Pasaban los días y no tenía noticias del hombre, a su novio le inventaba excusas para no verlo, y luchaba por no usar su juguete por las noches, obedecía su orden aunque a veces apretaba los muslos y se movia sintiendo así un pequeño roce placentero pero no más que eso.
Hasta que una noche el padre de la muchacha abrió la puerta de su habitación con una gran sonrisa, la envolvió en un fuerte abrazo felicitando a la menor por algo que ella aún no sabía. Su expresión confundida debió ser graciosa para él pues río antes de responder.
—¡Lo conseguiste! Tu entrevista fue la mejor, eres la nueva secretaria del inversor más importante. Comienzas mañana después de clase, pero no puedes ir con uniforme es poco profesional... deberías comprar ropa... sí, ve a comprar ropa, ten, ve y compra ropa decente para la oficina, ve! Ve! Mi niña la nueva secretaria nos abrirá tantas puertas ¡Sí!
Parecía que se hablaba más a sí mismo que a ella, de hecho no le dejó decir palabra alguna solo dejó el dinero en sus manos y se fue haciendo un pequeño baile de felicidad. Ella vio el dinero pensando en que de hecho tenía más que eso pero de todas maneras se dirigió al centro comercial sin saber exactamente qué comprar, dio unas vueltas mirando las vitrinas pero no sabía a qué tienda entrar.
—Como él dijo, tu padre es muy fácil de manipular, aquí tienes lo que necesitas. Él te espera en el estacionamiento
Uno de los choferes del hombre balanceaba unas bolsas frente a ella y luego señaló la zona de elevadores. La menor se contuvo para no saltar de alegría y solo caminó hacia el elevador, donde ambos entraron y aquel joven acompañante presionó el botón del subterráneo, esperaron en silencio hasta que las puertas se abrieron. La guió hacia el vehículo y su corazón latía mil por hora cuando abrió la puerta y ahí estaba él con su celular en mano tecleando alguna cosa que parecía importante. La chica se sentó a su lado y la puerta se cerró tras ella, el joven se alejó del vehículo y ya eran solo ellos dos.
—Debería decir felicidades, pero como yo lo veo, me debes un favor y ya sabes como pagar
Ella sin dudar prácticamente se lanzó al pantalon del contrario intentando quitar el broche pero cuando iba a bajar el cierre de la prenda sus manos la detuvieron. Confundida alzó la mirada y él con un dedo le ordenó apartarse.
—Necesito saber primero si obedeciste, muestrame
Entonces ella alzó su vestido bajó sus bragas y abrió las piernas, no sabía cómo demostrar que no se había tocado pero si se podía ver algo de humedad ya presente solo por la antelación de estar con él. Sintió sus dedos pasear a lo largo de su mojada intimidad y llevarlos a su boca, ver saborear sus fluidos ya la tenía en un éxtasis y su respiración se aceleraba. Lo siguiente que vio fue a él arrodillandose en ese enorme vehículo y enterrando su rostro entre las piernas de la menor, su caliente lengua hizo contacto con su intimidad, sus labios vaginales fueron acariciados por él, sus fluidos limpiados con su lengua y luego su espalda se arqueó al sentir como se movia sobre su clitoris. No pudo evitar llevar ambas manos a su cabello, enredando los dedos en aquel perfectamente peinado cabello corto intentando contener los gemidos aunque igual escapaban de sus labios por la increíble habilidad de ese hombre. No debía hacer mucho, estuvo esperando por aquel momento, soñando con ese encuentro y aún así no imaginó que sería tan bueno.
Las corrientes eléctricas recorrían su cuerpo, sus piernas temblaban, parecía estar en un constante clímax por el movimiento de su lengua por toda su intimidad estimulando cada sector incluso su entrada por un tiempo para luego regresar a su clitoris moviendo su lengua con rapidez y entonces llegó el orgasmo. Gritó de placer sintiendo su cuerpo estremecer, las piernas temblando sin control y ella tirando del cabello del hombre.Este no tardó en apartarse, se levantó y con prisa se puso el condón en su ya erecto miembro. El que sin problema entró en su intimidad de golpe hasta el fondo. Él comenzó a jadear y sus embestidas eran potentes fuertes y rápidas. La tomó de las caderas y alzó estas controlando los movimientos de la chica acomodandola tan fácil como si fuera una muñeca, usando su cuerpo a su antojo embistiendo con rapidez. Dio unas penetraciones profundas manteniéndose ahí como si quisiera entrar aún más en ella pero luego se apartó y se sentó a su lado, la tomó de las caderas y la acomodó sobre él.
—Muestrame qué tanto me necesitabas
Le dijo mirándola a los ojos, casi desafiante como si la forma en que lo hiciera fuera a definir si eso continuaba. Y ella aceptó aquel desafió sentándose sobre su miembro comenzó a mover sus caderas con desesperación, se sostenía de los fuertes hombros de aquel hombre mientras se movia de arriba a abajo conteniendo los gemidos.
Bajó su vestido liberando así sus pechos que aunque pequeños se movían a la par de los saltitos que daba, llevó luego las manos a las rodillas del sujeto y se movió con aún más rapidez al notar que aquella posición le provocaba más placer. Entonces su espalda estaba arqueada hacia atrás, gemia sin control moviéndose con frenesí sobre la erección de su nuevo jefe, sus pechos rebotaban con cada movimiento y él solo observaba con aquella mirada penetrante y casi animal que tenía cada vez que estaban disfrutando.Sintió la gran mano cubrir su cuello haciendo su respiración más difícil pero aumentando su placer, mientras la otra mano apretaba sus pechos, cada toque hacia que ella se moviera más rápido con mayor necesidad de sentir ese placer y esas corrientes que hacían estremecer su cuerpo hasta que el segundo orgasmo llegó a ella tan potente y largo aprisionando el duro miembro en su interior, sus paredes vaginales lo apretaban mientras ella iba sintiendo el placer por su cuerpo. El mayor tomó sus caderas moviendola sobre su miembro haciendo su clímax más largo hasta que aquel hombre tuvo el propio gruñendo de placer se corrió y aún con el condón ella pudo sentir como se corría en su interior.
Se quedaron inmóviles con la respiración entre cortada, aún jadeantes. Hasta que él sacó un papel de su camisa y se lo entregó.
—Intrucciones para mañana, ahora vete, tendrás mucho trabajo
Se tomó unos segundos para verlo, despeinado por primera vez por su culpa, las zonas grises más notorias. Su camisa algo arrugada y respirando rápido aún. Se veía tan sexy que se movió intentando tentarlo a continuar pero él con mucha facilidad la levantó para quitarla de su miembro, quitando luego el condón mientras ella se arreglaba la ropa con expresión de disgusto. Miraba de reojo su miembro y eso le hizo reír a él.
—Bien, limpia. Pero solo eso, voy tarde a una reunión
No necesitó más, se inclinó a lamer gustosa los restos de su corrida de su miembro. Se entretuvo en su glande dando una suave succión provocando un jadeo de satisfacción de su parte. Entonces supo que ser su secretaria iba a ser lo mejor de su vida.
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El hombre de la tienda
Novela JuvenilResubiendo la historia que me borró wattpad. Una adolescente en búsqueda de dinero en una tienda, y un hombre con dinero de sobra, ¿qué podría pasar?