Los días se convierten en semanas, y me encuentro preocupado por Jin. Mis pensamientos son consumidos por él. Pero no puedo volver. No puedo verlo de nuevo, o haré algo de lo que me arrepentiré. Como dejar que me folle. Besarlo fue lo suficientemente doloroso. He tratado de reprimir ese recuerdo de su cuerpo contra el mío, su lengua en mi boca, pero sigue apareciendo, burlándose de mí. Se sentía tan bien en mis brazos.
Pero también parecía roto en esos momentos. Tan frágil. Esos ojos oscuros que me miraban. Sin esperanza. Era como una cáscara del hombre que una vez amé.
El corazón se me aprieta en el pecho y me lo froto.
Ha habido tantas veces que he estado a punto de volver atrás, darme la vuelta y decir: qué más da que se case con otra. El dolor que siento es insoportable. Secretamente sólo quiero un día más con Jin, una semana más. Aceptaré cualquier cosa que pueda conseguir, aunque sé que al final no me va a elegir. Pero Mal no me dejará ir. Tampoco lo hará Bree.
Tienen razón. Me merezco algo mejor. Así que, en lugar de correr hacia Jin, me obligo a seguir adelante, terminando mis clases y haciendo las maletas para volver a casa durante las vacaciones de invierno.
No sé nada de Jin desde ese día. Le dije que cargara su teléfono, pero no me he puesto en contacto con él para asegurarme de que hiciera lo que le pedí. Sin embargo, mi tía me mantiene al tanto. Llama y envía mensajes de texto a diario. Está preocupada por él después de que le dijera que tiene un historial de autolesiones. Pero él tampoco responde a sus llamadas.
Así que Nam lo acosa. Me informa y me dice que está bien. Tengo que estar bien con eso, con no saber realmente cómo está. ¿Se ha hecho daño desde la última vez que lo comprobé? ¿Se está cuidando? ¿Asiste a sus clases?
Dios, ¿por qué me duele tanto esto? Nunca me había preocupado tanto por alguien. Se acerca la Navidad, y con ella llegan los recuerdos de mi madre. Y de Jin. Me encuentro lánguido y desganado por todo ello. Las sonrisas son forzadas. Finjo emoción por cosas simples. A pesar de todo, siento que el mundo se inclina hacia un lado. Ya nada tiene sentido.
Mi tía me mira con recelo y mi tío me abraza más a menudo. Tae ha dormido en la cama conmigo todas las noches desde que llegó a casa, sus ronquidos disipan el vacío que siento.
Me despierto llorando. Persiguiendo en sueños a Jin. Tae nunca sabe qué hacer cuando eso ocurre, así que se limita a darme torpes palmaditas en la cabeza y vuelve a dormirse. Jin me abrazaba. Me pasaba los dedos por el pelo.
Lo echo de menos. En la víspera de Año Nuevo, me derrumbé.
Bebo demasiado y le envío un mensaje de texto.
Yo: Hola.
No obtengo respuesta, lo que me lleva al límite. Probablemente esté con su prometida. Planeando su boda. Nam me dijo a dónde fue para las vacaciones. Curioseé en el apartamento y vi los billetes de avión. Está en Nueva York con su familia. Con sus horribles padres que no saben lo increíble que es. Los odio. Si alguna vez los conozco, los asesinaré. Mis primos me ayudarán a enterrar los cuerpos. Lo tengo todo planeado.
Yo: ¿Estás a salvo?
No hay respuesta. Pasan horas y luego días, y mi mensaje permanece en lectura.
Así que recibió el mensaje pero decidió no responder. Tal vez finalmente me ha superado. Tal vez ha aceptado casarse con otra persona, y yo sólo soy un recuerdo lejano. Dios, pensar en él con esa mujer me pone enfermo. La idea de que se olvide de mí casi me debilita.
Cuando las vacaciones finalmente termina, vuelvo al campus. Y a pesar de intentar no hacerlo, me encuentro buscando constantemente a Jin. Pero nunca lo veo. Jimin confirma que él tampoco lo ha visto. Es un fantasma. ¿Sólo existe en mi cabeza? ¿Era todo esto un maldito sueño?
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Compañeros de Cuarto
RandomY vuelvo a publicarlo por si aun no lo terminaron y porque es una serie de libros. Pareja Principal: Jin y Jungkook