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Sunghoon bajó del auto y se dirigió a la entrada para tocar el timbre mientras intentaba ver por la ventana cercana si lo veía venir, pero todo estaba tan oscuro. Y estaba tan entretenido buscándole que no se percató de que la puerta estaba a medio cerrar. Fue solo hasta que se cansó de presionar el timbre y decidió golpear la puerta, tal vez ese sonido sea más audible que el del timbre. Pero apenas dió el primer golpesito, la puerta se abrió.

Confundido, se adentró a la casa lentamente, estaba todo tan oscuro que apenas podía mirar dónde pisaba ¿Y cómo no lo estaría? Eran pasadas de las 12:00 pm. Pasó sus manos por toda la pared a ciegas intentando encontrar el apagador, para así encender las luces de la sala en cuanto lo tocó.

Cuando la luz fue encendida, pudo escuchar el golpeteo de unas fuertes patas contra la puerta de vidrio que daba al patio. Miró hacia ella y distinguió a Layla detrás, la perrita Golden de la que tanto hablaba Jake. Ella ahora se veía demasiado alterada que incluso golpeaba por completo su cuerpo contra el vidrio teniendo miedo de romperse.

"¿Qué sucede Layla?"

La cachorra al escuchar la suave voz, soltó ladridos agudos empezando a rasguñar con sus pezuñas por debajo de la puerta, cómo si intentará hacer un hueco por el cual pasar, aunque fuera imposible.

"Iré con tu papá y ahora regresamos contigo ¿Está bien? No estés tan alterada."

Pero solo pudo derivar que se trataba de que simplemente estaba chiflada por su presencia y subió las escaleras en busca de Jake.

"¿Jakey? ¿Dónde estás? Dejaste la puerta abierta así que entré y..."

Se cayó cuando vió la puerta de su habitación abierta, entró y confirmó que no había nadie en ella.

"¿Jake?"

Murmuró de nuevo, buscando en el resto de habitaciones hasta que se dió cuenta de que no estaba en casa. Bajó de nueva cuenta y tomó su propio celular del sofá en dónde lo había olvidado y marco su número con la esperanza de que le dijera que había salido a algún lado y que solamente se había equivocado al cerrar la puerta. Sin embargo, al momento de marcar a su número, un teléfono comenzó a sonar a unos metros de él.

Lo buscó con la mirada encontrando el móvil proveniente del sonido en el suelo junto a la puerta al igual que un terrible desastre. El pequeño mueble junto a la entrada estaba ligeramente movido, con todas las cosas encima de él tiradas y las llaves sobre el suelo. Llevó su mirada más allá y encontró un trapo negro que desconocía, se agachó para tomarlo pero se arrepintió cuando apenas lo acercó a su rostro pues este tenía un olor tan fuerte que le llevó a tallar su nariz.

"¿Qué pasó aquí?"

Miró de nueva cuenta a Layla que no dejaba de chillarle y ladrarle a gritos como pidiendo su ayuda. Haciendo que Sunghoon caminara hacia aquella puerta.

"¿Tú sabes que pasó?"

Preguntó irónicamente cómo si fuera a recibir una respuesta y le abrió la puerta, mala idea. La alterada perrita salió corriendo que no le importó empujar al chico en su proceso e incluso pasar por encima de su cuerpo, solo salió disparada y aprovecho la puerta abierta para partir en busca de su único y gran dueño, siguiendo un rastro ciego del ligero olor que su olfato había percibido del desconocido.

No! ¡Layla, vuelve acá!"

Salió rápidamente corriendo una vez pudo reincorporarse y salió a la calle aún con huellas de sus patas sobre su playera. Intentó seguirla pero ella era más rápida y la terminó perdiendo de vista cuando se dirigió a la calle principal.

IN SECRET  |JAKEHOON|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora