CAPITULO 9

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Comienzan a mirar alrededor de la barra y yo tomo un sorbo de mi cerveza haciendo todo lo posible por ignorar a Jin, quién está sentado rígidamente a mi lado, sus largos dedos haciendo girar su bebida una y otra vez.

—¿Qué hay de ella?—Bree pregunta y señala a una mujer de cabello castaño apoyada contra la pared. Lleva botas vaqueras y un vestido blanco corto.

—Es bonita —Digo.

—Y parece que está sola —dice Mal y luego pregunta: —¿Tu qué piensas, Jin? ¿Se ve lo suficientemente bien para mi chico?

Jin deja de girar el vaso en su mano y pasa a mirar a mi mejor amigo, quien puede o no que esté un poco irritado con él por como dejó las cosas... Mal ha sido quien me ha escuchado procesar todo esto. Es un poco sobreprotector y muy leal. Jin pasa saliva.

—No estoy seguro de cuál es su tipo, así que no puedo decirlo objetivamente.

Pongo los ojos en blanco y me recuesto en mi asiento, y mi muslo golpea la pierna de Jin. Accidentalmente. Aun así, un hormigueo se extiende a través de mí por culpa de ese contacto.

—¿Y ella qué tal? —Ofrece Bree, señalando a una pelirroja en el lado opuesto de la barra. Se ríe con sus amigos y parece ser el alma de la fiesta.

—Se ve divertida —digo, y Jin toma un largo sorbo de su bebida.

—¿Quieres ir y charlar con ellas? ¿Ver cuál te gusta más? —Pregunta Mal.

Me encojo de hombros.

—Sí, dame un minuto para terminar mi cerveza.

—Te importa si vamos a bailar mientras haces eso. Me encanta esta canción —dic Bree, y les hago un gesto para que sigan.

Mal parece reacio a ir, pero finalmente se deja llevar por las manos de Bree que se mueven sobre él. Es un tonto cuando se trata de ella, ha estado enamorado de ella por años. Y el hecho de que ahora le esté dando la hora del día, literalmente ha hecho su vida. Cuando Jin y yo finalmente estamos solos, nos sentamos en silencio hasta que se inclina hacia mí.

—No me di cuenta de que venías aquí a ligar con alguien.

—Sí. Ese es el plan —le digo, sin saber qué decir—. ¿Eso te molesta?

Jin hace girar el vaso en su mano y toma otro sorbo, pero no me responde. Trago el resto de mi cerveza y golpeo el vaso sobre la mesa, tomando a Jin por sorpresa.

—Bueno, me voy. Deséame suerte —le digo y salgo de la cabina. Puedo sentir los ojos de Jin sobre mí mientras camino por el suelo. Bien. Él es quien causó todo esto. Podríamos haber estado jodiendo toda la semana, pero decidió volverlo todo raro. Así que puede acostarse sobre el lecho que construyó. Sin mí.

Me acerco a la mujer de cabello castaño, que me sonríe dulcemente. Parece que sería agradable llevarla a la cama. Y tal vez incluso podría abrazarme después. Me dice su nombre y nos damos la mano. Ella tiene la piel suave, algo parecido a...

—Perdóneme. ¿Jungkook, puedo hablar contigo? —dice una voz en mi oído, y me doy la vuelta para encontrarme con Jin detrás de mí. Tiene los labios apretados en una fina línea.

Me vuelvo hacia la chica de cabello castaño, cuyo nombre ni siquiera recuerdo, y le digo que vuelvo enseguida. Luego sigo a Jin hasta el lado de afuera, todo el camino hacia donde está mi Jeep aparcado.

—Entra —me dice.

—Um, estaba como en medio de algo, hombre —Le respondo.

—Creo que podemos decir razonablemente, que ella no se habría ido contigo.

Compañeros de CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora