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Los ojos que parecían ser amigables me habían hecho algo que mi cuerpo no entendía, mi forma era distinta, no podía levantarme y ella no dejaba de mirarme. Puso una mano en frente de mi cabeza como lo había hecho antes pero esta vez destelló una brillante luz que hizo que mis ojos se cerraran, provocando que los sonidos que hacía antes podía comprender lo que intentaban decirme.
—Estarás bien, juntas seremos fuertes.
Me dijo con una sonrisa en su rostro mientras que me daba algo parecido a lo que era mi pelaje antes.Me ayudó a ponerme de pie pero me parecía muy difícil mantenerme, sentía que en cualquier momento podía caerme pero tomándome de mi brazo me ayudó a ir con ella, no sabía como hacerle entender que tenía mucha hambre pero había otra persona en frente de nosotros con algo que hacía mis sentidos enloquecer, tenía carne fresca. Ella se aseguró que esté en el suelo para que pueda comer pero no podía acercar mis dientes como quería hasta que ella misma me lo dio con sus manos.
Ellos hablaban de cosas que no presté mucho atención, quería saciar mi hambre y no podía centrarme en otra cosa.Cuando terminé el pedazo de carne estaba esperando más pero tenía que levantarme a irme con la otra persona, me decía cosas que no lograba escuchar pero de vez en cuando miraba que si le estuviese siguiendo, quizás tenga más comida.
Habíamos llegado luego de un largo tiempo, subir cosas tan altas de esta forma era muy agotador, me decía cosas o explicaba, estábamos en una montaña y que iba a ser mi entrenamiento, cosas que dejé de escuchar hasta que me presentó cosas que podía romper, no tenía mis garras filosas como antes ni aunque las afilara pero si presté atención de como podía pegarles, podía romperlos a golpes, lanzarlos, doblarlos, me encantaba como se desplomaban las formas hechas de un material duro.
Escuché que eran objetos de práctica, de lo poco que le estoy escuchando, en realidad si lo estoy haciendo, pero no le presto atención a ciertas cosas, me parece más divertido las cosas que tengo que romper.
Después me pidió que vaya del otro lado de obstáculos pero ¿Por qué tendría que hacerlo? No hay nada del otro lado y siento que sería muy agotador... Espera, acaso lo que veo ahí es ¿CARNE?
Bueno pensándolo mejor así si podría pasar entre estas cosas altas y que molestan por el camino, no es que siga con hambre pero no siempre se encuentran cosas así por cualquier lado y si lo es, son pequeñas raciones.
Me hacía preguntas como si entendía lo que me decía, si sabía lo que estaba haciendo y esas cosas pero no tenía interés en responderle.
—¿Puedes hablar?
—Puedo hablar.
Le hice entender que sí estaba escuchando para que viera que no lo estaba ignorando.Miraba de vez en cuando mis manos, extraño como se veían antes, en esta forma no podría mantenerme limpia si es que me ensucio con cosas del suelo.
Vi que estaba hablando con otra persona, tenía un aspecto peculiar, dos cuernos en su cabeza, no parecía ser tan alto. Hasta que volvió quién estaba intentando hablar conmigo creo que su nombre era Ruisu, se había presentado antes.
El hombre me estaba dando un arma. "Espada mandoble, es perfecta para ti, se agarra así" Bla bla.
Claramente le hice caso, tomé con sus indicaciones el arma, era la forma de aprovechar lo que había aprendido para romper con más rapidez aquellas cosas de práctica, era algo pesada y complicada de usar, el filo parecía poder atravesar todo, partir en mitades, daba un aspecto muy peligroso.De tanto tiempo estar usándola Ruisu me dijo que vaya con la otra persona para que pudiese darme mi propio arma, iba a ser un mandoble pero de un material mejor. No había entendido ni la mitad de lo que me dijo pero parecía tener buena pinta.
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Ruisu Volkov: Rising Storm.
PertualanganNo todos cuentan su pasado por temor a no ser aceptados, pero a mí me gusta que me conozcan al pie de la letra, y de donde vengo. Ésta es la manera correcta de hacerlo. Mi historia no es más que mi vida en letras pasadas.