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¿Cómo podía ser alguien tan ágil y a la vez tan torpe?.

La semana de clases había comenzado y aunque aun tenía un pequeño enojo en contra de Enid por dejarme sola para ir con las porristas, deje mi enojo de lado y entendí que era un sentimiento muy estupido, Enid apenas y se estaba convirtiendo en mi "amiga", no tenía porque pasar todo el tiempo conmigo. A diferencia de mi ella si tenía más amigos y era normal que pasará tiempo con ellos.

Hoy de manera inesperada había comenzado a llover, algo normal en tiempos de otoño como lo era en estas fechas. Aunque mi madre insistía en llevarme a la escuela y mi padre me rogaba por tomar el autobús yo me rehusaba, caminaba todos los días a la escuela y un poco de agua no iba a cambiar eso.

–¡Wednesday!, Wednes...day, ¡Oh NO!.–Una voz cansada me hizo girarme y no pude evitar reír al ver a Enid en el piso intentando alcanzar su zapato.–Dios mío, que vergüenza, lo siento Wednesday, venía corriendo y mi zapato se zafó.

–Tranquila, aunque se supone que los futbolistas tienen que tener coordinación pero creo que la lluvia te hace perderla.–Me burle dandole la mano para que se levantará.

Todo paso en cuestión de segundos, Enid tomo impulso con mi mano y se levanto de golpe golpeando mi paraguas con su cabeza.

–Lo lamento.–Susurro sobándose la cabeza, sentí que su respiración agitada golpeo mi frente y sin pensarlo miré hacia arriba, mala idea, nuestro ojos se conectaron y ambas nos miramos.

Estoy segura que debíamos parecer una pareja en medio de una comedia romántica, pues ella solo me sonreía como idiota y yo solo intentaba mantener mi respiración tranquila ante su cercanía, no fue hasta que el sonido de un trueno nos saco de ese momento tan intimo, temblé ante el aparatoso sonido y ella rodeo mis hombros tomando el paraguas.

–Nunca pensé que la ruda Wednesday Addams le tendría miedo al sonido de los truenos.

–No tengo miedo, es solo que me tomó desprevenida.–Me defendí intentando quitarle el paraguas.

–Bueno, mi paraguas esta mojado.–Se quejó levantando el suyo que yacía a un lado de su zapato.–Podrías...

Me reí cuando entendí su petición y la cubrí mientras se ponía el zapato y cerraba su empapado paraguas.

–Dejame llevar el paraguas.

–¿Por qué?, es mío.

–Weds, eres bajita  y no pienso caminar así.

Ella tenía razón, ella es más alta y aunque me molesto un poco que perturbará mi paz decidí dejarlo pasar, camine pegada a ella por la acera intentando no mojarme, aún estaba un poco confundida por todo lo que acababa de pasar.

–Enid.

–Dime.

–¿Por qué estas caminando a la escuela bajo este clima?.–Me atreví a preguntar mientras esperábamos que un semáforo cambiara, estando tan cerca de la escuela que inclusive podía verla desde aquí.

–Tengo la misma pregunta.

–Bueno, yo vengo caminando a la escuela todos los días.

Ella bajo su mirada pensativa, honestamente se me hacía extraño que ella decidiera aquello, sobretodo hoy que era Lunes.

–Bueno yo...

–No es que me moleste, digo, la calle es libre para todos, pero vuelves a casa caminando conmigo y Yoko te llevaba por la mañana o tomas el autobús...

–Yo quería hacerte compañía, te vi salir sola y la tormenta podía traerte cualquier inconveniente.

–Puedo cuidarme sola Enid.

Coordinación / WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora