Pʀᴏʟᴏɢᴏ.

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¡Hola! Mi nombre es Fiorella, mi color favorito es el morado, me gusta el anime y el K-pop. Me considero alguien muy hiperactiva y algo loca. En mi salón nadie me respeta, sin embargo, sé que me quieren... (Tal vez 20 metros bajo tierra, pero sin rencor).

Familia tengo demasiada, y los más cercanos a mí son las hermanas de mi mamá y mis abuelitos. Tengo cuatro primos: Santiago, Aby, Camila y David. Soy la mayor entre los cinco, por ende, la más vieja.

Cada día que lo recuerdo, me duele más.

Pero bueno, ser la mayor trae también sus ventajas.

Tengo actualmente trece años, Santiago tiene doce años, Camila tiene once años, Aby un año y David diez años.

Hoy, estoy en la isla Isabela perteneciente a Galápagos, bello paraíso de mi lindo Ecuador. Decidimos venir aquí ya que en pocas horas terminará el año. El resto de mi familia se quedó en el hotel ayudando a preparar todo... Y como estábamos ahí de metiches, nos mandaron a la playa.

La verdad es que no sé si ofenderme o alegrarme, pero bueno, hay que aprovechar.

Aby no vino por dos razones: Somos muy irresponsables y se podría perder o ahogar en el mar. Dos: Es muy pequeña y no querría despegarse de su madre.

— ¡Gané! ¡Terminé antes que tú! —me sacó en cara mientras terminaba su castillo de arena primero.

— Agh —bufé, enojada—. Ya lo sé, no tienes porque restregármelo en la cara.

— Ay, tranquila —dijo en un tono engreído. Bufé aún más fuerte y ella rió—. Ya, en serio lo siento... Pero me gusta molestarte.

— Sí, tan sólo ponte en mi lugar, Camila.

— Bien —habló de mala gana—. Perdón —me dijo rodando los ojos, después sonrió, sacó su celular y se acercó a mí—. ¡Grabemos Tik Toks!

— Sabes que no me gusta —le reclamé en tono de queja.

— ¡Por favor! Y hago lo que quieras —insistió.

— Un masaje de pies, y admitir que Taehyung es mío —dije para darle la cucharada de su propia medicina.

— ¡Por supuesto que no, eso jamás!

— Entonces no.

— Bien —dijo volviendo a mirar su celular.

La miré con cansancio y suspiré.

Esta chica de verdad tiene una gran fuerza de voluntad, porque cuando algo le gusta no renuncia tan fácil a ello... Y, les hablo en serio cuando digo, que Él le gusta mucho... ¿Para qué negarlo? A mí también.

Entonces ví como mis dos primos, empapados de pies a cabeza, salían del agua y se dirigían a nosotras.

— ¡Chicas! ¿Qué hacen? —preguntó David sentándose encima del castillo perfecto de Camila, demasiado alegre.

Pero mi prima, muy enojada, le dio un fuertísimo golpe en la cabeza, recibiendo una queja de Él.

— ¡Boba! ¡¿Por qué rayos hiciste eso?! —exclamó indignado.

— ¡Mi castillo, cabello de estropajo! ¡LO ARRUINASTE, PENDEJO! —reclamó.

Camila y David son hermanos, Camila es mayor que David por un año.

— ¿Para qué vienen aquí? —pregunté.

— ¡Queríamos que se metan al agua con nosotros! ¡Vimos un pez enorme! —me dijo Santiago con las energías al cien.

Interviniendo en Naruto [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora