Zee Pruk debe tomar una decisión sumamente importante y que influirá en su futura felicidad.
El prestigioso abogado tendrá que elegir entre seguir con su cómoda vida y su larga relación con altibajos, junto a su famoso novio o arriesgarlo todo por...
Totalmente entregado, mientras notaba como sus rodillas le fallaban temblorosas y débiles, NuNew gimió varias veces dentro de la boca de Zee.
El mayor estaba muy excitado y a la vez asombrado del poder que su excitante ayudante tenía sobre su persona.
Jamás había deseado tanto a otro ser, al que tuviera entre sus brazos, ni tampoco imaginó llegar a sentir esa arrebatadora pasión por un chico tan joven.
Con los ojos entrecerrados, el becario sintió entonces un escalofrío que le recorrió la espina dorsal, ya que el abogado le levantó la camisa y a continuación deslizó la lengua por todo su torso.
El más joven gimió rítmicamente con las manos danzando entre los revueltos cabellos de su jefe.
-Zee...Zee- susurró entrecortadamente
Escuchar su nombre de los labios de su joven fue éxtasis para este, quién gruñó y sin previo aviso lo cogió de la cintura y lo sentó en su escritorio.
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Nuevamente, la camisa de NuNew fue levantada pero esta vez hasta sacarla totalmente y a continuación, sintió el cálido aliento de su jefe recorrer su vientre.
-Quiero comerte, pequeño-le susurró este al oído haciéndolo estremecer.
-Oh si...si- respondió el becario con la voz rasposa llena de deseo- no te detengas.
Zee se sacó la chaqueta, la corbata y la camisa, entonces desabrochó el pantalón de su becario y se los sacó, junto con los boxer.
A continuación cogió un condón en su cajón del escritorio, se sacó el resto de la ropa y separó las piernas de NuNew.
-¿Eres virgen, precioso?
El becario asintió con vergüenza.
-Ok, tranquilo. Iré con cuidado.
Rápidamente Zee caminó hasta el baño de su oficina y en el mueble buscó el lubricante de sabores que a veces había usado para jugar con su novia.
-Estás seguro de esto, ¿verdad pequeño?- preguntó el mayor volviendo con este.
NuNew tumbado sobre el escritorio asintió fervientemente con la cabeza.
-Joder, eres tan dolorosamente lindo- Susurró Zee abriendo el bote y echando un poco en la entrada del becario.
-Abrete para mí, precioso
-Aaaaaahhhh... Está frío
Zee sonrió y a continuación se colocó el condón en su erecto miembro.
-¿Estás preparado?
-Si
-Relájate
El más joven asintió de nuevo, por lo que el abogado alineó su duro pene con la entrada de este y poco a poco lo penetró.
-Oh jo-jder...eres tan estrecho aaah...
-Ooohh mierd-mierda...que grande eres aaah... duele... duele -jadeó NuNew al sentir su culo partirse.
-Tranquilo, pronto sentirás placer
Una vez tuvo todo su miembro dentro, Zee comenzó a moverse lentamente, hasta que el becario pidió más.
-Más rápido, má-más rápido- exigió
El mayor obedeciendo a los deseos del chico, incrementó el ritmo.
-Oh si... si aaah sigue...sigue aaah, jodeer... aaah, si...si, más... más aaah- gemía NuNew extasiado
-Oh joder, se siente tan bien-jadeó entonces el abogado incrementando aún más la velocidad-...es increíble estar dentro de ti aaah....aaaaah..
Zee ya no pudo aguantar más y entonces se corrió, soltando jadeos y suspiros de placer, mientras sentía sus piernas temblar.
-Wow... joder....aaaaahhhh..
Tras recuperar el aliento, este salió del interior del becario.
-Voy a probarte, pequeño
Tras decir eso, Zee se puso entonces de cuclillas y a continuación se metió el miembro de este en la boca, comenzando a chuparlo, mientras NuNew todavía tumbado sobre el escritorio, gemía con los ojos cerrados.
-Oh siii...oh siiii..e-esto es más increíble, de lo que nunca imaginé.
El mayor siguió masturbandolo, hasta que minutos después, el becario llegó al orgasmo, corriendose en su boca.
-Estoy muy feliz- habló NuNew con lágrimas ven los ojos.
Zee sonrió y acto seguido lo abrazó con fuerza.
-Eres tan malditamente lindo, pequeño.
-Lo siento, creerás que soy un tonto pero ..¿ha sucedido de verdad?, Me cuesta creerlo
-Si cariño, es real
-¿Puedes besarme de nuevo?- preguntó el más joven con ojos suplicantes
El abogado le pellizcó las mejillas.
-Señorito, es usted muy travieso.
-Por favor, solo uno
Zee accedió y finalmente tras vestirse y antes de volver al trabajo, se besaron por un largo rato más.
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