11. La piscina

52 3 0
                                    

Capítulo 11

—Ven a mi casa.

—¿Ahora?

—No, más tarde tengo una cena familiar y quiero que estés aquí.

Estoy en llamada con Johan y básicamente me acaba de decir que quiere presentarme a su familia, completa, no me siento preparada para esto aun así no me quejo, él conoció a mis padres hace una semana y tampoco estaba preparado, así que en mí no hay lugar para la cobardía.

—¿Está bien a qué hora?

—A las ocho.

—Buena hora.

Digo ya yendo a mi vestidor para ver qué me voy a poner, lo sé, a veces soy una intensa de lo peor, no me juzguen, voy a cenar con la familia de Johan tengo que estar presentable, las buenas impresiones ante todo.

—Ah, por cierto, te quedas a dormir.

—Estás loco.

—¿Por ti?, sí.

—¿Por qué eres así?

—¿Así cómo?

—No lo sé, solo...— suspiro en derrota y muevo la cabeza en negación, al parecer los hombres son malísimos captando indirectas. —Olvídalo.

—Bueno, te veo al rato.

Son las dos de la tarde, bastante temprano para mi gusto, algo en mí quiere que ya sean las ocho.

—Daniela tranquila, cálmate que el tiempo pasa rápido en cuanto menos lo esperes ya son las ocho.

Bajo a comer, estoy sola en casa y me sorprende haberme acordado que necesito comer, normalmente lo olvido. Mis padres se fueron hace ya 4 días, así que de nuevo solo somos mi hermana y yo.

Como tranquilamente tengo bastante tiempo de aquí a las 8:00, bueno, en teoría 7:30 porque no llego a casa de Johan en un segundo, así que me estoy dando el lujo de tardarme comiendo.

Veo mi teléfono, son las 3:30, subo a bañarme, después de 15 minutos salgo, aún no me he puesto la ropa definitiva porque mi cabello está empapado y no quiero que moje la ropa, paso la secadora por mi cabello hasta que está seco casi por completo, no suelo peinarme así que trataré de acomodar mi cabello de alguna forma para que no se vea tan simple.

4:10, mi teléfono me muestra la hora, creo que estoy yendo un poco rápido, debería distraerme con algo y empezar a vestirme una hora y media antes de irme. Busco que hacer y no encuentro en que perder mi tiempo. Como si le hubiera enviado un grito de auxilio a Catalina, mi teléfono empieza a sonar.

Contesto. —No sabes cuánto necesito distraerme en este momento.

—¿Por qué, qué pasa?

—Voy a cenar con Johan.

—Oh, que bien, ¿y a dónde van a ir?

—No, la cena es... en su casa.

—¿Qué?— grita, y agradezco tener el teléfono lejos y en altavoz.

—¡Cálmate!

—Lo siento, pero es que... bueno, ya conoces a sus papás así que no hay de qué preocuparse.

—Te equivocas, — digo yendo a mi vestidor por segunda vez en el día. —conozco a sus padres lo que me tiene inquieta es que dijo que era una cena familiar, no sé a qué se refiere con familia, pueden ser solo sus padres y su hermana o pueden ser ellos más otras personas que quizás no conozco y son de su familia, por lo tanto ahora también mía.

¿Cuál De Los Dos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora