HUMILLACIÓN

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No tuvo mucho qué pensar. Su padre era su único familiar sercano ya que su madre había fallecido hace muchos años por causa de una enfermedad terminal y había jurado a su madre que cuidaria de su padre siendo ella hija unica y que no permitiria que nada malo le pasase, así que, ¿qué otra opción tenía? Ninguna. Su padre carisbajo de mala gana tuvo que haceder a el chante de ése ambicioso hombre.
Jazmin lo único que tenía en mente era salvar a su padre de la cárcel, cuando hablo con Malcolm quedó asustadizima de lo que ese hombre dijo, él le haría pasar muy malos ratos a su padre e incluso podría dar la orden de que lo matasen y ella no podía permitir, que tal cosa sucediera, si para salvar a su padre tenía que aceptar un matrimonio forzado, pues lo haría ya vería más adelante como tratar de pagar cada euro y librar a su padre y a ella misma del señor Malcolm Howarts.

La boda se celebró cuatro días después en el mismo casino, en el despacho en que se había,
entrevistado con él por primera y única vez. Ofició la ceremonia un sacerdote que tenía roja la nariz de irá porque no entendía que una chica como ella tan decente, y de buenos principios religiosos sé estuviera convirtiendo en la mujer de aquel sujeto. Firmaron como testigos su padre, que parecía muy arrepentido por la situación a la que había arrinconado a su hija y el señor Eliceo, el cual es el secretario y mano derecha de Malcolm. Una vez acabada la seremonia, su ya marido despidió a todo el mundo, cerró la puerta y se la quedó mirando, fijando en ella sus ojos negros y frios como la noche, hasta que ella tuvo ganas de gritar. Estaban de pie, ella en mitad de la estancia, y él apoyado en la puerta con indolencia, la repasába con sus ojos. Jazmin no pudo soportar más aquel silencio. Y dijo -¿Y bien? ¿Ahora qué?
Los ojos de Malcolm dejaron de ser hielo para convertirse en fuego enfurecido. Y contesto con voz enfurecida -¿Te he dado permiso para hablar?-siseó.
Ella tembló y vio por primera vez la verdadera naturaleza de su esposo realmente era un hombre cruel
Él prosiguió -. Creo que no. Dijo y se apartó de la puerta y caminó hacia ella, decidido. Y grito las siguientes palabras muy alto - Nunca vuelvas a hablar en mi presencia sin mí permiso. Nunca hagas nada que yo no te haya dicho. Y acostumbrate - le cogió la barbilla entre sus dedos-, a obedecer todas mis ordenes con rapidez. Recuerda que aún no le he dado los pagarés a tú padre la amenazó, y no lo haré hasta que estés domesticada.

A Jazmín la enfureció que hablara de ella como si fuera un animal doméstico, una mascota. -¿Domesticada? ¿Quién se creia que era?, No ve que soy una persona, no se había dado cuenta, y habia expresado esos sentimientos en voz alta. Lo supo cuando los ojos negros de él, llamearon de nuevo y apretó con crueldad la sujeción en su mandibula. -Soy tú marido, para ser exactos soy tú amo, con todas las letras, Jazmin. Y tú, eres mí maldita mujer, mí esclava. ¿Lo has entendido? Grito en su cara salpicando su rostro de goticas de saliva.

Acto que fastidio mucho a Jazmín y dijo también gritando.
-Nunca seré su esclava señor. -replicó, pero lo cierto era que lo hizo porque pudo mas su orgullo que el miedo que sentía por ese hombre.
Malcolm se rio, burlándose de ella. Y vocifero jocoso -Ya lo eres, querida. Ya lo eres.

Se apartó de ella y se sentó de nuevo al otro lado de la mesa. Movió algunos papeles haciendo ver que trabajaba en las cuentas de sus negocios.

Dejándola a ella allí de pie, confusa y sin saber qué hacer Jazmín. Volvió y hablo con voz desesperada preguntando - Usted ¿No va a enseñarme dónde vamos a vivir? -preguntó, aún asustada pero no sabiendo cómo mantenerse en silencioso. Había tantas cosas que queria preguntar, que necesitaba saber; y no podía creer que él fuese realmente tan cruel como quería aparentarserlo.

Malcolm levantó la mirada; en su boca había un rictus de desagrado y le contesto furioso.
-¿No me has entendido cuando te lo he dicho antes? -Se la quedó mirando sabía que ella estaba confundida y enfurecida
Y con voz mal humorado le dijo - Te lo repetiré porque parece que tú mente no es capaz de retener una simple orden: Te lo dije ya y te lo vuelvo a repetir ahora grito. No hables hasta que te dé permiso. No hagas nada. Simplemente quédate ahí quieta, esperando, hasta que yo decida que puedes hacer. ¿Ha quedado claro? Grito tan fuerte que por un instante la ensordecío.

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