Capítulo X: "El inicio de la tempestad"

15 2 0
                                    

Tengo la ligera sensación de que ella ya lo conocía. Quizás preguntarle fue más que evidente que diría que no. Pero ¿Por qué no lo mató? ¿Por qué lo dejó huir? ¿Acaso vino para evitar que lo matase? ¿O para evitar que yo muera?
-...
Me acerqué a donde estaba el cuerpo en forma de mortal de la dragona y parecía estar inconsciente ¿Todavía no se había levantado del azote? Me acerqué a ella y de rodillas acomodé su cabeza para intentar sentarla. No reaccionaba ni daba señales de que estuviese bien. Asique era mejor llevarla con el maestro. Pasé un brazo por debajo de su cuello y otro por debajo de las flexiones de sus piernas y la levanté.

Realmente no sabía si tenía que apurarme o podía ir a mi paso. Pensaría que no pesaba nada pero recordé la fuerza que puedo llegar a tener. De reojo miraba su rostro para ver si despertaba pero no lo hacía. ¿Era mejor que la llevase en la runa? Me paré un momento y mi corazón se asustó al poner mi mano en su antebrazo como lo hacía de costumbre; no funcionó. ¿Acaso murió? ¿Un elegido puede morir? Dudas que no podían ser respondidas y que sólo me generaban más miedo de la situación asique decidí llevarla como lo estaba haciendo antes.

Llegué a donde residía y esperaba Ruisu y antes de mediar alguna palabra se percató de lo que estaba pasando. Acomodé su cuerpo en un lugar que pudiese verla mejor. Sacó sus medicinas para que volviera a despertar. Le conté cual fue la causa de que estuviese así y me dijo que no tendría signos de que haya sido algo crítico. Estaba muy cansado y agotado por los viajes y combates asique iba a pedirle un lugar donde dormir.

Quizás tuve que hablarle de lo que pasó después de Hebi. Entré a su pequeño hogar y me acomodé en la cama que había, al recostarme mi espalda estaba totalmente relajada y suspiré. Acomodé las cobijas y giré mi cuerpo mirando a mi lado izquierdo cerrando levemente mis ojos.

Había canalizado el sueño y estaba descansando. Pero esta vez pasó algo inusual. Era como si estuviese despierto dentro de otra realidad y vi algo. Parecía tan real que sentí como mi corazón se apenaba y gritaba del dolor, fue tan así que repentinamente me desperté. Tenía lágrimas en mis ojos y mi garganta dolía como si hubiese sollozado un buen rato, limpié mis lagrimas y salí a comprobarlo.

Estaba todo bien, la dragona había despertado y estaba siendo cuidado por el maestro, que se acercó a la puerta de donde estaba por salir preguntándome que por qué tenía llorosos los ojos. Le conté de lo que había visto y su rostro me explicaba que fue una pesadilla. Me abrazó fuerte y acariciándome la espalda me repetía que sólo fue un sueño más. Que era normal y que no iba a suceder, que todo iba a estar bien. Yo lo abracé fuerte ocultando mi rostro en su hombro que me consolaba.

Después de un momento nos acercamos a donde estaba la dragona y ella se sentó, le pregunté si estaba mejor a lo que respondió que sí. Faltaba mi último objetivo (Así me lo confirmó mi maestro) por lo que le pedí a la dragona que nos fuéramos al siguiente punto. El maestro me había dado a saber el nombre de la elegida.

Neyaru no podía cambiar de forma todavía, pero tampoco iba a ponerla en su runa porque quería acompañarme asique sólo fuimos andando.
Se sentía un poco incómodo estar con ella en su forma mortal. No por nada en especial, de verdad, sólo que, parecía ser otra persona distinta. No sabía como lidiar con un ambiente tan silencioso asique sólo presté atención a mi brújula, que no parecía estar dándome una nueva ruta.
-¿Estás seguro de que vamos bien?
-Es donde marca.
-Entonces vamos a ver a Eckor.
Fruncí mi ceño mirando el camino.
-¿Eckor?
-Como vas a conocerlo creo que puedo hablarte de él. Es uno de los elegidos, es el forjador de fuego. Él se encarga de tus objetivos y de las armas. Quizás te de un arma nueva.
¿De mis objetivos? Eso quiere decir que fue él quién me encargó a Hebi, ¿Por qué lo haría?

Ya estábamos cerca de lo que parecía ser una alta montaña, Neyaru me dijo que podría intentar transformarse para volar pero prefiero que descanse más su habilidad y que subamos a pie. A medida que subía se sentía el ambiente retumbar.

Ruisu Volkov: Rising Storm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora