Paseo

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Una semana más tarde sentada junto a Juliana en el helicóptero, Valentina contemplaba las copas nevadas de los pinos que se extendían a sus pies. Se colocó mejor los auriculares que Juliana le había puesto. De pronto descubrió un águila que se extendía majestuosamente sus alas doradas sobre el dilatado valle y cuyas plumas parecían brillar a la luz del sol. Ella siguió con los ojos, sintiéndose identificada con el ave solitaria por excelencia.

Juliana interrumpió el curso de sus pensamientos al señalarle una cabra de las montañas rocosas que las miraba atentamente y que se alejó saltando por la ladera.

- Eso de ahí es Slumgullion Pass y más allá se encuentra Wahon Wheel Gap.

Juliana dirigió el helicóptero a lo largo de un sendero de alta montaña -- Hay marcas de vehículos de cuatro ruedas - murmuró frunciendo el entrecejo - Parece que ha habido una fiesta privada por aquí está semana. ¿Ves los restos de la fogata?

- Como puedes saber que fue esta semana?

- Porque he estado revisando periódicamente la zona desde que se advirtió la presencia de furtivos y la semana pasada estás huellas no estaban. Mira ¿Ves ahí, por dónde se metió ese oso negro? Esos ramajes son trampas preparadas para lobos, también da la impresión de que han estado cortando leña de los bosques federales. Probablemente la venden ... Al estado no le va a gustar nada de eso.

Pasaron una hora más recorriendo la zona, mientras Juliana le relataba anécdotas de expediciones pasadas, Valentina asentía a todo disfrutando del magnífico paisaje, se daba cuánta del amor que sentía Juliana por aquella región dónde había nacido .

De pronto en un momento dado, el helicóptero se dirigió directamente hacía una roca escarpadísima que sobresalía de la ladera de una montaña. Creyendo que se estrellaban, Valentina se cubrió los ojos y lanzo un grito, justo en el instante que el aparato cambiaba bruscamente de trayectoria, cuando volvió a abrir los ojos, Valentina vio que Juliana estaba sonriendo con aire burlón y se sintió muy enojada.

- ¿Estás loca? No quiero matarme por cometer una imprudencia, esa tontería que has hecho para impresionarme nos podría haber costado la vida.

Juliana asintió muy tranquila y añadió -- es cierto, pero también debes tener en cuenta que he sobrevolado está zona una infinidad de veces.

Después de aterrizar, Juliana desabrochó el cinturón de seguridad de Valentina y la ayudo a bajar, porque a ella le temblaban las piernas, apenas podía sostenerse en pie, la abrazo al ver que las piernas le cedían.

-Oye, no quería asustarte tanto - espero una respuesta, pero Valentina solo mantenía los ojos cerrados -- ¿Te encuentras mal?

-Lo único que me pasa, es que estoy realmente enfadada Juliana.

-Vamos morrita, acaso no tienes sentido del humor, te aseguro que no has corrido ningún peligro.

Valentina consiguió abrir los ojos con mucho esfuerzo, suspirando aliviada al ver que estaba en tierra firme, se sentía como un volcán a punto de erupción.

-Ahora mismo te mataría ... Susurró sin poder contener los nervios.

-Val, no hay nada mejor que una pequeña dosis de emociones fuertes en la vida, durante todos estos días tú te has dedicado a matar tu mal humor preparando todo tipo de bollos y limpiando todo lo que se pone a tu alcance. Creo que necesitabas esto, estás obsesionada con tu familia, te he visto llamar y escribir mucho y nadie ha contestado tus cartas, vamos cuéntame lo que te pasa, yo estoy acá para escucharte, intenta por lo menos decírmelo, suéltalo de una vez - exclamo con vehemencia, apretándola junto a sí.

Valentina respiraba entrecortadamente, haciendo esfuerzos para contener las lágrimas.

-Suélteme, me voy.

Juliana en vez de soltarla, la apretó más y puso su mejilla contra la de ella.

-Mira, la vida no es justa, pero aún queda vida por delante, ¿qué piensas hacer con ella? Puedes llamar a tus hijos, invitarlos a venir, tenemos sitio de sobra, cualquiera cosa que te haga feliz.

Ahora que tenía a Valentina entre sus brazos, acariciando sus caderas, se sentía arder por dentro, sus senos apretados contra los de ella, eran una tentación, se estremeció de necesidad, quería acariciarlos, besarlos.

-Me gustaría besarte, exclamo.

-Lo que tú quieres es desconcertarme, respondió Valentina bajando la cabeza.


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By EvelWoods

La segunda oportunidad (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora