Capítulo 79

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Horas después, todos los chicos se encontraban nuevamente en la mansión preparándose para ir a dormir.
Había sido un día largo para la mayoría, especialmente para Valeria, que se había animado a hablar sinceramente con Simón después de mucho tiempo. Sin embargo, como la conversación había ocurrido en medio de una música a todo volumen, hubo un gran mal entendido: mientras la rubia creía que todo seguía como antes, el payasito pensaba que ella le había dado una oportunidad. Por esa razón, cuando ambos se cruzaron en el baño y él la besó, ella reaccionó sorprendida, aunque no pudo evitar seguirle el beso.

Vale: Pará, Simón... —exclamó, cayendo en lo que estaba haciendo— Pensé que habían quedado las cosas claras.
Simón: Quedó todo clarísimo.
Vale: Entonces, no me la compliques más, por favor.
Simón: ¿Qué? ¿Ya hablaste con Rama? —preguntó confundido.

Parecía que cada uno hablaba una conversación distinta, hasta que Vale comprendió lo que pasaba.
Vale: Simón... ¿Qué fue lo que te dije en el boliche?
Simón: Que estabas celosa y que yo también te gust...
Vale: Después de eso —aclaró rápidamente, avergonzada.
Simón: Que te la querías jugar, y que vos te ocupabas de arreglar las cosas con Rama.
Vale: No puede ser... —susurró para sí misma. Ella, en realidad, le había dicho que lo suyo no tenía arreglo.
Simón: ¿Pasó algo?
Vale: No, no, no pasó nada.
Simón: No me digas que entendí cualquier cosa...
Vale: No, pasa que... Todavía no pude hablar con Rama —respondió, incapáz de decirle la verdad—. Dame tiempo. Yo voy a solucionar todo.
Simón: ¿Segura? Mirá que...
Vale: Sí, gato. Yo puedo.

Vale, finalmente, lo convenció, y luego de que Simón volviera a su habitación, se dijo:
Vale: No, no puedo... ¿En qué lío me metí?

Mar: ¡¿Qué?! —exclamó al día siguiente cuando su amiga le contó todo. Las dos estaban sentadas en la mesa de la cocina.
Vale: Exactamente como escuchaste. Soy una tarada, ahora no sé que hacer, se me salió todo de las manos, y...

Vale calló al notar que Tacho entró.
Tacho: Hola, ¿qué hacían?
Mar: Nada importante.
Vale: Hablábamos.
Tacho: Ah... Bueno, ¿ya estás lista, Mar?
Vale: ¿Van a algún lado?
Mar: Ay, sí. Me había olvidado de contarte. Ya no voy a participar en la competencia de boxeo, así que voy a ir a darme de baja.
Vale: ¿En serio?
Mar: Sí, con todo esto de Juan Cruz, no tengo la cabeza para concentrarme en eso. Será en otro momento.
Vale: Ah. Suerte, entonces.
Mar: Gracias... ¿No querés venir? Así te distraes un rato.
Vale: ¿Decís?
Mar: Sí, dale.
Tacho: Ehh... No creo que sea buena idea, Mar...
Vale: ¿Qué? ¿Quieren salir solos? No hay problema, igual.
Tacho: No, no es por eso.
Mar: ¿Entonces?

En ese momento, ingresó Rama a la cocina.
Rama: Ya estoy, ¿vamos?
Tacho: Le pregunté si quería venir —explicó.

Como Rama y Vale estaban peleados, Tacho no quería ser el causante de una nueva discusión entre ellos, pero Mar convenció a su amiga de que era una buena oportunidad para hablar con Sensibilidad.
De esta manera, minutos después, los cuatro salieron de la mansión y, casi detrás de ellos, también lo hicieron Thiago y Jazmín. Ellos dos iban camino al médico para hacerse una ecografía y averiguar si iban a tener un hijo o una hija. Después de informarle a Cielo a donde irían (ya que por Juan Cruz, ella y Nico les habían pedido a los chicos que intentaran no alejarse de la mansión y que, si lo hacían, antes les avisaran), se fueron.

Ambos grupos pasaron por enfrente de la fuente, donde estaba sentado Iván; del bar, que era atendido por Melody y Tefy; y se cruzaron con otros de sus amigos.
Al verlos, Iván los saludó. Sin embargo, cuando ya estaban todos bastante lejos, sacó su teléfono e hizo una llamada.
Iván: Ya salieron —exclamó y cortó.

Casi Ángeles: ¿Todo igual o diferente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora