La habitación estaba invadida por los sonidos que hacían sus nalgas al golpear la pelvis del hombre. Él estaba de pie, sosteniendo a la chica por debajo de las rodillas, ella se sostenía de su cuello mientras las manos del hombre le movían el trasero impulsandola rápida y fuertemente contra él. La joven chica estaba perdida en la expresión salvaje del hombre, quien ni siquiera la miraba a los ojos, solo le veía los pechos rebotar o bajaba la mirada a como su miembro entraba y salía de ella. Las venas de sus brazos se marcaban más por la fuerza que debía utilizar para aquella posición, la chica se atrevió a llevar las manos a su nuca mientras gemia fuertemente intentando mover su cadera para ayudarlo, su interior tan bien atendido tocando sus puntos sensibles dándole tanto placer como nunca en la vida.
La noche había avanzado bastante bien, una capa de sudor cubría el cuerpo de ambos, respiraban de forma acelerada y otro condón usado caía dentro del basurero así como ella había caído a la cama cuando él la dejó caer sin cuidado luego de terminar. El basurero tenía ya varios condones usados, algo que no creyó posible pues con su novio apenas había logrado hacerlo dos veces seguidas con una pausa entre medio.
—Es tarde, creo que deberíamos terminar ya
Dijo el hombre limpiando el sudor de su frente con su mano, verlo así frente a ella con su cuerpo tan bien formado brillando con el sudor, su miembro ni siquiera estaba flácido por completo. Lo vio caminar hasta una estantería donde se sirvió una copa de algún alcohol y bebió por completo antes de acercarse nuevamente. Cuando la chica percibió su mirada notó que esperaba su respuesta, en lo que llevaba de la noche casi no había hablado por temor a arruinarlo.
—¿Podríamos hacerlo una vez más? Me falta solo un poco más de dinero...
Pidió la chica recostada en la cama, su respiración acelerada le hacía subir y bajar los pechos, su cabello estaba revuelto en todas direcciones, su intimidad expuesta por las piernas abiertas mostrando la abierta que estaba su abertura con el tamaño del miembro de aquel hombre mayor.
—Estás muy abierta ya, necesitaré otro lugar
Dijo él pasando las manos por su vagina, bajando hasta que uno de sus dedos comenzó a jugar en la entrada anal, esperó a la reacción de la chica quien no tardó en asentir aceptando la propuesta. Esperó la orden de cómo posicionarse, pero él no era de muchas palabras, él simplemente la acomodaba a su antojo.
La volteó boca abajo, las esposas colgaban ya de una sola de sus manos así que esta misma la usó para dejarla en una esquina de la cama, busco otras esposas e imitó la acción dejando su otra mano en la otra esquina de la cama. Tenía unas cuerdas que con una argolla que le permitían hacer esto sin dejar exageradamente abiertas sus manos por la enorme cama. Tomó su trasero y lo alzó hasta que sus rodillas quedaron apoyadas en la cama, alzó su torso pero él se lo empujó para dejar sus pechos pegados al colchón.—¿Segura? Dolerá, si aceptas lo haré, no importa cuánto grites no me detendré
Dio como última advertencia, como había sido durante la noche la chica solo aceptó moviendo su cabeza y haciendo un ruidito de afirmación.
Volvió al cajón sacando otro condón y una pequeña botella de lubricante, a pesar del temor que sentía la chica por el posible dolor su interior palpitaba por la antelación, su clitoris seguía hinchado y a pesar de que habían pasado horas se sentía con demasiadas energías. Sintió su celular vibrar en algunos momentos pero lo ignoró, justo en ese momento mientras sentía el frío líquido caer por su trasero se escuchó la vibración en la habitación, probablemente era su novio y se sentiría culpable si no estuviera disfrutando tanto.Un dedo entró en ella sin previo aviso, sus dedos ya eran gruesos así que apretó los dientes por la repentina acción ahogando un quejido de dolor, el dedo salió y volvió a entrar con más aceite unas cuantas veces más, comenzaba a sentirse mejor cuando ya dejó las acciones con su dedo y hubo un momento de vacío, sin saber qué ocurría, la joven dio un grito cuando sintió el grueso glande meterse en su ano, el hombre no hizo un juego de meter y sacar esperando que se habituara a él, empujó con fuerza metiendo su duro miembro, sosteniendole las caderas impidió que la chica se moviera ya que intentaba alejarse de él gritando de dolor. Las cuerdas en el respaldo de la cama se volvieron más tensas en los intentos de la chica de soltarse para apartarlo.
Él siguió empujando, disfrutando de como se veía su enorme miembro desaparecer en el estrecho ano de la joven, ya tenía dos tercios en su interior y decidió que era momento de embestir y así lo hizo, sus dedos se enterraban en la blanca piel de la chica sosteniendola con fuerza para embestirla aún con algo de dificultad pero suficiente fuerza para entrar y salir de ella.
Sus gritos llenaban la habitación, soltaba lágrimas de dolor mientras era embestida con fuerza, lo sentía como si la estuviera partiendo por la mitad, esta vez si quería detenerse y no podía, una parte de ella le decía que no pidiera detenerlo que ya sentiría el placer. O quizá simplemente disfrutaba del dolor. Era todo nuevo, ni ella sabía lo que sentía, solo creía que estar a merced del experimentado hombre era lo mejor que le había pasado en la vida.Y si tuvo que pasar un rato de intenso dolor, el duro miembro ya entraba por completo en el trasero de la chica, sus testículos golpeaban sus labios vaginales con cada penetración y el aceite provocaba un sonido que hacia eco en la habitación. El hombre gruñia sosteniendo a la chica mientras la embestia, ella tenía esa estrechez que a él le gustaba, lo que le estaba faltando al haberle abierto tanto la vagina. Escucharla gritar lo calentaba más, un cuerpo tan pequeño a comparación del suyo siendo destrozado por su miembro. Tomó su cabello enredandolo en su mano para tirar de este haciendo que su cabeza se alzará escuchando mejor sus gritos y gemidos. El trasero de la joven estaba rojo por las fuertes embestidas que le proporcionaba el mayor, se movia al ritmo de sus penetraciones y las esposas estaban aún sosteniendo sus manos que siempre estuvieron buscando librarse del agarre siéndole imposible.
Escuchó ese gruñido que ya lograba identificar, el hombre estaba por correrse y escucharlo así le encantaba a la joven chica, era como un animal salvaje disfrutando de su preciada presa, y esa presa era ella, era deseada por aquel hombre. Gemia esperando el momento en que él tuviera su placer máximo lamentando que fuera el último. Entonces pasó algo que no se esperaba, escuchó el gruñido de placer, pero sintió el vacío de su cavidad anal y su otra entrada fue atendida nuevamente, había sacado el miembro del ano para volver a su vagina pero además de eso, la mano en su cabello bajó hasta su clitoris el que acaricio rápidamente con sus dedos mientras gruñia de placer corriendose sin dejar de embestirla.
La chica gemia fuertemente, retorciéndose sin control por el gran placer que estaba experimentando, su boca se mantenía abierta, sus piernas temblaban y como era de esperar ella no tardó en tener su propio orgasmo corriendose en sus dedos, aún con su miembro dentro. Cuando ambos estuvieron satisfechos del potente orgasmo el hombre se apartó mirando a la chica totalmente abierta por él.Se levantó de la cama y abrió las esposas para dejarla ir, sin decir nada él se limpió y comenzó a vestirse tomando de un cajón el dinero que luego dejó sobre la ropa de la menor que se encontraba en el suelo. Ella seguía sorprendida de su habilidad para hacer como si nada hubiera pasado, ella no estaba segura se poder caminar siquiera.
—Estaré unos días de viaje, si te necesito te llamaré al regreso. El chófer te espera afuera
Y sin más salió de la habitación, en la cabeza de la chica solo estaba la preocupación de qué haría esos días, él había despertado algo en ella y no sabía cómo volver a apagarlo.
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El hombre de la tienda
Teen FictionResubiendo la historia que me borró wattpad. Una adolescente en búsqueda de dinero en una tienda, y un hombre con dinero de sobra, ¿qué podría pasar?