Capitulo 42- Dom, soy yo...

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Podía escuchar la conversación que tenían, al parecer, dos hombres

--*Debemos ser rápidos, no pueden estar aquí mucho tiempo, tenemos como mucho hasta el miércoles*--

--*Está bien, arreglo otro lugar y las llevo ahí*--

Una puerta se abre y se cierra. Uno de los hombres entra a la habitación en la que estaba

--*Tranquila, todo va a estar bien...*-- No podía hablar, tenía la boca tapada

--*Es una pena, en dos días te vas y no voy a poder ver tu linda carita otra vez*-- dijo el tipo acariciando mi mejilla; me alejé de él con asco. El tipo se marchó de la habitación y rogué para que Dom o alguno de los chicos me encontrara pronto.

Desperté y una chica estaba a mi lado, la moví un poco y ella despertó asustada.

--*Tranquila, necesito tu ayuda para poder escapar...*-- expliqué, ella asintió; me desató las manos y yo la desaté a ella

--*Qué vamos a hacer?*-- me preguntó algo temerosa

--*Yo los distraigo y vos los golpeas con algo en la cabeza para que se desmayen, después vemos como salir*--le susurré, la chica asintió. Buscamos algo para golpear a los hombres que estaban allí y con suerte, encontramos un pedazo de madera, parecía la pata de una silla vieja; eso serviría.

Le dije a la chica que se fuera hacia un costado de la habitación y se hiciera la desmayada, que cuando le diera la señal, lo tendría que golpear con fuerza en la nuca para dejarlo inconsciente

Cuando estaba todo listo y la chica agarró el pedazo de madera vieja y lo escondió detrás de su cuerpo, comencé con la actuación.

--*Ayuda...!!*--comencé a gritar--*Por favor!*-- esperé unos segundos, nada se escuchaba --*Ayuda, por favor, alguien!!*--pasos se escucharon de repente, grité una vez más -*Ayuda!!*--

La puerta se abrió y un hombre entró, no lo podía ver bien ya que estaba muy oscuro pero, era alto, muy alto y grande

--*Ya, necesito que te calles!*-- dijo algo amable

--*Necesito algo de agua, por favor, tengo mucha sed;si me da algo de agua le prometo que no vuelvo a gritar...*--me hacía la probrecita al borde del desmayo

El sujeto se acercó a mi, acarició mi mejilla y miró a mi alrededor

--*Y ella?*-- me preguntó viendo a la chica en el suelo

--*Creo que está muerta o desmayada, hace horas que no se mueve*-- le mentí; el tipo se sentó a mi lado en el colchón que estaba en el suelo, me tomó del brazo y me hizo ponerme sobre sus piernas. Me moví un poco como para que notara mi resistencia y no sospechara, me hice un poco para atrás y la chica se acercó por la espalda del sujeto, le golpeó la cabeza con el fierro y el hombre cayó al suelo inconsciente

Ella y yo salimos de la habitación en silencio, comenzamos a caminar por la casa y nos dimos cuenta que estábamos en un lugar lejos de la ciudad. El otro sujeto estaba cerca; le dije a la chica que se escondiera y cuando viera la señal, lo golpeara

Ella se escondió detrás de una columna y yo me quedé cerca. El sujeto me vio y vino hacia mi

--*Qué haces acá?*--me preguntó algo molesto

--*El otro sujeto me sacó de la habitación porque quería privacidad con la otra chica, creo que va a tardar un poco...*-- me rasqué un brazo y agaché la vista para fingir incomodidad

--*Maldito sea...*--dijo y luego me miró atento--*Aunque...*-- agregó y se acercó un poco más a mi, me giró y se apoyó en mi espalda; me tomó de las caderas y presionó su entrepierna en mi trasero, fingí un gemido y él se presionó aún mas sobre mi. Sentí que caía sobre mi cuerpo, me hice a un lado y el sujeto cayó al suelo

--*Gracias por eso!*-- le sonreí a la chica y ella a mi; revisamos al sujeto en el suelo en busca de un teléfono o algo para comunicarnos con la policía, por suerte tenía un celular

Había llamado a la policía y noté que no estaba en estados unidos, estaba en buenos aires. Luego de haberles dado la ubicación de dónde nos encontrábamos y en la situación, solo nos quedaba esperar a que llegaran por nosotras y por los idiotas cómplices de Rodrigo.

La chica que me había ayudado con los sujetos se llamaba Anna, aunque no tenía cara de Anna. Una hora después de haber cortado la llamada con los polis, habían llegado; nos preguntaron por lo que había sucedido y cómo habíamos echo para inmovilizarlos; les habíamos contado todo, se llevaron a los sujetos en una patrulla y a nosotras en otra para que hiciéramos la denuncia y diéramos nuestro testimonio de lo ocurrido.

Me dijeron que no podía irme a estados unidos durante una semana y que tenía que quedarme en algún lugar en el que ellos pudieran encontrarme, por lo cual decidí quedarme  en un hotel. Llamé a Dom para saber qué había sucedido y para que me mandara dinero, lo necesitaría.

--Dom, soy yo-- dije apenas él contestó la llamada, lo escuché suspirar y rezar

--Gracias a Dios Johanna, cómo estás? Dónde estás?, Qué sucedió?-- estaba completamente desconsolado, se le notaba en la voz

--Estoy bien, en buenos aires y el desgraciado me secuestró, otra vez; no puedo irme por una semana, asique, necesito que te tranquilices, que les digas a todos que estoy bien y que me habilites la cuenta de emergencia para poder sacar dinero y pagar todo aquí--  un sollozo se escuchó del otro lado—Dominique, todo está bien, ahora necesito que dejes de llorar y hagas lo que te pedí; cuando todo esto termine, te prometo que nos vamos a ver y todo va a ser como antes.-- traté de que se tranquilizara un poco y al parecer funcionó ya que no lo escuché llorar.

--Él no te hizo nada?-- preguntó, sabía a lo que se refería y no, no me hizo nada.

--No Dom, él no me hizo nada, ahora tengo que dejarte, debo comprar algo de ropa y darme una ducha, cuando pueda te llamo otra vez; te quiero Dom!-- dicho eso, corté la llamada, no tenía el coraje suficiente para escuchar más de él por ahora.

La Bailarina del Luchador Donde viven las historias. Descúbrelo ahora