28. El perdón

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Capítulo 28

JOHAN

Me despierto, para mi mala suerte son las 6:30 de la mañana, me siento en la cama y veo que Moon todavía está dormida.

Me levanto y voy a bañarme, ya que me desperté tan temprano voy a ir a ver al abuelo, no sé sobre qué quiere hablar pero algo me dice que tengo que ir.

Salgo del baño y Moon está acostada en mi cama mordiendo mis sábanas.

—Ey, no.— soné amable, eso creo.

Me río mientras la bajo de la cama, le pongo su correa y bajamos corriendo directo al carro.

Me la voy a llevar, no sé para qué pero Moon va conmigo.

Vamos escuchando música, a pesar de ir a ver al abuelo, voy feliz, traer a Moon conmigo en el carro se siente bien, es como una pequeña bola de pelos que tengo que cuidar.

Más tarde llegamos a la casa del abuelo, bajo del carro y voy a abrirle la puerta a Moon para que baje y entre conmigo.

Caminamos hacia la puerta y no es necesario tocar porque el abuelo ya está afuera.

—¡Johan!, no pensé que fueras a venir y menos tan temprano son las siete y media.

Asiento con la cabeza. —Aquí me tienes, ¿qué pasó?

—¿Es tuyo?— sé que se refiere a Moon.

—Sí, es mía.

—Oh, hace mucho que no veía un perro en esta casa.— se pone en cuclillas para acariciar la pequeña cabeza de Moon. —es linda.

—Lo es.

—Pasen.

¿Es cierto lo que estoy escuchando?, Moon también puede pasar, eso es sorprendente, no lo esperaba.

—Gracias.— pasamos y una de las empleadas de servicio aparece frente a mí.

—Me la puedo llevar un momento si gustas.— sonríe amable.

—Am... sí, claro.— le paso la correa para que se la lleve.

—Dale de comer y si quieres sal a jugar con ella al jardín.

Este no es mi abuelo, lo cambiaron por otro, ¿acaso se golpeó la cabeza?, no entiendo qué sucedió para que cambiara tanto.

—Vamos a mi oficina.

Lo sigo hasta su oficina, lo veo sentarse en su silla y yo me siento en una de las que están frente a su escritorio.

—La razón por la que te llamé es para que arreglemos las cosas entre nosotros. Yo sé que no soy tu persona favorita y no planeo serlo, pero si quiero que dejemos de odiarnos.

—¿A qué quieres llegar con esto?

—A que estoy viejo y no sé cuánto tiempo más esté aquí, no quiero que tengas odio en tu corazón y yo no me quiero ir sin saber que me perdonaste por todo lo que hice.— me quedo en silencio y él sigue hablando. —perdón por tratar de educarte bajo mis ideas machistas y anticuadas, se que estuvo mal. Como puedes ver he cambiado muchas cosas, en otras circunstancias tu pequeña acompañante estaría siendo llevada a la perrera.

Arrugo las cejas en enojo, ¿sería capaz de hacer eso?

—Tranquilo, ella está bien. Respecto a mis ideas machistas, he tomado algunas conferencias y terapias, entiendo que si no fuera por una mujer yo no estaría aquí, son seres a los que tenemos que cuidar, valorar, amar y respetar, porque gracias a ellas estamos aquí, ¿no es así?

¿Cuál De Los Dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora