CAPITULO 4

527 81 38
                                    

Me paso la noche dando vueltas en la cama y cuando me despierto es viernes y estoy de mal humor. Principalmente porque estuve duro la mayor parte de la noche, pero me negué a masturbarme. Si bien he llegado a un acuerdo con el hecho de que disfruto de acurrucarme con otro hombre y tomarlo de la mano, masturbarme pensando en Jin era un poco demasiado extraño para mí.

Así que entonces, me negaba a ello.

Pero mierda, en estos momentos me siento cansado. Y caliente. Y miserable en general porque Jin no regresó a casa anoche. Ahora, me pregunto si realmente solo estaba estudiando o si estaba follando con alguien.

Yo debería haber estado follando con alguien, pero me quedé en casa como un perdedor. Luchando contra mi erección agravante y tratando de no pensar en los labios de Jin cerca de los míos. ¿Qué tiene este chico que me vuelve loco?¿Y cómo diablos se supone que voy a pasar el fin de semana con él cuando me siento de esta forma?

Oh, mierda, ahora estoy duro otra vez. Presiono la palma de mi mano contra mi pene tenso, deseando que desaparezca, pero no lo hace. Simplemente se pone más duro.

—Bueno, diablos —murmuro mientras me pongo los pantalones. Tal vez un poco de aire fresco haga que baje. Definitivamente, es más introvertido y mostrarse en público no es algo que disfrute particularmente. Me pongo la sudadera y un gorro, abro la puerta principal para salir y casi choco contra Jin, quién acaba de regresar a casa.

Se ve desaliñado, como si hubiera pasado la noche sin dormir, y resisto el impulso de preguntarle. Porque no quiero saber, ni necesito saber.

Mierda. Sí quiero saber.

—Voy a salir —Murmuro mientras lo empujo con rapidez.

—Está bien—escucho mientras desaparezco por el pasillo y me dirijo a mi Jeep. Me quedo en el estacionamiento por unos minutos, debatiendo dónde debo ir para aclarar mi mente y finalmente escojo la cafetería local. Afortunadamente, cuando llego, mi polla está flácida.

Pido un moka grande con crema batida extra y me siento junto a la ventana, mirando mi teléfono en el momento preciso que aparece un mensaje de texto.

Jin: ¿A qué hora saldremos hoy?

Oh, mierda. Debería responderle, pero no lo hago. Le enviaré un mensaje de texto más tarde. Este "Jungkook" no se siente como yo, portándome pasivo-agresivo. Momentáneamente pienso en cancelar lo del fin de semana ya que solo pensar en él pasando unos días conmigo, hace que mi polla se tense en mis pantalones. Todo esto se está volviendo incómodo.

—Hola —dice una voz tranquila detrás de mí, y veo a un tipo familiar de rostro pálido estando incómodamente de pie a mi lado.

—Casper —digo, demasiado amigable, y luego entrecierro los ojos. Claro, este es el tipo que estaba tocando a Jin el otro día—. ¿Qué hay?

—Yo... —se aclara la garganta—. Mi nombre es Jimin. De cualquier forma, solo quería saludarte. Ya sabes, porque... bueno... cualquier amigo de Jin es amigo mío.

Jin no es mi amigo, pero no digo eso, simplemente me dedico a observar a Jimin, preguntándome si estuvo con Jin anoche. ¿Es él la razón por la que mi compañero de cuarto se veía tan deliciosamente despeinado?

Por otra parte, ¿a Jin le gustan los chicos? No lo sé. Parece que no sé mucho sobre mi compañero de cuarto. Jin me mira, arrastrando los pies. Lleva una camisa abotonada, pantalones a cuadros y tirantes.

Pero, ¿quién es este chico?

—¿Estás solo? —pregunta, y yo asiento.

—¿Por qué?

Compañeros de CuartoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora