Ruisu Volkov: Rising Storm.

Capítulo XI: "Cacería divina"

—...
No sabía cómo pasar este trago amargo. No es que tuviese miedo pero... no creí que lo hiciese tan rápido. Acomodé la silla de madera frente a la mesa y me senté, traté de inhalar y exhalar lentamente para pensar mejor. Puede que mi plan no comience como quería desde un principio pero no todo está perdido. Mi idea era supervisar la victoria de mis elegidos, pero puedo confiar en sus habilidades, yo misma iré por ti.

Pensaba mientras tomaba la carta que salía del artefacto exclusivo que hizo para mí Eckor, era como una brújula pero de otro material. Dicha carta mostraba un ojo blanco que miraba de lado a lado. La imagen daba a un ser que dicha máscara ocultaba su rostro, sus prendas, su manera de posar ante el cielo y la oscuridad de las nubes. Devraj, el señor de las tormentas había encontrado mi existencia, lo sabía y quizás comenzaría a estar preparándose para lo que estuvimos entrenando todo este tiempo.

A falta de un elegido yo misma me encargaré de enfrentarme a uno de los dioses. Tengo la confianza y sabiduría de que pase lo que pase todo funcionará. Lamentar pérdidas o gritar victorias, dos contra uno no suena mala idea. Sé muy bien el potencial de todos aquellos que yo misma vi crecer.

Asique a partir de ahora el tiempo era mi recurso más valioso, tenía que tener en mis manos el fruto idóneo que era yo mover ficha. Asique tenía que consultarlo con Eckor. Abrí un portal para llegar en segundo a su montaña. El elegido estaba haciendo sonar su martillo contra un material muy caliente.

—¿Sigues con el material ese?
Le pregunté mientras estaba de espaldas, me refería a la idea que tenía sobre un tipo de metal que fuese suficientemente fuerte para resistir todo tipo de manipulaciones, en resumen, un material que fuese muy difícil de destruir.
—Sí, pero no logro hacerlo, no encuentro la forma de hacer un balance todavía.
Asentí y me acerqué al otro lado de la mesa para estar más cerca de él.
—Vine por un asunto muy importante. Eckor, el plan comienza hoy. Los dioses ya se dieron cuenta ¿Cómo crees que deberíamos actuar?
El elegido dejó su mazo en la mesa y puso ambas manos lado a lado de la mesa para apoyarse y pensar.
—No tenemos la suficiente atención, tenemos que desafiarlos. Sé que sabes a lo que me refiero.
Miré a la mesa pensando y recordando las anotaciones que tenía en mi libro, más todos esos recuerdos de la gente que los adoraba.
—Pero separados, cada uno en un lugar especifico. Así todos tenemos las mismas posibilidades. Sólo así podremos ganar, nadie ha practicado luchar junto a otra persona.
—Me gusta tu idea, será así.
Le dije para comenzar a separarme de la mesa, él agarró su mazo y yo hice un portal nuevamente para volver a mi lugar.

Entrando a mis recintos cerré mis ojos tomando una profunda respiración. Bien sabía que tenía que concentrar mis energías para no sólo pensar mejor, sino para llamarlos. Con un solo ademán fue suficiente para cubrir cada entrada de luz de esta gran habitación. Todo había quedado completamente a oscuras, era perfecto para canalizar mi poder y algo más. Me acerqué a mi mesa y apoyando mis manos encima de ésta, comencé a repetir en mi mente, una y otra vez el mensaje que quería que escucharan en sus cabezas: "Ha llegado el momento, es hora de que vengas hacia mí. No hay más tiempo que perder". Al instante sentí como mi mente se conectaba con la de ellos, habían escuchado. Sólo era cuestión de tiempo para que comenzaran a venir. 

El lugar oscuro era perfecto para evitar conflictos, no tenían que verse, no tenían por qué verse, mucho menos hablarse. El primero en venir fue Eckor, no pidió explicaciones y lo guie hasta donde tenía que arrodillarse, mi voz no iba a sonar hasta que vinieran todos, sólo les hacía entender lo que tenían que hacer tocándoles la frente. El siguiente con su pelo largo y con todo el respeto fue Denki. Luego pedí que se fusionaran para verlo por última vez a Owen antes de que entrara. Vi sus ojos tristes pero realmente entendía el por qué, pero se veía dispuesto Ruisu. Al similar pasaba con Ruizuki que vino después de él.