras tardes en casa horneando galletas y haciendo tu delicioso pastel de zanahorias – una lagrima rebelde resbaló por su mejilla – Esa pequeña necesita tanto amor y cariño que solo se me ocurre alguien como tú para ayudarla a sanar como hiciste conmigo cuando papá nos dejó abandonadas por su otra familia – era algo que nunca le perdonó a aquel desgraciado, el sufrimiento de su madre, y por lo que jamás le permitiría acercarse a ella – Y Val – suspiró – ella es tan especial, tan única, la manera en que me hace sentir es ... ni siquiera tengo palabras para describirlo. Cuando me mira el aleteo de las mariposas en mi estomago se revoluciona y si me sonríe las pulsaciones de mi corazón enloquecen, estoy tan enamorada que no imagino un segundo sin ella a mi lado. Va a ser que tenías razón y eso de las almas gemelas si existen, y esa gruñona y malhumorada es la mía – sonrió recordando a la mujer que amaba y que le había cambiado la vida para siempre – Ayúdame, mamá, que esto no sea un sueño, que ella se quedé para siempre a mi lado y pueda ver crecer a mi pequeña princesa – ese era su anhelo mayor, ser feliz junto a ese par de ojiazules que le devolvió las ganas de sonreír y continuar en el camino de la vida.
Esos momentos de remembranzas solían ponerla nostálgica, ese era su detonante para componer sus mejores piezas y vaya que poseía un talento único para la música. Aquella tarde pensó que Valentina tenía razón y que, tal vez, era hora de plantearse retomar su sueño de enseñar su arte. La convocatoria para las oposiciones en el Conservatorio Nacional de Música estaba abierta así que, por primera vez en su vida, se planteó la posibilidad de participar en las oposiciones para obtener una plaza como maestra para el siguiente año lectivo.
- Amor, ¿estás aquí? – escuchó la voz de su novia que se acercaba a la sala despacio desde la cocina.
- ¡Aquí! – gritó – Estoy en la sala, mi vida – se dirigió hacia ella.
- Doris me dijo que estabas en las caballerizas y fui allí a buscarte – comentó la ojiazul mientras dejaba un beso en sus labios.
- Es que fui a llevarle algo a Antonio, pero vine de inmediato – respondió – No pensé que llegarías temprano ¿Cómo estuvo tu reunión en la empresa?
- Algo pesada, la verdad, pero al final logramos un acuerdo para la nueva estrategia de marca de la lechería – explicó sonriente – La nueva línea gráfica es espectacular, me encanta el giro en la publicidad y las nuevas ideas de captación de público.

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Luna Encantada
Fiksi PenggemarLa vida de una joven viuda, Valentina Carvajal, y su pequeña hija, Gala, cambia para siempre cuando reciben la llegada de Juliana Valdés, la nueva niñera.