Tercera parte:

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Teens
Next
Door

Operación: T.R.E.S

Tantos
Reglamentos
Estresan
Sujeto

***

Silencio, solo eso anhelaba. En su lugar un zumbido agudo martirizaba su audición. Miraba como los miembros del consejo estudiantil movían los labios; algunos se veían molestos entre si, otros parecían no estar interesados en la discusión. Había algo en común en todos ellos, la miraban esperando una respuesta.

Disculpa, no escuche bien ¿Cual fue la pregunta?. -Kuki Sanban reflejaba, tanto en su expresión como en su tono, una amabilidad característica en ella. Con una pequeña muestra de pena al no prestar atención era suficiente, gozaba de un encanto tal que hacia a las personas enternecer.

Comentábamos sobre cual seria el mejor lugar para el concurso académico de los próximos días, señorita presidenta.- La expresión del chico era alarmante, como si de la respuesta dependiera una nación. - El club de drama utiliza el auditorio y los grupos deportivos ocupan el gimnasio.

Kuki elevo una ceja en confusión; en ocasiones como esa se cuestionaba la utilidad de sus reuniones con el consejo. La mayoría de los miembros eran incompetentes y los diálogos terminaban en debate de intereses (a los cuales ella tenia que darles fin tomando la decisión por todos).

Envía al club de drama al salón de audiovisuales, es mas pequeño pero les funcionara por un día. -Dicho eso, se levanto de su asiento despidiéndose gentilmente de todos, para después irse de ahí dándole fin a esa sesión.

Al salir del aula los pasillos ya se encontraban vacíos. Incluso, al mirar por las extensas ventanas del corredor, el cielo daba aviso a la llegada del atardecer. Probablemente todos los clubes y actividades extra escolares se habían ido ya.
Suspiro cansada, sus días solían ser muy largos. Su horario semanal se encontraba cargado de tantas actividades como de puntos en su matricula. Sus padres solían recordarle constantemente que la clase de estudiante que fuera en la actualidad forjaría su futuro. Sabia que de cierta manera no era su intención presionarla al limite, al fin y al cabo, habían sido educados bajo una de las culturas mas exigentes que existía. Nunca se sintió avergonzada de sus raíces japonesas, pero en días como ese, habría preferido ser una americana mas.

***

Silencio. No importaba donde lo buscará, nunca lograba encontrarlo. Recostada sobre su cama observaba el techo, no podía dormir. Escuchaba con claridad a los insectos nocturnos en el jardín, el palpitar de su acelerado corazón y al viento soplando, pero nada de eso era tan molesto como el ruido de sus pensamientos. No dejaba de escucharse decir que no era suficiente, podría darlo todo y aun así no cumplir las expectativas deseadas. Un par de lágrimas caían por sus mejillas pero ya ni siquiera le importaba.

Kuki era una adolescente enérgica, llena de alegría y buenos deseos, nadie podía llegar a imaginar que detrás de ello se desataba una lucha interna. Aun cuando no recordaba su infancia, habría anhelado volver a ella, estaba segura que las cosas no eran tan complicadas entonces.

En algún momento de la larga noche, dejo de escuchar para quedar profundamente dormida.


***
Fin de la trasmisión...

TND: Nosotros y la vida a los 17Donde viven las historias. Descúbrelo ahora