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No sabía como pero después de aquella noche con Enid en el partido algo cambio completamente, Enid entro a mi vida de manera silenciosa, incluyéndose en mis caminatas solitarias tanto de ida y vuelta a la escuela, escabulléndose en horas de almuerzo hasta el salón de química para pasar el almuerzo conmigo, me sentía una mala persona por no tener tantas cosas de las que hablar con ella, ella hablaba y habla, todas sus platicas me parecían interesantes y sobretodo su compañía me agradaba.

Este era uno de esos momentos, estando en el salón de química intentaba terminar mi tarea y ella apareció por la puerta con dos platos en la mano.

–¡Hey Willa!, no fuiste a la cafetería, ¿Todo bien?.–Se sentó en el banquillo frente a mi y me puso un plato con un pedazo de pizza a mi lado.

–Solo no tenía hambre.

–¿Intentas escapar de mi?.–Bromeo.

–¿Podría hacerlo?.–Respondí con gracia, ella se echo a reír y puso el plato frente a mi rostro.–Enid no tengo hambre y peor si es una pizza que lleva años congelada.

–Debes comer, mi padre dice que comer es importante.

–No.

–Vamos Wednesday, solo un poco.–Ella tomo la rebanada de pizza y comenzo a hacer sonidos de avión.

–Eres una tonta.–Me quejé rodando los ojos, me sentía avergonzada pues sabía que no estábamos solas, la maestra Thorhill seguía muy entretenida en su computadora pero las chicas en el fondo del salón no despegaban la vista de nosotras.

–Bien, me comeré la pizza por ti hoy, simplemente porque odio ver que la comida se desperdicie.

–Wow, eres tan servicial Enid, sin duda.

Ella se acomodo y comenzó a dibujar en las últimas páginas de mi viejo cuaderno, estábamos en silencio, un silencio cómodo que al parecer ambas aceptábamos.

Eso hasta que las chicas del fondo se levantaron para dejar el salón, mis ojos se posaron en una de ella que de manera coqueta se acerco a Enid y toco su hombro haciendo que Enid la mirara asustada por el toque.

–Lo siento Enid, solo quería saber si... ¿Vienes a la práctica hoy?.–La chica de cabello rubio y sin siquiera intentar ser disimulada casi besaba a Enid, cada palabra que decía se las decía cada vez más cercana a su rostro.

–Claro Jess, estaré ahí más tarde...–La campana sonó y "Jess" se despidió con un apretón en los hombros de Enid y una sonrisa fingida hacía mi, incluso la amiga que la acompañaba lucía apenada.–Bien, vamos.

Comencé a recoger mis cosas mientras Enid tiraba la basura, me sorprendió cuando levante la mirada y ella ya estaba en la puerta esperándome con mis libros en la mano.

–No creo que necesite ayuda con dos libros.–Intenté quitárselos y ella rio levantándolos en el airé.

–No la necesitas, pero quiero ir contigo a tu clase, ¿Puedo acompañarte?.

–¿Para qué?.

–No lo sé, pero mientras lo pienso... Solo vámonos, por dios Addams haces tantas preguntas.

Rodé los ojos y comencé a seguirla, mi clase estaba en el primer piso, honestamente no creo que necesitara compañía, conocía estos pasillos de memoria pero Enid estaba caminando muy sonriente a mi lado, con los libros en una mano y con la otra chocando el puño ocasionalmente cuando se encontraba a alguna de sus compañeras.

–Bien, debo ir a mi clase, espero verte mañana.

–¿Irás en el autobús hoy?.–Cuestioné.

–No, iré a ver la práctica de las porristas, son tan buenas deberías ir conmigo, además Jess me invito y...

–Creo que debes ir a tu clase, te veo mañana.–La ignore y entre a mi clase rápidamente, vi como intento entrar al salón pero al escuchar la campana sonar se fue corriendo.

Estaba un poco enojada, ella había estado yendo de regreso a casa conmigo durante los últimos días, caminábamos en silencio o simplemente hablábamos de cosas sin sentido, era divertido, pero ahora me deja como si nada por "Jess", es una tontería.

Coordinación / WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora