CAPITULO 8

518 72 10
                                    

No sé si hay algo mejor que tener a Jin a mi alrededor. Sus muslos están presionados contra los míos, sus manos agarrando mi pecho, su rostro presionado contra mis hombros.

Necesito andar en vehículos todo terreno con él más a menudo. O tal vez debería comprarme una motocicleta y llevarlo a dar un paseo.

—¿Estás bien, hombre? —Grito, maniobrándonos por una larga colina.

Sus manos me agarran a mí con mayor fuerza como respuesta y yo suelto una carcajada. Esta fue la mejor idea que tuvieron mis primos en todo el día.

Tae y Nam están delante de nosotros mientras atravesamos el terreno montañoso. A lo lejos, puedo distinguir una gran torre de agua y algunos postes eléctricos.

Acelero el motor y subimos a toda velocidad a la cima de una colina, las llantas se desplazan por unos momentos antes de que lleguemos a la cima, en donde me detengo abruptamente.

—¿Por qué nos detenemos? —pregunta Jin, y me vuelvo para mirarlo. Su cabello está azotado por el viento, sus ojos brillan y nuestros labios casi se tocan. Puedo sentir su aliento contra mi boca mientras me encuentro con su mirada oscura.

—¿Por qué me miras así? —Pregunto.

Jin se relame los labios. —No te estoy mirando de ninguna manera en particular.

—Sí lo haces —le digo en voz baja—. Pensaba que no era tu tipo.

—No lo eres —responde, pero sus ojos se deslizan hacia mis labios, y no puedo evitar humedecerlos, porque creo que besar a Jin cambiaría mi vida por completo.

Pero antes de que pueda cerrar la distancia, Nam da un fuerte grito y vuela por los aires en su vehículo todo terreno. De hecho, levanta las piernas de la parte trasera de la máquina como una especie de doble de acción, y Jin se dedica a observarlo con las cejas enarcadas.

—Debería llevar un casco —pronuncia Jin, y me río a carcajadas.

—Probablemente. En realidad, el que no use uno explicaría muchas cosas —respondo y luego pregunto—. ¿Quieres conducir?.

Jin niega con la cabeza. —Creo que es mejor si tú lo haces.

—¿Estás diciendo que soy mejor que tú en algo? —Pregunto.

Jin mueve los labios entre los dientes y lo deseo otra vez. Esto se está volviendo un poco ridículo. Nunca he deseado a nadie como deseo a este tipo, jamás había tenido esta necesidad insaciable de ser consumido por alguien más.

—Nunca pensé en ti como que fueras menos —me dice, y resisto el impulso de apagar el todoterreno y montarme a horcajadas sobre él.

Este chico...

—¿Listo para más? —Pregunto y acelero el motor.

Jin suspira detrás de mí, pero no responde, solo se acomoda contra mí.

Cuando regresamos a casa una hora más tarde, Jin desmonta el vehículo todo terreno con piernas inestables. Envuelvo un brazo alrededor de él, ayudándolo a entrar en la casa. Probablemente no lo necesite, pero me deja hacerlo de todos modos.

Pasamos el resto del día descansando afuera, yo bebiendo cerveza con mis piernas apoyadas sobre las de Jin mientras jugamos con mis primos, mi tía y mi tío. Anne hace una breve aparición, su ropa salpicada de pintura y su cabello recogido en un moño desordenado. Ella nos da ambos un abrazo largo y luego hace todas las preguntas obligatorias sobre nuestra relación antes de desaparecer poco tiempo después. Anne se pone así a veces cuando su creatividad está en su máximo apogeo. Me sorprende que incluso viniera.

Compañeros de CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora