Capitulo 13

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La reunión era realmente aburrida e intimidante, una mesa con muchos hombres con traje elegante y voz grave, algunos rasposa probablemente por el exceso del cigarrillo a lo que también apestaba el lugar. Pero entre todos ellos alguien llamó la atención de la menor, una mujer no tan mayor se encontraba sentada también junto a ellos, mantenía una sonrisa de superioridad en su rostro aún cuando los ánimos subían y se generaban algunas discusiones.

Las secretarias de cada hombre, como ella, estaban en una incómoda silla detrás de su jefe, todas se veían mucho mayor que la muchacha así que se acomodaba el pelo incomoda intentando parecer mayor, pero la incomodidad era por sentir la mirada de aquella poderosa mujer, veía su cabeza ladearse para poder verla a través de su jefe, hasta intentó ocultarse a través de este, pero eso solo provocaba que la mayor soltara alguna risita.

Terminando la reunión la menor estaba desesperada por salir, pero su jefe parecía tener otra idea, se mantuvo en su lugar hasta que la sala estuvo casi vacía.

—Vete a la habitación, quiero el informe detallado de esta reunión.

Dijo el mayor sin apenas voltear, de hecho podría haber pensado que le hablaba a aquella mujer al otro extremo de la mesa pues no dejaban de mirarse.
Con tristeza y algo de celos la menor obedeció su orden levantándose para dirigirse a la habitación. ¿Acaso pensaba acostarse con esa señora? Si ese era el caso, ¿para qué la había traído? Mejor se hubiera quedado en su casa con sus padres.

Comenzó a trabajar en el informe pero atenta a los ruidos que pudieran venir de la habitación de al lado. Estuvo tentada a abrir la puerta pero no quería problemas, sabía que él era muy controlador y algo así podría causarle el despido inmediato.

Luego de un rato la puerta se abrió y ahí estaba él quitándose la camisa para dejarla sobre un pequeño sofá. Lo observó mientras se quitaba el cinturón, le señaló que fuera a la cama y obedeció de inmediato con una sonrisa en su rostro.

—Eres mía

Le dijo él mientras le quitaba la delgada blusa a la chica que asentía estando de acuerdo con sus palabras.

—Me perteneces. Hago contigo lo que quiero.

—Sí, señor.

Dicho esto sintió el cinturón rodear sus muñecas para ser atada con fuerza. Se dedicó a continuar quitando las prendas hasta que la chica estuvo completamente desnuda, dio un paso atrás y la observó. La menor con sus manos atadas, sus pequeños pechos apretados por sus brazos, su pequeño cuerpo a disposición del mayor. Este se deshizo de los pantalones y boxers que aún cubrían su cuerpo, dejando libre así su miembro semi erecto.

—Eres de mi propiedad y hago contigo lo que se me antoja, no acepto quejas, ¿está claro?

La chica asintió y con esto él le dio un empujón para dejarla recostada, fue hacia el otro extremo de la cama y la jalo para dejar su cabeza al borde del colchón, así su miembro podía entrar en aquella boquita. La mantuvo firme con el cinturón, como si quisiera impedirle escapar aunque era obvio que ella jamás huirá de ese miembro. Sintió una gran mano en sus pechos acariciando y apretando estos. Lo que no sintió fue el abrir y cerrar de puertas, ni mucho menos los pasos hacia ella. Lo único que sintió fueron unos delicados dedos abriendo sus piernas, algo suave rozando su piel, y entonces una lengua caliente abriéndose paso entre sus labios vaginales.

La menor se movió, sabía que por la posición no era aquel hombre dándole ese tan satisfactorio oral, pero su boca estaba muy ocupada, el miembro entró profundo en ella y el mayor tiró del cinturón a modo de castigo por estar moviéndose.

—Tenias razón, es deliciosa, es como adictivo este sabor juvenil

Dijo una voz femenina, ahora sabía porque su lengua se movia tan a la perfección en cada lugar sensible de su intimidad. Volvió a sentir su lengua con mayor intensidad, sus labios parecían estar besando la intimidad de la menor por la forma en que se movían. Sus uñas se aferraban a la suave piel de las piernas que sostenía con fuerza, la espalda de la menor se arqueaba por sus atenciones mientras su boca disfrutaba de ser follada por aquel miembro que tanto le encantaba. Estaba asustada de estar con una desconocida ahí, que su secreto se supiera, pero aquella desconocida la tenía en el paraíso con ese oral tan magistral. Podría haber estado así horas, aún cuando respirar era muy difícil con aquel miembro entrando tan profundo por su garganta. La mujer se apartó de su intimidad y sintió como iba dejando besos por su cuerpo, sin dejar se atender su intimidad pues sus dedos comenzaron a moverse sobre su clitoris mientras los besos continuaban por su abdomen, se detenían en sus pequeños pequeños chupando sus pezones, y continuó por su cuello hasta su mentón, entonces sintió su lengua y supo que estaba lamiendo el miembro del hombre cada vez que entraba y salía de la boca de la menor. Sentia su cuerpo sobre el suyo, por lo po que lograba sentir sus pechos eran mucho más grandes, las uñas en sus dedos eran largas pero sabia usar sus dedos para no provocarle daño.
El miembro salió de su boca y al fin pudo respirar, no por mucho porque pronto sintió los testículos en su boca, así que los lamió y chupo sabiendo por los movimientos que su ahora compañera estaba encargándose del miembro. Sus pechos se rozaban por los movimientos de la mujer sobre ella.

Sus dedos se movían sobre el clitoris de la menor, gemia suave con los testículos del hombre en su boca, la mayor también soltaba suaves gemidos ahogados por el miembro que penetraba su boca. De pronto él se apartó, y la vio, aquella mujer mayor que no le quitaba la vista al otro lado de la mesa ahora estaba desnuda sobre ella moviendo los dedos en su intimidad, sus labios carnosos con unos labios rojo, sus grandes pechos presionando los suyos, el cabello castaño en ondas a un costado cayendo elegantemente por su hombro.
El hombre rodeó la cama y entonces las manos que separaron sus piernas ahora fueron las suyas, aún con los dedos de la mujer sobre su clitoris él comenzó a penetrarla. La mujer la miraba con una sonrisa mientras la menor soltaba leves gemidos de placer y dolor por la repentina intromisión en su interior, él entraba profundo y la mayor no dejaba de mover sus dedos rápidamente. Luego se apartó y la vio acomodarse sobre su rostro, sus manos atadas no pudieron impedir que en cuestión de segundos su vista fuera nublada totalmente por un perfecto trasero. Sus labios vaginales ahora estaban en la boca de la menor quien tímidamente abrió la boca sin saber muy bien qué hacer, las manos de la mayor acariciaron sus pequeños pechos mientras movia su cadera sobre ella. Sacó la lengua e intentó imitar los movimientos que la mayor hizo en ella anteriormente, en medio de gemidos ahogados. Sus caderas eran fuertemente sostenidas por las manos del hombre que la penetraba profunda y duramente, sus pechos eran presionados por unas suaves manos con largas uñas que probablemente dejarían alguna marca, de su boca salían gemidos agudos mientras intentaba lamer la intimidad que tenía sobre su cara mientras la mujer no dejaba de moverse sobre ella.

Él comenzó a gruñir y embestir con mayor fuerza pero más lento, entonces supo lo que venía. Al cabo de unos segundos se sintió vacía y él continuó acariciandose sobre el delicado cuerpo de la menor, soltando su corrida en el abdomen bajo de ella. Entonces la mayor se inclinó hacia adelante y lamió limpiando todo el semen de la piel de la menor, mientras esta seguía lamiendo con algo de ansias la intimidad humeda de la mayor descubriendo aquel sabor femenino.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2023 ⏰

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