Vigésimo Quinta parte.

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Teen
Next
Door

Operación: BAILE

Buscan
Acercamiento
Individuos
Listos y
Elegantes

Parte uno

***

Abby estaba sorprendida de lo que sus ojos veían. La pizarra frente a ella estaba tan bien ejecutada, todo ordenado; por color, fecha y grado de importancia. Las carpetas que respaldaban toda la información se encontraban igualmente perfectas. Abby encontraba divertido de una forma irónica como hace unos meses atrás Charlotte había sido la responsable de filtrar información y ahora era ella la más interesada en buscar al causante. La voz de su expositora era clara y directa.

-En conclusión, ningun miembro del TND que haya conocido a la fecha tiene el perfil para ser el o la infiltradx; mis sospechas se reducen a lxs nuevxs reclutas.

Hizo una pausa para asegurarse de que Abby seguía el hilo de la conversación y continuo.

-Buscamos a una persona impulsiva probablemente con problemas de control de frustración; me parece que pasa desapercibida y esa es su ventaja. Esto no fue premeditado, hablé con cada ninja adolescene y nadie tiene idea, lo llaman "un golpe de suerte"

Abby conocía poco de la vida de No. 23 después de ser destituida. Siendo honesta nunca entendió del todo su baja; era una agente sumamente capas y viendo todo su trabajo actual podía percibir esa misma habilidad. Recordaba a la niña de coletas y actitud inquebrantable; la niña que no podía cubrir horas extra o que en medio de determinadas misiones tenía que retirarse al recibir las llamadas de su padre para avisar que su mamá no se sentia bien.
Abby estaba al tanto del cáncer que sufrió la madre de No.23 pues continuamente la encontraba en el hospital cuando iba a ver a su padre. Todo su acercamiento al TND y los ninjas adolescentes le hizo suponer que había recuperado sus recuerdos, pues nadie sin recuerdos podría estar tan al tanto del funcionamiento de las organizaciones como lo estaba Charlotte.

-Sabes? nos hacen falta agentes y cuando quede demostrada tu inocencia estoy segura que Rachel podría regresarte tu cargo.

Charlotte seguía prestando atención a la pizarra y contesto en automático.

-Este es un juego de ustedes, a mí no me interesa un puesto... Espera, espera, espera, dijiste "regresarte"

Ahora toda su atención estaba en Abby y era clara su confusión.

-¿De que hablas?

-N-no lo recuerdas...

Ahora había confusión desde ambos lados. Y fue entonces cuando los sentimientos que había mantenido a raya para encontrar la solución se apoderaron de ella y se derrumbó. Charlotte se dejó caer sombre una silla y permitio a las lágrimas trazar su camino. Fue al verla quebrarse que Abby lo entendió, No. 23 no recordaba, porque no quería recordarlo; su madre había muerto y su mente había abandonado todo recuerdo feliz de su infancia.

-Rachel... Ella tiene todo el derecho a odiarme, yo nunca quise tomar una postura; Y-y ahora.... ahora no se que pensar de mi misma. No se quién fui, no se quién soy....

No. 23 realmente se encontraba consternada, Abby se maldecía internamente por rebelar aquello, no había sido su intención, Lottie solo era mucho más observadora y perspectiva de lo que se esperaría de alguien a su edad. Por un segundo Abby se vio reflejada, ella misma había llevado un proceso de luto al perder a su madre muchos años atrás. 
Su dolor por la lejanía de Rachel fue remplazado por una repentina determinación. Limpio sus lágrimas y volvió a ponerse en pie, mirando la pizarra.

-Solo estoy segura de tres cosas...

A Charlotte no se le llamaría una heroína, ella era más una superviviente; resiliente ante cada golpe, dispuesta a levantarse y emprender vuelo las veces que fueran necesarias.

-Amo a Rachel, no fui yo y la persona responsable no volverá a lastimarla.

***

El esperado fin de semana llegó en un parpadeo de ojos. Las calles del vecindario se encontraban vacías y los salones de belleza a reventar. Se podía escuchar la música pop en las ventanas de cada adolescente reflejando su estado de ánimo ante lo que vendría al anochecer. Noche de baile, el sueño de la juventud.

-Mi Hoagie siempre tan galán!- La señora Gilligan pellizcaba las mejillas de su hijo con efusión.

-Maaaamá- Protesto No.2. Wally miraba la escena guardando el impulso de reír a carcajadas viendo la sonrojada cara de su amigo.

Wally fue recibido en la casa de los Gilligan ese fin de semana; sus padres habían salido de la ciudad pues su madre era candidata a un tratamiento experimental que prometía mejorar su estado de salud. Su hermanito se encontraba donde su abuela y ya que No.2 y No.4 trabajaban en los últimos detalles de su próxima misión, lo más razonable para Hoagie fue ofrecerle hospedaje.

El motor de un auto se apagó al estacionarse frente a la casa. Abby camino con calma hasta el umbral de la puerta, sosteniendo el largo vestido color rojo que llevaba puesto. Hoagie fue quien abrió la puerta y casi tropieza al intentar saludarla. Se veía espléndida y la expresión en el rostro de su amigo lo revelaba. Fue la voz de Wally la que rompió el silencio.

-Vaya, Abby, luces increíble. -Abby apartó su sonrojada mirada de No.2 y sonrió a No.4

-Puedo decir lo mismo de ustedes, caballeros.- Dijo a modo de juego en un tono teatral y haciendo una reverencia.

-Espléndido, realmente espléndido, son tan encantadores, este momento requiere una fotografía, vengan acerquense.- La madre de Hoagie seguía con una ferviente alegría, nadie tuvo el corazón para decirle que no; un momento después la cámara hacia clic relevando una bellísima fotografía, pero faltaba algo; o alguien. Kuki.
Y pensando todavía más en los viejos tiempos, faltaba No.1. Se miraban unos a otros preguntándose ¿Que habría sido diferente de estar Nigel con ellxs? Dejaron ir la idea casi tan rápido como había llegado. Habían aprendido cuando niñxs que era mejor no pensar mucho sobre su anterior líder, puesto que extrañarlo no lo haría volver y por el bien del mundo que conocían era necesario en alguna parte de la galaxia.

***

Llevaba gran parte del día en el salón de belleza con el séquito de chicas que la seguían a cualquier lugar. Se encontraba frente al espejo contemplando el trabajo realizado en ella. La estilista le había sugerido extensiones y un tinte obscuro para asentar sus facciones. Mirarse le era familiar después de semanas sintiendo que su reflejo no era una extensión de ella misma.

-Prefiero tu anterior corte, te daba más clase.- Comentaba Lizzy mientras arreglaban sus uñas.

-Para sorpresa de nadie, tu opinión en realidad no es importante.- Ataco Kuki sin inmutarse. Una parte de ella le decía que una amistad real no se sentiría como la suya, pero otra parte tajante le decía que así debía ser.

Las chicas ya habían alertado a padre sobre sus sospechas. Su transformación parecía tener fallas y cada vez eran más comunes; padre seguía sin querer prestar atención pues su referencia más cercana eran sus hijos. Mientras lxs chicxs de la otra cuadra fueran tan perfectos como siempre, no tenía porque preocuparse sobre Kuki.

-Como sea, al final dará más que hablar tu patética cita que tú cabello.- Las palabras eran como veneno, tan naturales y dañinas. Kuki optó por no darle la satisfacción de pelear; se despidió educadamente, pago la cuenta de todas y se fue.

**

Fin de la trasmisión

TND: Nosotros y la vida a los 17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora