¿Cuál De Los Dos?

20. La visita

Capítulo 20

—¿Qué te trae por aquí?, ya no te había visto.

Me limito a sonreír mientras pienso en cómo zafarme de esto.

—Lo siento, tengo prisa otro día platicamos.

—No, vamos por un café o algo.

—En verdad que no tengo tiempo hoy.

—¿Y esa chamarra para quién es?, si es para mí ese color no me gusta, cambiala por rojo.

—No es para ti, lo siento, tengo que irme.— doy pasos largos hasta la caja para pagar y ella me sigue.

—¿A dónde vas?, puedo acompañarte.— sugiere, esto es peor que estar en casa del abuelo.

—No, déjame solo.— mi tono se eleva y espero hacerla entender que no la quiero cerca.

—Está bien pero tranquilízate.

Pago y me voy lo antes posible, al parecer tendré que cambiar de centro comercial.

Sinceramente la chamarra es para Sofía, pero al parecer salió más cara de lo que pensaba porque ahora por culpa de Marcela tengo que volver a manejar a otro centro que está a 5 minutos de este, no muy lejos. Casi llegando recibo un mensaje de Daniela.

✨Dani🌙:

Buenos días, ¿cómo va tu día?

Yo:

Hola, ¿muy bien y el tuyo?

✨Dani🌙:

¿Por qué ese cambio tan repentino?, tu respuesta siempre era: "igual que todos los anteriores".

Yo:

Ah sí, pues no va tan bien que digamos, pero no me quejo.

Llego al centro comercial, voy directo a la librería y busco los libros que estoy buscando, llevo 9 apenas, necesito ayuda.

Para mi suerte me encuentro a una chica tiene un libro en su mano pero parece ser que está buscando otro.

—Am... ¿Me das permiso por favor?

—Claro.

Me hago a un lado y la dejo revisar los libros que estaban detrás de mí.

—¡Aquí estás!

Toma uno de los libros y lo pone sobre el que ya llevaba, se da la vuelta y justo cuando empieza a caminar la detengo.

—Oye, espera.

Ella se voltea y me observa cuidadosa.

—Ah, lo siento, soy Johan, mucho gusto.— extiendo mi mano para saludarla.

—Ah... Em, bueno yo soy Corin.— toma mi mano.

Yo le sonrió y le explico mi situación.

—Bien, estoy buscando libros para mi novia, lo que pasa es que no se cuales escoger, ¿podrías ayudarme?, si tienes tiempo, claro.

—Si, con gusto.

Ella y yo nos paseamos por la biblioteca en busca de los libros, llevamos ya un buen rato buscando, realmente es un trabajo difícil no lo voy a negar.

—Oh, mira este, es bueno.

—Ya lo leyó.

—Bien, este de acá entonces.

—Mm...— lo observo cuidadosamente. —no no, ya lo tiene.

—Dios mío, sí que le gusta leer.

—Si, no sabes cuanto.