18. El doctor

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Capítulo 18

JOHAN

De nuevo igual que el día de la piscina le dejo mi baño a Daniela y yo salgo a usar el de Sofía, ella sigue comiendo así que no hay problema con que use su baño. Salgo de la habitación y voy directo a la de mi hermana.

Después de bañarme me pongo la ropa que traje, salgo del baño y también de la habitación de mi hermana. Pensé que Uriel estaba allá abajo cosa que no es así, lo encuentro a punto de entrar a su habitación.

—¿Y Catalina, está ahí dentro?— pregunto.

—Ya sabes la respuesta.

—Uriel, ella... ¿Te gusta?— no dice nada y solo ve hacia el piso. —¿Ella te atrae?

Suspira. —Algo así.

Catalina se ha vuelto una persona de alguna manera importante para mí desde que conocí a Dani, sinceramente no quisiera que saliera lastimada con los juegos de Uriel.

—¿Te gusta o no?— me sorprende que soné más intimidante de lo que pensé.

—Sí.

—Entonces haz las cosas bien, una relación no es solo sexo, hasta ahora es lo único que han hecho desde que se conocieron.

—Eso es mentira, también hemos platicado...

Lo interrumpo para corroborar sus palabras. —¿Qué día cumple años?— lo veo indagar en su memoria sin tener éxito. —¿qué canción es su favorita, qué color le gusta más, qué quiere estudiar?— no hay respuesta para ninguna pregunta.

—No nos ha dado tiempo de platicar sobre eso.

—Uriel, tiempo han tenido y mucho, los dejamos solos hace unas horas en la sala y lo único que hicieron fue besarse, sean un poco maduros y conózcanse primero, no puedes ir por la vida teniendo sexo con la primera chica que se te cruza enfrente.

—Lo sé es solo que ella...

—Sean maduros es todo.

Lo dejo solo en la entrada de su habitación y me dirijo a la mía, saco mi teléfono y finjo hacer cualquier cosa, Daniela está subiendo las escaleras y se que nos vamos a encontrar en la puerta de la habitación.

—¿No sabes dónde está Catalina?— pregunta.

—En ese cuarto de allá, — digo sin voltear a verla. —Vengo de allá, estaba platicando con Uriel.

—Ah... ya.

—Sí.— volteo a verla y sé que es hora de ejecutar mi plan.

—¿Estás bien?— pregunta.

—Sí, es solo que... ¿por qué estamos hablando acá afuera?— pongo mi mano en la manija.

—No sé.— se encoge de hombros.

Pasamos a la habitación y ella cierra la puerta, me siento en la cama, casi frente a ella, intento lucir molesto.

Suspiro pesadamente y volteo a verla. —¿Por qué?

—¿Por qué qué?

Me encojo de hombros. —¿Por qué?

—¿La playera?, lo siento, si quieres la devuelvo.— evidentemente no está entendiendo nada.

—No, está bien.— quiero que piense que estoy enojado con ella.

—Entonces, ¿qué es?

Le sonrío para confundirla y por su expresión creo que lo estoy logrando, primero estaba enojado y ahora estoy sonriendo, ¿qué sigue después, llorar?, podría ser.

¿Cuál De Los Dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora