27. El cine

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Capítulo 27

CATALINA

Bajo corriendo las escaleras, el timbre está sonando y sé que es Uriel, solo vivo con mi madre y siempre trae sus llaves.

Abro la puerta y Uriel me recibe con un beso en la mejilla. Es increíble que nos tratemos como amigos y hemos ido más allá de eso.

—Hola, estás muy guapa.— sonríe.

—Gracias.— caminamos hacia su carro y él abre la puerta para que me suba en el asiento del copiloto.

Le da la vuelta al carro y se sube.

—¿A dónde vamos?— pregunto porque no me ha dicho a dónde.

—Tranquila, tú confía.— me da una sonrisa de superioridad.

—No puedo, desde el día en el que fuimos a acampar y me dijiste, — trato de imitarlo, —"no te voy a hacer nada, lo juro", y luego la icónica frase, "tú confía", eso hice y ve como terminamos.— me cruzo de brazos.

Una estúpida sonrisa se forma en su rostro. —Termine encima de ti mientras tú gemías en mi oído, como olvidarlo.

Niego con la cabeza, —Me arrepiento tanto.

Ambos sabemos que estoy mintiendo, quien se arrepiente del mejor sexo de su vida, que yo sepa, nadie.

—Repetiste, dudo que estés tan arrepentida como dices.— con él no se puede hablar.

—De verdad, me arrepiento de haber caído tan bajo.— me volteo para ver por la ventana mostrando indiferencia.

—Bajo, bajo caí yo al estar aquí contigo.— me ofende de verdad.

—Si quieres me bajo no hay problema.— me importa poco que pueda morir al bajarme ahora del carro.

—Hazlo.— dice con firmeza y con la vista fija en el camino.

Me pregunto por qué soy tan estúpida cuando estoy con él, mi mente no trabaja igual que siempre.

Trato de abrir la puerta y obviamente tiene el seguro puesto, imposible que pueda bajar ahora.

Él se ríe por mi estupidez y yo lo fulmino con la mirada.

—Y... ¿Te gustan los conejos?— la pregunta más estúpida que he hecho en toda mi vida.

—No, son ratas gigantes.

—¿Qué te pasa?, son lindos a diferencia de las ratas.— me acaba de ofender nuevamente.

—¿Lindos?, son horribles, rasguñan y huelen feo.— tiene un punto.

—Mentira.

Volteo a verlo y se ve tan atractivo y sexy, sus grandes manos aprietan el volante, tiene un lindo perfil, es realmente guapo, creo que eso ya es de familia.

—¿Te das cuenta de cómo me estás mirando?, ¿o esa es tu mirada de "me arrepiento de haber caído tan bajo"?

—Esa es mi mirada de wow qué tipo tan sexy.— hay que darle un giro a las cosas.

Él no dice nada, yo sabía que iba a pasar esto.

—¿Entonces, soy sexy?— voltea y me da esa sonrisa que causa de todo en mi cuerpo.

—Algo.— no quiero alimentar su ego diciendo que mucho.

—Esta noche, cuando tengas tus piernas sobre mis hombros y te esté dando duro no dirás lo mismo.

Mis ojos se abren más de lo normal, ¿planea follar conmigo esta noche?.

—Dudo, esta noche voy a estar durmiendo en mi casa.— de eso estoy segura.

¿Cuál De Los Dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora