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Al instante, Jake le había comunicado a las autoridades la información que Yuna les había brindado, solo eligiendo creerle al no tener alguna otra solución cercana. Ellos captaron la confesión y pasaron el caso a las autoridades de París, pidiendo una investigación al respecto y esperando obtener resultados lo más pronto posible.

Sin embargo, pasaron dos semanas más para poder recibir una respuesta, siendo ésta una que confirmaba que la palabra de Yuna no era para nada de fiar. La investigación arrojó que nunca se había contratado a una coreana para algo relacionado al modelaje y mucho menos se registraron viajes con el nombre de ella ni de su padre.

La verdadera ubicación de Wonyoung era Japón, su padre sí se encontraba en un viaje de negocios pero en Tokyo y está vez la chica pidió acompañarlo con el pretexto de que le habían dado el permiso en el instituto y que solo necesitaría hacer las actividades y entregarlas al chat de los maestros. El señor por no querer indagar más al respecto por el tiempo, decidió creerle, y así fue como los dos se dirigieron a tal ciudad con el plan de durar allí tres semanas, Wonyoung deseaba que fuera suficiente para que a Jake se le olvidará lo de su caso pero Yuna le dijo que era todo lo contrario y que ahora había una estricta investigación al respecto.

Porque si había algo positivo en la mentira de Yuna es que ahora el caso se había convertido en algo internacional al compartirlo en París y ahora eran más países los que buscaban entre sus vuelos alguno que había venido de Corea con pasajeros de apellido Jang.

Mientras todo ese caos sucedía, Jake comenzaba a preocuparse por algo más.

Heeseung había seguido ausente, no del modo amistoso pues siempre estaba al pendiente de cuando necesitará ayuda y siempre le enviaba mensajes de textos para corroborar que todo fuera bien, sino que su ausencia se debía más a lo físicamente. Llegaba muy temprano al instituto y salía mucho más tarde, según personas que lo vieron decían que siempre estaba en la biblioteca. Incluso ahora le estaban viendo salir de la dirección o de los cubículos de ciertos maestros.

Con ello solo se sospechaba que algo traía entre manos y nunca había oportunidad de preguntarle qué era ese algo, pues o estaba ocupado o le cambiaba el tema antes de siquiera terminar de formular la pregunta.

Pero como siempre, no todo era negativo. Entre su oscuridad siempre tenía a su Luna que lo iluminaba, Park Sunghoon y a sus dos estrellas inquietas como lo eran sus amigos, Sunoo y Jungwon.

En este caso, Sunghoon siempre era quien se encargaba de animarlo. Todos los días iba por él a su casa y regresaban juntos, sin necesidad de llevar el auto y solo disfrutando de la caminata uno al lado del otro donde se la pasaban hablando de cosas triviales y jugueteando entre ellos, luciendo muy feliz al hacerlo.

En especial ese día, un día viernes de la segunda semana. Habían salido un poco tarde de sus clases pues estaban tomando una tutoría juntos sobre la materia de Química que era la que más se les dificultaba y al estar apunto de terminar su último semestre debían acreditar sus materias con el máximo puntaje posible y los exámenes finales se acercaban. Cada vez más cerca del fin.

Eran pasadas de las 5 de la tarde pero aún así prefirieron pasar más tiempo juntos antes de irse a sus casas, por ello fueron a comer juntos en la cafetería de su universidad, pidiendo ambos unos de los almuerzos clave del lugar.

Posterior a eso pasaron a un parque cercano a sus casas donde disfrutaron de una nueva charla estando sentados en una banca solamente observando a los niños jugar y luego comieron un helado juntos.

El tiempo se les pasó tan rápido que incluso era sorprendente que aún tuvieran tema de conversación a esas alturas, supieron que el tiempo pasó cuando la multitud en el parque empezó a ser menor, al punto en el que solo quedaban un par de niños jugando cerca y un par de adultos caminando.

"¿Nos vamos a sentar allá?"

Propuso Sunghoon para cambiar, ya habían cambiado tres veces de banco y se habían parado a caminar más de cuatro veces y aún así les era imposible dar fin al día.

Jake aceptó y ahora los dos se sentaron en los columpios, uno al lado del otro. La noche ya se hacía presente y solo eran iluminados por las lámparas del parque y la tenue luz de la luna y las estrellas, que le recordaban a su comparación con sus amigos.

Entre su recorrido por el parque, su vista paró en el pasto que estaba cerca a los columpios, viendo sobre éste un pequeño diente de león, al instante sus ojos se iluminaron y saltó del columpio para dirigirse a este y cortarlo del pasto para luego protegerlo entre sus manos para evitar que se volará.

- Mira esto ~ - Sonrió y se acercó a él nuevamente.

"¿Qué es?" - Preguntó, pero se cayó al instante al ver por él mismo el pequeño diente de león.

- Es una costumbre pedir un deseo cuando veas un diente de león y soplarlo, se dice que hay posibilidades de que se cumpla. - Sonrió tan amplio mientras lo veía. - ¿Pedimos un deseo?

"Claro que sí."

Aceptó instantáneamente y ahora él también daba todo de sí para que la planta se mantuviera en perfecto estado, cuando habían mucho más de ellas alrededor del parque pero para la vista de ellos ese era el único.

Una vez estuvieron muy juntos uno al lado del otro, entrelazaron sus manos mientras que con su mano libre la protegían del viento. Solo así, pensaron en su deseo y una vez listos intercambiaron miradas y soplaron juntos dejando que cada pieza volará junto al viento en su dirección contraria y ya cuando estuvo solo el tallo comenzaron a reír juntos.

"¿Realmente creemos en estas cosas?" - Dijo entre risas para después responderse a si mismo y asentir.

- ¿Qué? Los deseos si se pueden cumplir... Bueno, a menos que pidas poder volar. - Rio.

"Tienes razón y en mi caso, es algo que en verdad deseo que se cumpla." - De pronto se volvió serio.

- Uy pues ¿Qué pediste?

Preguntó, pero la respuesta tardó en llegar y en su lugar hubo un silencio en dónde Sunghoon se preguntaba si decirlo o no.

"Pedí poder ser tu novio algún día." - Confesó.

Aquello dejó perplejo a Jake por un momento pero instantes después mostró una sonrisa que mostraba sus dientes.

- ¿Y por qué no me lo pides?

"Quisiera esperar hasta que tú estés listo, no me gustaría forzarte a nada" - Sonrió tomando su mano.

- Sunghoon, ya me siento listo... Perdóname por hacerte esperar.

Le devolvió la sonrisa y entrelazó sus manos nuevamente, recibiendo un pequeño jalón en su brazo que llevó a que los columpios estuvieran más cerca, acortando así la distancia entre sus cuerpos.

"Jakey~ ¿Me permites ser tu novio?"

No hubo que esperar tanto tiempo para recibir un asentimiento de Jake, uno tras otro hasta volverse consecutivos al igual que sus risas que demostraban completamente su felicidad.

- Si Sunghoon, también me gustaría ser tu novio.

Confesó y tomó la iniciativa para desaparecer la distancia y unir sus labios, un nuevo beso que sabía diferente ahora al conocer los sentimientos del otro, se sentía más dulce y significativo, más lleno de amor. Cuando el beso terminó, sus labios de separaron pero sus frentes seguían unidas y manteniendo sus ojos cerrados, simplemente disfrutando de sentir sus respiraciones cerca del otro hasta unirse y volverse una sola.

- Ya vez que los deseos que le pides a los dientes de león si se pueden cumplir.

"Me declaro el mayor creyente de ello."

Susurró antes de separarse, soltando un momento su mano y ocasionado que el columpio de Jake volviera a su lugar de origen, logrando sacarle un grito del susto por el repentino movimiento.

- ¡Oye! ~

Chillo y le dió un golpe en su brazo, pero como en todas las ocasiones terminaron entre risas, eran tan felices el uno con el otro...
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IN SECRET  |JAKEHOON|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora