¿Cuál De Los Dos?

21. La sorpresa

Capítulo 21

JOHAN

—¿Es en serio?— sus ojos penetran los míos de una manera agresiva.

—Sí, ¿qué tiene?

—¡Dieciocho libros es demasiado Johan!

Sofía me está regañando porque le dije que me ayudara a envolver los libros, faltan 5 días para el cumpleaños de Daniela y no quiero quedarme sin tiempo. A pesar de que escondí los libros en su habitación no se había dado cuenta de que eran dieciocho, le dije que iba a guardar unos libros para Daniela, pero no le dije cuántos. Oh gran problema.

Los guardé en los cajones vacíos de su vestidor y ahí los dejé, esos cajones nunca los toca y sabía que ahí estarían seguros. Esa es la razón por la cual tampoco sabía que eran dieciocho.

—Me vas a ayudar a envolverlos, ¿sí o no?— me pongo lo más serio que puedo para aparentar molestia.

—Tráelos.

Corro hacia ella y la abrazo lo más fuerte que puedo. —Gracias, te amo.— le doy un beso en la frente y salgo corriendo hacia su vestidor para sacar los libros.

Los agarro todos y los pongo en la cama donde Sofía está sentada esperando, ella los observa con evidente sorpresa y después voltea a verme.

—¿Me puedo quedar este?— lo toma entre sus manos y lo ve detenidamente.

—No.— respondo al instante.

—¿Por qué no? mañana regresas a la librería y lo compras de nuevo.

—No.

—¿Pero por qué?

—Hay prioridades mi querida, Sofía, y tú no eres una de ellas.

Ella abre la boca sorprendida e indignada. —¿No me quieres verdad?— puedo ver que sus ojos empiezan a llenarse de lágrimas.

Me acerco a ella y me siento a su lado, la abrazo de lado pegándola a mi pecho. —No llores, perdón, sabes que eres una de las personas más importantes en mi vida.

Ella empieza a reírse y yo no entiendo nada. —Van bien mis clases de actuación, ¿verdad?

—Maldita sea Sofía.— grito.

—Ya, no te enojes.

Se seca las lágrimas y se dispone a enseñarme cómo debo envolver todo.

Sigo sus pasos y entre los dos terminamos de envolver todos los libros.

Como compensación decido invitarla a un café hoy en la noche, Sofía aceptó, así que solo toca esperar a que llegue la hora para irnos.

Antes de eso voy a mi habitación y me dispongo a escribir la carta para Dani, hago un pequeño borrador y después la paso a una hoja blanca. Diré que fue algo sencillo, era solo cuestión de escribir todo lo que he querido decirle.

DANIELA

Estoy a un día de cumplir años, me encuentro bajando las escaleras para ir a abrir la puerta.

Abro y veo a Johan parado afuera, es aquí cuando me doy cuenta de mi apariencia, estoy en pijama con el cabello amarrado en un moño desordenado y descalza.

—Johan, ¿qué haces aquí tan temprano?— me tallo los ojos.

—¿Te desperté?— pregunta.

—Lamentablemente sí.

—Perdón.

—Pasa.

Le hago un gesto con mi mano para que pase, una vez adentro cierro la puerta, Johan se sienta en el sillón y yo la sigo.