Organizando nuestro hogar

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Valentina respiro con gusto el fresco aire de la montaña mientras caminaba entre los álamos del pequeño cañón. En aquellos dos días que habían transcurrido desde su llegada al rancho, ya había dado varios paseos con Toby, la tranquila soledad de la montaña actuaba sobre ella como un poderoso relajante y sentía que sus penas se mitigaban.

Pensó en su matrimonio y en su familia, era el sueño de cualquier muchachita americana, se había entregado en cuerpo y alma a aquel sueño y al final había visto como se esfumaba sin dejar rastro. Había conseguido mantener su estilo de vida a fuerza de voluntad y energía, pero ahora cuando se detenía a reflexionar se había dado cuenta que había ciertos fragmentos de su vida que le faltaban y que aún no podía hallar.

Era como si una parte de sí misma se hubiera quedado en el camino, fuese como fuese tenía que encontrar las fuerzas para volver a ser una persona completa, miró hacia el rancho y enseguida vio a Juliana.

-Sabía que Juliana iba a estar afuera Toby, intenta disimular haciendo como que atiende a las vacas, pero en realidad nos está mirando a nosotros por debajo de su sombrero, nos está espiando, como no la invitamos a venir con nosotros se comporta como una niña celosa -- Cuando llegaron al rancho después de unos pasos, Juliana se dio la media vuelta fingiendo que no los había visto.

Valentina se echó a reír y le dijo-- no te preocupes Juliana no te voy a robar el perro, Juliana la miro con el ceño fruncido. En aquel momento un búfalo se volvió y restregó su gran cabeza en las piernas de Valentina, la cual dio un salto hacia atrás.

Juliana sonrió y le dijo -- no te asustes, el viejo Simón no es peligroso.

-¿Porque diablos tienes un búfalo? Juliana se encogió de hombros y acaricio el lomo del animal, pues no podía soportar la idea de que lo convirtieran en hamburguesas, así que se lo compre a Armenta, lo trato como si fuera una mascota y a él le gusta.

Valentina saco fuerzas de flaqueza y acaricio el lomo del enorme animal, Juliana sonrió con un gesto de aprobación y le puso un saco de grano para que comiera, a Valentina le pareció que quería decirle algo, pero que no sabía cómo.

-¿Te pasa algo Juliana? pregunto Valentina con la seguridad de que ella le contestaria con franqueza.

-Ok, te lo diré porque me has preguntado, a mí me da la impresión de que no te das cuenta de lo que te puede pasar en esos paseos, ya sé que quieres estar sola para pensar y lo respeto, pero no me gustaría nada que te cayeras por un barranco o te encontraras con algún oso herido que decidiera confundirte con su merienda.

-Siempre me llevo a Toby, Juliana ...

¡Bah! ¿Y qué me dices de ese chaquetón? Ni siquiera tiene un forro como es debido.

Cada vez que Juliana adoptaba ese papel sobreprotector con ella, a Valentina se le ablandaba el corazón, pero de todas maneras no podía permitir que controlara su vida hasta el menor detalle. Sin embargo, en otras ocasiones se sentía enojada e inquieta. Respiro profundo y dijo -- Juliana no quiero discutir, estoy suficientemente abrigada y me se cuidar.

-Esta bien, estaba pensando en que podíamos ir al pueblo para dar un poco más que hablar, ¿te parece bien?

Valentina sonrió y le dijo -- pero Juliana, ¿te das cuenta de que después de esta semana vas a tener que explicar muchas cosas a la gente?, Quiero que sepas que no soy millonaria y que no puedo seguir con este juego indefinidamente, debo empezar a buscar trabajo aquí o en otra parte, quizás en Denver.

-¿Mi futura esposa? -exclamo Juliana, sintiendo una oleada de pánico, no podía dejar que se les escapara de las manos a aquellas alturas - No Valentina, yo puedo proporcionarte ....

La segunda oportunidad (Juliantina AU)- AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora