La pequeña niña de cabello oscuro profundo, casi de un color mar, corrió y jugaba por la verde pradera, rodeada de hermosos árboles y plantas perfectamente cuidadas, mientras persigue lo que parece ser una mariposa, a gran velocidad... O más bien a la máxima velocidad que alcanzaba una pequeña de 4 años.
Al acercarse a los límites del bello prado y un poblado bosque un tanto oscuro la niña escucho un ruido que la hizo perder a la mariposa. Algo desconcertada luego de mirar hacia ese lugar noto que ya no estaba en los límites que conocía, dio una vuelta para confirmar que nunca habia estado donde estaba parada justo ahora.
Con algo de miedo miro a los lados sin encontrar la manera de distinguir su camino a casa, haciendo unos pasos para atrás, antes de que empezará a llorar se escuchó un gruñido muy cerca de si. Se dio la vuelta con rapidez encontrando a ese gigante zorro anaranjado con su hocico agachado para casi tocarle la frente.
En vez de gritar, correr, o sustarse, la niña se dejó caer al sueño para luego levantar sus brazos hacia el animal gigante.
- ¡Tía Sana! ¡Tía Sana! -
Balbuceo la niña abriendo y cerrando sus manos hacia el zorro, luego de reconocer las patas llenas de pelaje negro de su tía. El zorro bufo casi suspirando y paso su hocico por entre las piernitas de la niña para luego enderezarse, básicamente arrojandola a su lomo, cosa que hizo a la pequeña explotar en carcajadas de diversión.
El gran zorro sintió a la pequeña acomodarse en su lomo y tomar con sus manitas su pelaje por lo que emprendió la corrida hasta las praderas cercanas donde los familiares de ambas celebraban el comienzo del solsticio de verano.
- Dios mio, ¡Hikari! -
Ame Miyawaki casi palidecio al ver a su hija en el lomo de su hermana menor, al ser un evento cerrado al público toda la tribu de la reserva de Aomori podía disfrutar en paz, y sus metamorfas podían mostrarse en su forma zorro.
La mujer quitó a la niña del lomo del zorro tomándola en sus brazos.
- Hola mami -
Dijo la niña dándole poca importancia al asunto de ser rescatada por su tía de estar haciendo dios sabe que cuando se supone que debía estar con las demás niñas de la tribu sin dejar su grupo
- Nada de hola mami, niña desobediente ¿Donde estabas? -
La niña detuvo su sonrisa al ver a su madre tan preocupada sin embargo la aparición de un hombre pálido, muy hermoso y que cuyos pómulos brillaban encadilantes frente al sol de tarde, a espaldas de su madre, le devolvieron la sonrisa y risa a la niña
- ¡Papi! -
- Si, papi, hermosa princesa -
El hombre se la robo a la mujer juguetonamente, haciendo girar la anula en sus brazos mientras estás soltaba más y más carcajadas, La mujer solo podía verlos con los brazos cruzados y una sonrisa.
- Mariposa, papi -
- ¿Estabas viendo una mariposa, hermosa? -
- Si -
La niña asintió orgullosa de si misma, sin embargo para la felicidad de ambos la mujer volvió a tomarla por su cuenta para llevársela con el hombre siguiendolas
- ¡Oye! No te robes a mí hija -
- Tu hija debería estar con el resto de los niños, la señora Yakamura va a comenzar la historia y ella debe estar ahí, es tradicion -
Dijo dejando a la niña de pie frente a la gran carpa anaranjada que estaba en el medio de la gran pradera. La niña vio la entrada y luego a sus padres, vio como su padre tomaba a la mujer en brazos y le daba vueltas, antes de querer volver con ellos escuchó otra voz.
- Hikari, querida -
Una señora de edad avanzada le ofreció un dulce esponjoso con forma de bolita rosada en una servilleta, la niña lo tomo con confianza y le echo una mordida, disfrutando el delicioso helado de fresa que se encontraba dentro de la pequeña masa
- Ven, querida, ya empezamos -
La niña entro a la carpa donde había varías telas cubriendo el piso y más niñas sentados frente a la silla de la mujer, la mayoría también comían el mismo dulce, algunos tenían hasta dos en las manos.
- Bien, niñas, ¿En qué parte de la historia iba? -
La mujer se sentó en un almohadón que había frente a toda las niñas y Hikari tomo asiento frente a ella en un espacio que le hizo su amiga Minji con una sonrisa en su rostro.
- Ah si, La guerrera, ancestro de todas nosotras, la mujer más bella y noble de la tribu, protegió a la aldea con la bendición del dios zorro, su fuerza interior se veía reflejada e igualada por la fuerza del gran animal que dejaba salir cada vez que sentía el peligro. Esa belleza se nos fue heredada a todas, es por eso que hasta que tengan la fuerza de invocar a su gran zorro ustedes deben ser tan protegidas. El bienestar de la manada de zorros, es de lo que depende el bienestar de la tribu y la reserva entera. Todos esos preciosos animales, nuestras familias y seres queridos, son protegidos por la manada todos los días de los horribles depredadores que los aterrorizan... Pero que eso no las confunda, no podemos vivir en el miedo, niñas -
La mujer luego de pasar su vista por todas las niñas, por alguna razón que ni ella podía explicar se centro en Hikari.
- Nosotras las Kitsune, estamos destinadas a grandes cosas, el miedo por el que nos pueda pasar no debe detenerles, aunque su caparazón de bellas doncellas frágiles les haga subestimarse, su zorro interior les demostrará que fueron hechas para vivir una gran aventura -
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Foxy Eyes - Seth Clearwater
FanfictionEn el pueblo de Forks corre como pólvora el que los Cullen tienen una nueva integrante, traída desde muy lejos para asegurar su protección, la única descendiente de su línea de sangre, Carlisle acepta dar tributo a un fallecido hermano cuidando de s...